La discusión que cruzó toda la reunión fue si movilizar o no como asamblea, propuesta que fue negada por las direcciones de la misma, planteando que no había consenso. Ahora bien, ¿no sería lo correcto que todas las opiniones y propuestas de mujeres y sectores disidentes que pertenecen a este espacio sean tomadas en cuenta? Si el espíritu de la asamblea es generar un espacio para que las mujeres nos organicemos y golpeemos con fuerza, ¿Por qué se imponen las resoluciones a gusto y semejanza de un sector mientras que otros no pueden manifestarse?
La asamblea concluyó sin ningún acuerdo sobre este punto, por lo que todas las organizaciones que sentimos la necesidad de salir a las calles llamamos a concentrar este miércoles 3J en la plaza de San Miguel a las 12 hs.
La deuda es con nosotras
En lo que va de la cuarentena, se registraron más de 57 femicidios y travesticidios en Argentina. Es decir que cada 27 horas hubo un nuevo asesinato por razones de género. A su vez, el 77% de las mujeres fueron asesinadas en sus hogares. Como bien sabemos, una parte importante de las víctimas ya había realizado denuncias previas, lo cual nos da a entender que no pudieron salir de la situación violencia debido al aislamiento que impone la cuarentena y la dependencia económica. Lamentablemente, son muchas las mujeres que están sufriendo la convivencia con sus agresores, sin tener ningún tipo de asistencia de parte del estado.
Este recrudecimiento de la violencia machista se da en el marco de una profunda y brutal crisis económica, donde ya podemos ver cómo los padecimientos de las mujeres se están multiplicando y esto es solo el comienzo. Asimismo, esos padecimientos quedan más expuestos que nunca, como sucedió con el crimen social de Ramona Medina. Es decir, el hacinamiento en el que vivía, la falta de recursos elementales como el agua, la privación del acceso a la salud, y las condiciones de pobreza en general, no son nada nuevo, pero ante un fenómeno como el de la pandemia florecen y se ven las consecuencias de tantos años de desidia estatal.
A esta miseria estructural, se suman los despidos y el hambre que aumentan, las vidas de las mujeres y disidencias se precarizan aún más, la feminización de la pobreza se consolida. Sabemos que tenemos por delante una enorme crisis y un feroz ataque a nuestras condiciones de vida. Por eso, explicando en la Asamblea este punto de vista de Pan y Rosas, propusimos realizar una concentración en el centro político del territorio, porque vemos una necesidad desesperada de salir a las calles a defender nuestros derechos, de exigir justicia por Ramona y por las Ramonas, de mostrar que las mujeres no vamos a agachar la cabeza ante el ataque que estamos sufriendo.
Entendemos que la organización independiente de las mujeres en las calles es la vía para resistir, dado que ante el aumento de la miseria para las mayorías, los sucesivos gobiernos no mostraron más que desdén, y el gobierno de turno no es la excepción. Mientras millones de mujeres, niñxs, y la mayoría del pueblo pobre cae en el hambre salvaje, Alberto Fernández se dispone a destinar los pocos recursos que le quedan al Estado a los mismos que lo saquearon fugando capitales, evadiendo impuestos, especulando, y que ahora despiden y rebajan salarios a lxs trabajadores. Un claro ejemplo de esto es el programa ATP, a través del cual el Estado se hace cargo del 50% del salario de los empleados de millonarios como Paolo Rocca, Magneto, y hasta de la Sociedad Rural con la plata de lxs jubiladxs.
Mientras que el presupuesto para las mujeres que sufren violencia de género es de $277 millones (lo que equivale a $11 por mujer), los recursos que se destinarán sólo durante la pandemia a las empresas serán de $380 millones, y para los bancos 340 millones. Queda más que claro cuáles son las prioridades del gobierno.
No se puede acallar la voz de las mujeres
La propuesta de movilizar fue acompañada por un sector de la asamblea, como “El plenario de trabajadoras” e “Isadora”, pero fue rechazada por otro sector como “El Gallo Rojo” y “FM La Uni”. Este último sector, de la misma manera que impone su método del “consenso” para definir acciones, impone también, cuando no lo hay, sus mociones y descarta las demás. Fue así que, tras cinco horas de reunión el sábado, y casi tres horas de reunión el domingo, impusieron su decisión de no convocar a movilizar, con el argumento de que ellas no estaban dispuestas a hacerlo. De esta manera, cercenaban autoritariamente la posibilidad de que el resto de las mujeres que quizás sí ven la necesidad de manifestar su bronca, tengan el espacio para hacerlo.
En pocas palabras, como ellas no querían movilizar, nadie tenía que querer movilizar: niegan la posibilidad de que cada mujer elija. En su lugar, propusieron llevar adelante ollas populares (que, por otro lado, es lo que se viene haciendo). Por supuesto que nadie presente en la asamblea negó esta propuesta, porque todas vemos que las mujeres y los barrios en general están sufriendo el hambre, por eso Pan y Rosas apoyó esta moción, pero aclaró que no había consenso en hacer sólo eso y que habría que acompañarlo de una gran acción de concentración el 3J.
Como es de esperar, la dirección de la asamblea deformó nuestra postura con calumnias, diciendo que Pan y Rosas no tiene acuerdo en llevar a cabo las ollas. Tergiversar y desmovilizar es lo que plantean hoy las direcciones de la asamblea mientras que quienes que estamos pagando esta crisis con trabajo precario, recortes y despidos tenemos que aceptar que nos digan que no podemos salir a la calle.
Dentro del movimiento de mujeres partimos de acuerdos más generales, como el derecho al aborto legal, la lucha contra los femicidios, etc. pero dentro del mismo también hay divergencias. Al ser un movimiento heterogéneo, amplio, con diversas posiciones políticas y estrategias, no siempre se pueden tomar decisiones de manera consensuada. Este es un debate que desde Pan Y Rosas ya abrimos dentro del movimiento y la asamblea fue una oportunidad más para hacerlo; pero al parecer, para las direcciones no es así y el consenso es utilizado para maniobrar e imponer sus posiciones.
Es necesario que quienes quieren organizarse y salir a pelear, encuentren en asamblea feminista del conurbano un verdadero lugar de coordinación y lucha para hacerle frente a la brutalidad que se vive hoy en día, y que tiene al gobierno provincial, nacional y municipal, patronales y empresas como responsables.
Es por eso que desde Pan y Rosas convocamos a que todas las organizaciones, mujeres y disidencias que quieran estar en la calle ese día se movilicen y concentremos nuestras fuerzas en la plaza de San Miguel, haciendo un fuerte pronunciamiento en contra los ataques que hoy estamos teniendo, por un IFE de 30.000 para todos los sectores que no pudieron cobrarlo o trabajan de modo informal. Exigimos plata para asistir a las mujeres que sufren violencia que salga del desconocimiento de la deuda ilegal e ilegítima que estamos pagando, y de un impuesto a las grandes fortunas. |
