Dentro de la lucha contra los despidos y la defensa de los puestos de trabajo, hay un principio fundamental. Y es que cuando los empresarios buscan hacernos pagar los costos de la crisis a nuestras familias, siempre han buscado imponer la idea que ante los despidos no hay opción, que debemos recibir migajas, mantener nuestra cabeza baja, cobrar nuestro finiquito y nuestro seguro de cesantía.
Esto es parte de un sentido común que buscan extender sobre toda la población los empresarios y sus Gobiernos; incluso lo hacen algunos dirigentes que parecen voceros de las empresas, como dijo en Antofagasta TV, Gabriel Tello, dirigente del Sindicato N°1 de LATAM, de que nada se puede hacer, porque las leyes están al servicio de los grandes empresarios.
O como dijera el abogado, Ignacio Arteaga a CHV Noticias, que “la situación de los trabajadores es delicada. Aquellos que han sido desvinculados resguardando todos sus derechos laborales reconocidos por la ley y ya han firmado sus finiquitos laborales no pueden exigir a LATAM que los reincorpore, porque esa es una facultad que depende exclusivamente de la empresa. La alternativa que tienen esos trabajadores es hacer efectivo el pago por la de su seguro de cesantía”.
Pero esto, ¿realmente es así? ¿Qué pasaría si los sindicatos y grandes centrales sindicales estuviesen al servicio de defender realmente los intereses de las y los trabajadores, donde el trabajador deja de ser un número, y el “si nos tocan a uno, nos tocan a todos”, se lleva la práctica? Por otra parte, cuando los despedidos de LATAM argumentan que no se trata de un tema legal, sino de legitimidad, ¿qué es lo que quieren decir?
¿Puede la organización de los trabajadores sobrepasar marcos legales?
Si bien es cierto que dentro del marco legal y del Código del Trabajo, la reincorporación es una cuestión que se encuentra limitada, a la despidos “antisindicales” de dirigientes o delegados con fuero, o despidos de carácter discriminatorio (motivos religiosos, étnicos, etc). Casos acotados y regulados según el art.294 del Código del Trabajo.
A pesar de lo anterior existen muestras de casos de reincorporaciones que se han dado por fuera de estos parámetros que expresa la ley laboral chilena.
Este es el caso de Daniela Avilés, profesora de la Escuela Patricio Cariola, quien fue despedida de forma persecutoria siendo plazo fijo, por parte del director del establecimiento y la Corporación Municipal de Antofagasta, durante el año 2018. En el caso de Daniela, quien no se encontraba respaldada por los artículos antes descritos, fue posible lograr después de siete meses de lucha durante ese año, la vuelta a su puesto de trabajo, como fruto de la organización, unidad y coordinación de trabajadores de la educación, ferroviarios despedidos, trabajadores industriales, estudiantes y otros sectores que levantaron movilizaciones en la ciudad de Antofagasta exigiendo la reincorporación de la docente despedida.
Lo mismo sucedió con tres trabajadores de la fábrica de explosivos de Orica, quienes el año 2019 producto de la alianza entre trabajadores de diferentes rubros y jóvenes estudiantes, lograron ser reincorporados a sus puestos de trabajo, después de haber sido despedidos por participar en una paralización de la planta por fuera del marco legal.
Es decir, en la defensa de los puestos de trabajo y en la lucha por la reincorporación, puede existir, por un lado, la legalidad que respalde o no la reintegración al trabajo; pero, por otro lado, existe un factor que puede ser determinante, como cuán legítima es la lucha por defender a las familias que quedan en la calle, a través de la organización de la fuerza que tienen las y los trabajadores, en coordinación con otros sectores.
Por lo que la fuerza organizada y decidida de un grupo de trabajadores, puede incluso lograr conquistar cosas que están por fuera del marco legal.
Capítulo 11 y salvatajes del gobierno a los Cueto
Por otra parte, en lo que respecta a la aerolínea LATAM y su decisión de acogerse a la Ley de Quiebras estadounidense, también encontramos cuestiones que contradicen la propia ley.
Por ejemplo, dentro del famoso Capítulo 11, una de las cuestiones planteada es que las empresas que se acogen a este capítulo del libro “pierden la autonomía en la toma de decisiones”, lo que expertos utilizan para plantear que es imposible la reincorporación en corto plazo, porque las decisiones pasan por las manos de un juez designado quien supervisa las exigencias de reorganización de la compañía. En los hechos, no es verdad que se pierde toda autonomía en LATAM; es más tienen cuatro meses para proponer el plan de reestructuración de la empresa, y otros seis meses para la aprobación por parte de sus acreedores.
A la vez, el compromiso por parte del Gobierno de Piñera, de ayudar a LATAM como empresa estratégica, no es algo que esté estipulado en las leyes, es algo que el Ministerio de Hacienda propone de forma interesada para realizar una salvataje con plata del Estado, es decir, con la plata de todo el país a empresarios privados.
Por lo tanto, si nada impide que el Gobierno salve a los multimillonarios Cueto, en medio de una crisis sanitaria y social, donde cientos salen a pelear por el hambre, mientras los recursos que se inyectan en salud son mínimos comparado a los miles de millones para salvar a los empresarios, y miles de personas se están muriendo, ¿qué es lo que impide reincorporar a las familias despedidas a sus puestos de trabajo? La respuesta es que nada lo impide.
Los despedidos de LATAM en Chile vienen intentando desarrollar una coordinación nacional contra los despidos. Gran parte de sus planteos en la prensa apuntan a la legitimidad donde “resulta inaceptable que se salven a empresas privadas como LATAM, mientras las familias quedan en la calle”. La pelea que están dando, en medio de la pandemia y los despidos es un ejemplo al resto de la clase trabajadora, contra todo sentido común, para defender el trabajo y el sustento de nuestras familias. |