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16 de mayo de 2015 Twitter Faceboock

UOM
De Vandor y los anillos de oro de Caló, a los obreros de Liliana
Matias Mora | UOM | La Matanza @MoraMatias2014

Presentamos la primera de una serie de notas sobre el gremio de la Unión Obrera Metalúrgica: la burocracia sindical que hace décadas dirige el sindicato, las patronales, que son parte de esos sectores que “la levantan con pala” desde la última década, gracias al gran cuidador de los intereses de la burguesía, el gobierno kirchnerista. Pero también queremos mostrar cómo los miles y miles de jóvenes obreros, precarizados, con salarios miserables, constituyen potencialmente la fuerza que mediante la organización independiente y la lucha, hagan frente a este orden de cosas que mantiene atado al movimiento obrero.

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La UOM (Unión Obrera Metalúrgica) nació sobre la base de la Sociedad de Resistencia Metalúrgica, que fue fundada poco antes de la semana trágica de 1919; se convirtió en sindicato en 1943 integrando la CGT. Su primer secretario general fue Nicolás Giuliani, quien unificó las distintas ramas del sector detrás del peronismo, desde allí se conoce a este sindicato como uno de los pilares del sindicalismo peronista.
 
Siendo el gremio industrial más importante de la Argentina, con lo que implica esto para luchar por las demandas obreras, siempre fue dirigido detrás de proyectos patronales y la dirección histórica fue cómplice de los procesos más trágicos para el movimiento obrero argentino, de la mano de sus tristemente célebres dirigentes. Entre algunos de los ejemplos que figuran en la historia de la UOM y la CGT está Augusto Timoteo Vandor, quien fuera un suboficial de la armada devenido en sindicalista y conocido por su pacto con la dictadura pregonando un peronismo sin Perón. El “Lobo” dejo sentada una tradición que se convirtió en definición política: “Vandorismo”, que consistía en golpear y negociar, mediante paros tanto en fábrica como a nivel nacional para luego arreglar con las empresas y el Gobierno de turno. Además es recordado por comenzar el armado del convenio metalúrgico que luego fue firmado por Lorenzo Miguel con el aval del ”Brujo” López Rega en 1975. Este acuerdo se mantiene hasta el día de hoy, a pesar de que su caída por otro más beneficioso para los obreros es uno de los reclamos más sentidos por los trabajadores del sector.
 
Pero tal vez el dirigente más conocido junto a Ignacio Rucci (principal impulsor de la vuelta de Perón luego de su exilio en España) fue Lorenzo Miguel, quien cumplió un rol central en la persecución a las organizaciones independientes y a los movimientos populares previo a la dictadura. Está comprobado que junto a José López Rega dio nacimiento con la venia del mismo Perón a la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina).

En 1975 ante el surgimiento de una oposición por izquierda en Villa Constitución, López Rega con complicidad de Lorenzo Miguel envió al Ejército para desarticular la insurgencia obrera. Luego del golpe de estado en 1976 Lorenzo Miguel fue detenido, pero por su amistad con uno de los dictadores, el Almirante Emilio Massera, gozó de privilegios durante su detención. 

No hacen falta muchos más ejemplos sobre la trayectoria y el rol reaccionario de estos personajes que dirigieron durante décadas el sindicato metalúrgico, hoy en día la mayoría de las agrupaciones metalúrgicas oficialistas llevan los nombres de estos traidores remarcando claramente su identificación con el peronismo y la derecha, pero tal vez el ejemplo más vivo es el actual secretario general de la UOM y de la CGT oficialista, veamos un poco de donde salió Antonio Caló.
 
El sucesor de Lorenzo Miguel

Antonio Caló, es un dirigente oficialista que no tiene vergüenza en lucir pulseras y anillos de oro en sus manos, mientras los obreros metalúrgicos cobramos un salario de miseria y dejamos la vida en los talleres y las fábricas. Tiene el descaro de aparecer en todos los medios diciendo con mucha razón que los compañeros lo quieren colgar del Obelisco por aceptar la conciliación obligatoria que le dictó el Ministerio de Trabajo de su Gobierno, levantando las medidas de lucha en la pelea por el salario en las paritarias.

Se conoció con Lorenzo Miguel a fines de los 60 en la fábrica Pirelli ubicada en el barrio porteño de Mataderos y el ascenso de Miguel en el 72 lo llevó a ser asesor en el gremio. Luego de la muerte de Miguel fue su sucesor natural. Para la burocracia sindical los cargos en los sindicatos -de donde obtienen sus privilegios que les permiten vivir como millonarios- son por sucesión directa, como las monarquías, o por herencia de padres a hijos, incluso hasta los que nunca trabajaron.

Al lado de Lorenzo Miguel, Antonio Caló vio el poderío de sus 400.000 afiliados en los años 80 y su poder de movilización, como también fue cómplice en los 90 de la privatización (recordemos la colaboración con el gobierno menemista de Lorenzo Miguel para que se pudiera privatizar la ex SOMISA, actual SIDERAR), y la destrucción de la industria con el neoliberalismo apoyando fervientemente a Carlos Menem.

A fines de los 90 se calcula que la cantidad de afiliados de la UOM cayó a 90.000 en todo el país, aún así el dirigente metalúrgico nunca cambió su definición peronista y apoyó al gobierno devaluador de Eduardo Duhalde en el 2002.

Hoy en día la cantidad de afiliados subió nuevamente a 250.000 trabajadores pero sobre la base de un salario básico mayoritario en el año 2014 de $6400, con pésimas condiciones de trabajo, un crecimiento del trabajo precario y sueldos de miseria, aún siendo el gremio industrial más importante.

Hace varias semanas que Caló amenaza con un paro que jamás se cumple. Ahora le puso fecha para los primeros días de junio, por temor a que la base lo cuelgue del obelisco y los dirigentes solo se juegan a movilizar a sus delegados (movidos por ese mismo temor). Por esto, aunque en distinto contexto, la burocracia sindical juega un rol carnero acompañando al gobierno Kirchnerista que hoy ajusta indirectamente a los trabajadores mediante el techo a las paritarias, la inflación y la defensa de los empresarios, en un fin de ciclo donde el gobierno gira abiertamente a la derecha.
 
A pesar de ello con la recomposición del empleo basado en la precariedad también ingresó a las fábricas una nueva generación de obreros jóvenes que, como muestran los trabajadores de la fábrica rosarina Liliana tienen la energía y combatividad que se necesita para superar a la burocracia sindical y poner en el centro la agenda de los trabajadores.
 
Estos jóvenes obreros de Liliana conformaron la lista Celeste en la fábrica que estuvo sin delegados durante 64 años y conquistaron el 40% de los votos, superando las maniobras de la empresa y el fraude escandaloso del sindicato que hizo votar hasta a los administrativos, y lograron que hasta la seccional local de la burocracia tuviera que reconocer mediante una solicitada la gran elección de esta joven lista. Hoy son una referencia para todas las fábricas de Rosario y por qué no del resto del país.

Este es el ejemplo más concreto de la expresión de la bronca por abajo en todo el gremio, donde hay que dar pelea por organizarse siguiendo su ejemplo.

 
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