María Ester Ledesma trabajaba en el importante hospital interzonal de agudos. Era grupo de riesgo y había presentado seis veces el pedido de licencia por enfermedades que tenía, siempre rechazado. Justicia por Ester, el Estado es responsable.

María Ester Ledesma trabajaba en el Hospital Interzonal de Agudos Gandulfo. Era grupo de riesgo y había presentado seis veces el pedido de licencia por enfermedades que tenía y las seis veces se lo rechazaron.

En el día de ayer se conoció la terrible noticia del fallecimiento de María Ester por el contagio que se extendió a su madre, quien también falleció, y a su hijo, que sigue internado.

Producto de la negligencia patronal y estatal que expone a los trabajadores, a los familiares y a toda la comunidad que asiste al centro de salud una vez más una trabajadora de la primera línea sufre el contagio de Covid 19. El Estado decidió abandonarla. Esto es un CRIMEN DE ESTADO.

Ella era enfermera en el área de pediatría en un hospital provincial receptor de pacientes covid positivos. El mismo hospital en donde unas semanas atrás se manifestaban en sus puertas los trabajadores exigiendo elementos de protección personal.

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Vemos que en cada conferencia de prensa el gobernador Axel Kicillof junto con Alberto Fernández, aplaude las medidas tomadas por la provincia, diciendo que estos dos meses sirvieron para fortalecer el sistema de salud, que se compraron respiradores, que se contrató personal suficiente. Una tras otra, mentiras y más mentiras.

Condiciones edilicias deplorables, equipo de protección personal insuficiente y de mala calidad, falta de personal en todas las áreas. Y la negativa a dar licencias a las y los trabajadores que pertenecen al grupo de riesgo. ¿Por qué se niegan a dar las licencias? Porque el sistema está vaciado y faltan centenares de trabajadores. Los llamados esenciales trabajamos con horarios extenuantes, con salarios miserables, con contratos basura. Un régimen ajustador de precarización que se convierte en un sistema asesino de sus propios trabajadores.

Según lo que informan los trabajadores, hay médicos de diferentes servicios contagiados. Lo mismo que está pasando en otros hospitales de la zona como en el Evita de Lanús y en el Fiorito de Avellaneda, donde se difundió que hay por lo menos veinte trabajadores contagiados en cada uno de ellos.

El Gandulfo es un hospital provincial en el corazón de Lomas de Zamora. En todo el municipio los casos de contagio siguen subiendo y las y los trabajadores de salud municipales también enfrentamos la misma desidia: precarización laboral, falta de equipo de protección personal de calidad y en cantidad suficiente, falta de protocolos de atención claros, negativa a dar licencias a trabajadores que son del grupo de riesgo o tienen a su cargo familiares vulnerables. Sumado a que los trabajadores venimos reclamando que se nos convoque a ser parte del comité de crisis para enfrentar la pandemia y las autoridades vienen negándonos toda participación en la toma de decisiones. Somos nosotros los que día a día estamos en la primera línea, pero no se nos convoca porque el secretario de salud, Mariano Ortega, y el intendente Martín Insaurralde no quieren escuchar la verdad de la situación en los centros de salud del municipio.

La muerte de María Ester era evitable. A días de cumplirse 5 años del primer Ni Una Menos, vemos una vida más que se cobra este sistema. Es la muerte de una mujer trabajadora de la salud pública, de una de las que día a día combaten un virus que pega más fuerte en los barrios populares.

Justicia para María Ester. Licencias para quienes lo solicitan. Equipos de protección personal acorde a la función. Contratación de todo el personal necesario. Testeo a los trabajadores. Ni una menos asesinada por el Estado de clase que solo vela por las ganancias de los empresarios.