“Porque no queremos depender del extranjero de algo tan estratégico y fundamental para la seguridad nacional. Tenemos que ser autosuficientes en gasolina, diésel y alimentos. Esto no significa romper relaciones con ningún país”. Declaró el presidente junto con Adán Augusto López, Rocío Nahle y el director de Pemex, Octavio Romero.
Desde el 2019, anunció que varias empresas estaban invirtiendo en la refinería Dos Bocas en el Estado de Tabasco. Añadió que este proyecto sería una fuente de empleos para la zona, pero que sería necesaria la inversión de empresas extranjeras.
Pero para respaldar el mega proyecto, el congreso de Tabasco permitió una ley conocida como “Ley Garrote” en la que, quienes protesten, realicen bloqueos o intenten impedir la construcción de obras públicas o privadas serán encarcelados de 10 a 20 años.
Pero, ¿esto qué implica?
Es un megaproyecto que costará no 8 mil millones como se proponía al principio, sino 14 mil millones de pesos. Una cantidad que realmente, ayudaría mucho más si se pusiera al servicio del pueblo para enfrentar esta pandemia.
Es importante tener independencia de las grandes petroleras extranjeras, pero no es necesario construir una nueva refinería si hay más de tres en desuso. Ya que el daño ecológico que implica una nueva refinería es grave.
Además, la implementación de la Ley Garrote que resguarda al proyecto es un avance contra los derechos humanos.
Al igual que la continuación del proyecto del Tren Maya, la construcción de la refinería de Dos Bocas, no se detiene en plena crisis. Importan más los intereses de los grandes capitalistas y sus empresas antes que la salud de los y las trabajadoras poniendo en marcha estos proyectos. A pesar de los millones de despidos y recortes salariales, las inversiones le sonríen al presidente.
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Es una gran contradicción querer implementar este proyecto con el pretexto de una independencia de las grandes empresas extranjeras de petróleo pero que a la vez, el proyecto se lleva a cabo a través de concesiones millonarias a estas.
Como han explicado científicos en todo el mundo, el Covid 19, así como muchos otros virus, se exparció producto de las invasiones a ecosistemas donde el humano no habita cotidianamente. Aún así no hay el hambre de ganancias puede más que la necesidad de cuidar el medio ambiente.
Es fundamental oponerse a estos grandes megaproyectos, pues los trabajadores y las trabajadoras no tenemos por qué seguir pagando con nuestras vidas la avaricia de los capitalistas.
Los recursos destinados a los megaproyectos como Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía, deberían ser destinado para la construcción de hospitales y el sistema de salud pública, que poco a poco se ha ido desmantelando con el objetivo de privatizarse. | 
