El pasado viernes 29 de mayo, Nornikel, la compañía más grande de Rusia y una de las más grandes del mundo en la extracción y procesamiento de metales preciosos y no ferrosos, derramó 21 000 toneladas de diésel de una central termoeléctrica en el río Ambárnaya, cerca de la ciudad industrial de Norilsk, próxima al Círculo Polar Ártico. El jefe de calderas de la termoeléctrica se encuentra detenido y fueron requisados documentos y grabaciones de conversaciones entre empleados y otros archivos.
El hecho se dio a conocer por la viceministra de Recursos Naturales y Ecología de Rusia, Elena Panova. “La situación es muy difícil, porque se trata del Ártico. Es necesario recoger el diesel derramado, pero no hay dónde, no hay caminos, no hay almacenes. No se puede quemar, porque se generarían sustancias peligrosas para la vida”, señaló Panova en conferencia de prensa este viernes 5 de junio.
Según indicó Rosprirodnadzor, la entidad estatal encargada de velar por la naturaleza, 6 000 toneladas de diésel se derramaron sobre la tierra y otras 15 000 toneladas fueron a dar a los ríos.
Evgueni Zínichev, ministro de Emergencias de Rusia, sobrevoló este jueves la zona del accidente junto a una comisión creada para responder a este desastre. De acuerdo a lo señalado por Greenpeace, es el primer accidente de tal magnitud en el Ártico y es equiparable al derrame del buque cisterna “Exxon Valdez” ocurrido hace tres décadas frente a las costas de Alaska.
Según informa la agencia EFE Verde, recién el miércoles fue declarado el estado de emergencia federal tras la intervención del presidente ruso, Vladímir Putin, y amonestar al gobernador de la región de Krasnoyarsk, Alexandr Uss, por haberle informado tarde del accidente, a pesar de que Nornikel informó del accidente el mismo viernes, según indicó la agencia TASS.
10 años de recuperación
Un destacamento de 70 rescatistas de diversas regiones rusas se trasladó al lugar, junto con equipamiento especial de la petrolera rusa Gazprom Neft que incluye bombas y máquinas para recoger el petróleo, excavadoras y barreras de contención flotantes.
La operadora de oleoductos Transneft ha preparado a su vez cinco brigadas de 80 personas y proporcionado barreras, recipientes de 10 metros cúbicos, bombas, botes y tiendas de campaña. Además, se movilizaron a Norilsk diez sistemas de recolección y almacenamiento de crudo de 16 toneladas. Drones y helicópteros monitorean la zona del desastre desde el aire.
Sin embargo, según indicó Panova, la recuperación de la zona podría tomar “al menos 10 años”.
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