El Sanatorio Modelo de Quilmes no dejó de facturar durante la pandemia, más bien todo lo contrario: por ejemplo, las habitaciones destinadas a un paciente ahora albergan dos; en su mayoría parejas con diagnóstico positivo de Coronavirus. Estas internaciones hoy ocupan tres pisos de la institución y son resultado de trabajar asistiendo a los afiliados de las mejores obras sociales y hasta incluso una propia; Apres. Pero los trabajadores del sanatorio desempeñan sus tareas sin las más esenciales medidas de bioseguridad, exponiendo su salud.
Por otro lado implementa una rotación de la plantilla del personal dividida en dos grupos que trabaja cada 15 días, por ende, hay menos trabajadores para asistir la emergencia sanitaria. Esta rotación fue implementada con un descuento del 15% de los salarios argumentando que es debido a la pandemia de coronavirus, sumado a que los trabajadores aún no han cobrado el 50% de sus sueldos ni las horas extras que esto arroja como resultado.
Según declaran los jerárquicos del sanatorio, la parte que se estaría adeudando a los trabajadores de la salud es lo correspondiente a la ATP (Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción), la asistencia económica que el gobierno decretó para subvencionar a las empresas que argumentan no poder pagar los sueldos. Aunque los trabajadores han realizado un paro de seis horas en respuesta, con un llamado al gremio ATSA (Asociación de Trabajadores de la Salud) que está al tanto de la situación que atraviesan, aún no han recibido una respuesta.
En medio de la pandemia los empresarios de la salud privada no tienen reparo en hacer negocios a costa de los afiliados y de los trabajadores, como ya hemos visto en la situación que atraviesan los trabajadores del Sanatorio de Bernal.
Más que nunca se hace urgente la unificación y centralización del sistema de salud a nivel nacional, que reúna la totalidad de los recursos del sistema público, privado, de obras sociales y de la Universidad, bajo control de los trabajadores y profesionales. Implementación de comités de emergencia (o crisis) central y locales, con participación de los trabajadores, junto a la duplicación de los salarios mínimos vigentes. |