Las familias del Barrio Obrero de Cipolletti se encuentran entre la amenaza de los contagios de COVID-19, sus consecuencias sociales y las faltas de servicios y obras públicas que ponen en peligro de muerte a las y los trabajadoras de los sectores populares. Cerca de las 11 de la mañana realizaron una conferencia de prensa y anuncian que seguirán reclamando hasta que haya respuestas.
Las y los vecinos se encuentran movilizados desde el pasado martes ante el trágico incendio en el que falleció una niña y dejó en grave estado al padre que sigue internado en el Hospital de Cipolletti y a 2 menores que fueron trasladados al hospital Garraham. El mismo día del incendio se reunieron con el Intendente Di Tella y establecieron un plazo de 48 horas para que se de una respuesta, ante la falta de ella, éste miércoles volverán a movilizar con un nuevo petitorio.
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Exigen que se avance en la urbanización y conexión de los servicios y también la asistencia psicológica para los vecinos del barrio que quedaron muy afectados ante la tragedia.
“Nosotros ganamos la expropiación y ya está todo desde el 2018 para que se empiece el proceso de urbanización, ¿y cuál es el problema, porque no se avanza? Nosotros decimos que es político, que el problema de todos los asentamientos es político, somos 5 los barrios que están dentro del proceso para que se inicie la urbanización, y no se avanza y siempre hay trabas” denunciaba Lila Calderon, referente del barrio.
“La muerte de Aldana no fue un accidente, era evitable, se murió por las falencias de este sistema, por no tener las condiciones para estar bien y lo peor es que pueden haber más Aldanas por qué no se ha modificado nada, lo único que queremos es que no vuelva a pasar y para eso tienen que respetar nuestros derechos” agregaba Lila.
Una vecina a su vez decía: “todos los vecinos nos unimos para este proyecto tan importante, son necesidades básicas de cada uno, no podemos estar así de esta manera, que se muera otra persona para que después se den cuenta de lo pasa en el barrio”.
También denunciaron las negligencias ante los casos de COVID-19 en el barrio que ya suman tres casos positivos y un muerto. Como en otras ciudades de la región, desde el municipio se impulsaron los bloqueos de los caminos con montículos de tierra para aislar y evitar la circulación a los barrios sin ninguna medida sanitaria efectiva para evitar brotes y contagios.
El año pasado todos los candidatos hicieron anuncios de que se atendería el reclamo, pero otra vez las promesas hechas en épocas de elecciones, que no cumplen con las expectativas de los vecinos, pero que, así y todo, tampoco llegan.
La indignación y bronca por la situación social que se vive dentro de los barrios es una bomba de tiempo. Con la llegada del invierno cerca, los problemas estructurales sin resolver y una curva de contagios que en Río Negro no para de subir, se vuelve urgente que se avance en las obras y los servicio, que son un derecho y son elementales para el resguardo y seguridad de las familias trabajadoras de los barrios y asentamientos populares. |