Más niños y niñas pasan hambre en Argentina. Seis de cada 10 chicos vive en un hogar pobre. En 2019, el 59,5% de los chicos argentinos que vive en zonas urbanas residía en un hogar en situación de pobreza por ingresos. Entre ellos, el 14,8% eran indigentes.
A 80 días de conocerse el primer caso de coronavirus en Argentina y tras meses de aislamiento social obligatorio, según estimaciones de UNicef, si la vivienda esta localizada en una villa o en barrios populares, la incidencia de la pobreza en 2020 alcanzará a 9 de cada 10 niñas y niños.
El informe de “Condiciones de vida de las Infancias Pre-pandemia COVID-19”, elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA), muestra que a largo de estos años, la indigencia siguió una tendencia estable, pero en el último período interanual experimentó un incremento de casi 4 puntos porcentuales.
Mientras que la pobreza monetaria tuvo más fluctuaciones, en los últimos cuatro años experimentó un incremento de 13 puntos porcentuales a nivel de la población infantil de entre 0 y 17 años.
Los chicos y chicas bonaerenses son los más afectados: casi el 19 por ciento es indigente. En el Gran Buenos Aires, la pobreza se eleva al 69,8%, y en las áreas metropolitanas del interior del país, a 54,1%.
El incremento en los últimos cuatro años —de 2015 a 2019— fue significativamente mayor en las áreas metropolitanas del interior (17 puntos porcentuales) que en el Gran Buenos Aires (12 puntos porcentuales).
Entre los derechos básicos negados, además de la falta de dinero para que sus familias cubran la canasta básica, están el derecho a la alimentación, a una vivienda digna, al saneamiento, a la atención de la Salud, a la Educación, entre otros.
Como viene reflejado La Izquierda Diario, una de las manifestaciones de esta situación son los comedores escolares. En el marco de la cuarentena, el acceso a un plato de comida diario es cada vez más lejano para miles de niñes.
Las cifras del 2019 son imbatibles y muestran una situación dramática, aunque aun es difícil estimar hasta dónde puede crecer la pobreza como consecuencia de la pandemia del coronavirus, el aislamiento preventivo obligatorio y cuál será su impacto en los sectores más vulnerables.
Actualmente la Pandemia tiene consecuencias más graves sobre quienes viven en condiciones de pobreza estructural, como lo vemos en Villa Azul y en los casi mil asentamientos que hay en el AMBA, que es producto de las políticas de las últimas décadas.
Imposible escapar a las conclusiones. Si bien hubo una baja significativa en 2010 en cuanto al nivel de pobreza infantil, luego de ese año la cantidad de niños y niñas pobres no dejó de ascender.
Cuando todes se rasgan las vestiduras hablando de Villa Azul, Villa Itatí, la 31, la 1-11-14 o el Barrio Cabezas, deberían recordar que cada quien que gobernó hizo su inestimable aporte a que cada vez más y más niñes sean pobres o indigentes. |