Es una buena noticia, porque la especie se considera bajo amenaza por el impacto de la crisis ecológica y la caza ilegal. El rol de los drones en estudios de la naturaleza.
Foto: Fundación de la Gran Barrera de Coral | Gobierno de Queensland
Australia, una zona azotada por incendios devastadores a comienzos de año (aunque parezca que pasó hace un siglo), esta vez trae buenas noticias: sesenta y cuatro mil tortugas fueron registradas con drones en la costa de la isla Raine, situada en los bordes exteriores de la Gran Barrera de Coral. Y el dato es alentador porque los investigadores han estado preocupados durante años por la declinación en el número de miembros de esta especie.
🐢🌊 Drones captaron por primera vez una colonia de 64 000 tortugas verdes en Australia https://t.co/6vpbE48YiZ
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) June 12, 2020
Según Reuters, se trata de un proyecto que dieron a conocer científicos del Departamento de Ambiente y Ciencia de Queensland, que se valieron de la tecnología de drones para estudiar el fenómeno que ocurre cada año en la isla Raine, la mayor colonia de tortugas verdes del mundo, cuando estas van a anidar. Las imágenes fueron tomadas en diciembre de 2019, justo en momentos en que los incendios forestales arrasaban con especies y bosques nativos de Australia.
El lugar es un cayo de coral con vegetación en los bordes exteriores de la Gran Barrera australiana. La población de quelonios fue absolutamente subestimada, dicen los científicos, que determinaron que hay hasta el doble de tortugas en esa zona. Así lo reconoce Richard Fitzpatrick, investigador de Biopixel Oceans Foundation: "Cuando comparamos los recuentos de drones con los de observadores, descubrimos que habíamos subestimado los números en el pasado por un factor de 1,73".
This is some of the most spectacular vision you will ever see - our new eye in the sky has captured 64,000 turtles off the coast of Raine Island, north-west of Cairns.
— Queensland Environment (@QldEnvironment) June 9, 2020
Andrew Dunstan, del Departamento de Ambiente y Ciencia (DES) y autor principal del artículo, dijo que los investigadores habían estado probando diferentes formas de analizar y contabilizar la población de tortugas. "Una nueva investigación científica publicada el lunes 8 de junio en [la revista] PLOS ONE descubrió que los drones, o vehículos aéreos no tripulados, eran el método de estudio más eficiente", dijo el Dr. Dunstan, quien también alabó los beneficios del video submarino con cámaras Go-Pro.
Estos adelantos gracias al uso de tecnología contrastan con el método mucho más artesanal de pintar una franja blanca (con pintura no tóxica y que se lava en pocos días) en el caparazón de las tortugas que anidaban en la playa, para después contar entre aquellas con y sin pintura mediante la observación desde un pequeño bote. Un método que daba origen a lecturas muy sesgadas, ya que el ojo humano, dice Dunstan, se ve más atraído por una franja blanca brillante.
Las condiciones meteorológicas en la zona tampoco acompañaban. “Usar un dron es más fácil, más seguro, mucho más preciso y los datos se pueden almacenar de forma inmediata y permanente", concluyó el especialista.
El uso de drones para el estudio ha permitido a los investigadores corregir los datos históricos, que habían sido almacenados con el método previo. “Lo que antes llevó a muchos investigadores mucho tiempo ahora puede ser realizado por un operador de drones en menos de una hora", dice Fitzpatrick.
Las tortugas verdes están consideradas en peligro de extinción. En los últimos años muchos países prohibieron su caza y declararon zonas protegidas las áreas en que anidan, planificando la restauración de su hábitat. La propia Gran Barrera se ve amenazada desde la década del 90 a causa del doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera, un fenómeno que va en dramático ascenso.
La combinación entre tecnología y esfuerzos de conservación de especies en peligro da increíbles resultados y plantea nuevas herramientas para pelear por la vida en el planeta.