"Di positivo de coronavirus. Como sociedad, hoy atravesamos el momento más difícil porque nos acercamos al pico de contagios. Les pido que se cuiden y que tratemos de minimizar el riesgo entre todos y todas. Por favor, quédense en sus casas todo lo que puedan". Con ese mensaje en Twitter, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, informaba a la comunidad la confirmación de su contagio.
La preocupación ante la noticia se hizo extensiva a otros funcionarios del gabinete nacional y provincial, que habían tenido contacto cercano con Insaurralde en el último tiempo. Entre ellos se encuentra el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, cuyo test finalmente dio negativo, según se informó al cierre de esta edición.
El presidente de la Nación, Alberto Fernández, se encontraba de gira por el norte del país al momento de tomar conocimiento de la noticia. Desde La Rioja, donde había brindado declaraciones relacionadas al culebrón Vicentín más temprano, anunció con un video la suspensión de su visita a Catamarca dado que Arroyo formaba parte de la comitiva.
El epicentro de la pandemia en Argentina es el Área Metropolitana de Buenos Aires, donde se encuentra esta localidad. Las zonas más comprometidas son los barrios bonaerenses y porteños más pobres y precarios. En algunos lugares la población no cuenta ni siquiera con agua potable para cuidarse, a diferencia de los funcionarios contagiados, que viven en el lujo como toda la casta política de la que son parte. Además, antes que sanitaria, la primera respuesta de los gobiernos es represiva, tal como mostró el ejemplo de Villa Azul en la zona sur del Gran Buenos Aires y como se constata nuevamente ahora con el barrio San Jorge de la Zona Norte.
La confirmación del contagio del Insaurralde puede tener alcances en sus consecuencias hasta dentro del gabinete nacional. Esto ocurre cuando empieza a subir el pico de contagios, frente una situación explosiva en el AMBA y en medio de los tironeos entre Capital Federal y la provincia de Buenos Aires por la apertura de la cuarentena.
Según informó Télam, el análisis a Insaurralde había sido realizado este viernes temprano, luego de que el intendente constatara que tenía "unas líneas de fiebre", pero sin dificultades respiratorias ni otros síntomas, de acuerdo con la evaluación física que le hicieron en su domicilio.
Recordemos que es paciente de riesgo por haber padecido cáncer tiempo atrás. No obstante, manifestó que seguirá trabajando desde su casa "a través del sistema Zoom" porque, en principio, "se siente bien". Lógicamente la preocupación se trasladó a la familia del funcionario, su esposa Jésica Cirio y su hija. No presentaban síntomas hasta la tarde de este viernes, pero se evaluaba la posibilidad de realizarles un test, según voceros del municipio. Vale destacar la increíble celeridad con la que fue realizado el testeo y la confirmación del diagnóstico, algo que no sucede en el caso de miles de pacientes.
La preocupación extendida, los test rápidos, la posibilidad de trabajar desde la casa, son reacciones lógicas y medidas mínimas que deben tomarse ante la sospecha o confirmación de contagio de cualquier persona. Sin embargo, estos procedimientos y cuidados, distan mucho de lo que evidenció el caso de María Ester Ledesma, enfermera del Hospital Interzonal de Agudos Gandulfo de la localidad de Lomas de Zamora.
María Ester Ledesma presentaba enfermedades preexistentes y falleció por Covid-19, luego de haber pedido seis veces licencia por ser población de riesgo. Las seis veces se lo rechazaron. El día 4 de junio se conoció la noticia de su muerte, que en este diario denunciamos como un verdadero asesinato laboral, un crimen de Estado a todas luces. Lógicamente, María Ester contagió a su madre, quien también falleció y a su hijo. Desidia total ante la vida de una esencial y su familia.
Este crimen que se cobró la vida de María Ester, se dio luego de que trabajadores de la salud reclamaran insistentemente por medidas de seguridad e higiene y sobre todo, testeos. Son los y las esenciales que están en la primera línea y de parte de las autoridades no han recibido más que desprotección. Hay quienes han llegado tan lejos, que hasta responsabilizaron a profesionales de los hospitales públicos por los contagios. |