FOTO: Radio Universidad de Chile
El recién asumido ministro de salud Enrique París, hizo un directo llamado al senado a acelerar el proyecto de ley recrudece las sanciones para aquellos que incumplan las medidas sanitarias, en el contexto pandémico por el COVID 19.
De acuerdo a lo señalado por el medio CNN, este lunes la autoridad a cargo de la cartera de salud habría declarado “a pesar del ejemplo de las comunas que actúan bien, hay otras comunas donde la población no actúa correctamente, se siguen vulnerando las órdenes sanitarias, se sigue vulnerando el toque de queda y la cuarentena“.
Dichas declaraciones reafirman la línea de culpabilización por parte del gobierno hacia la población, distanciándose de toda crítica, colocando al centro una ley que en lo concreto busca incrementar la gravedad de la condena máxima, pasando de los 540 días de presidio a los 3 años.
Así también lo recalcó Paris señalando “creo que va a dar una señal muy importante para que la gente entienda que si no cumple van a tener penas de hasta tres años“.
Hipocresía absoluta frente al hambre y desocupación en miles de familias trabajadoras
Las declaraciones del ministro Paris sólo muestra una vez más la hipocresía del gobierno frente al conjunto del pueblo trabajador, donde prefiere reprimir y militarizar las calles con cuarentenas de hambre, antes que responder a las urgentes exigencias que realizan decenas de miles de familias en todo el país. O es que acaso no resulta irracional promover el endurecimiento de condenas para quienes atenten en contra de la salud, cuando el gobierno de Sebastián Piñera al servicio de los grandes intereses empresariales, ha sido el principal responsable de exponer a la clase trabajadora al contagio y al hambre, incapaz de entregar un ingreso mínimo que permita palear la crisis económica y sanitaria por el COVID19.
Está claro que el acuerdo llevado a cabo por el gobierno y la oposición, cuyas salidas irrisorias como el bono de 100 mil pesos por persona resulta irrisoria frente al aumento de precios en productos, el encarecimiento por insumos de salud, o las cuentas y deudas que deben sortear las familias trabajadoras el día de hoy.
La crisis se mantiene, y los contagios y fallecimientos se elevan ante un gobierno cuya única salida es represión y control sobre los sectores que reclaman y protestan contra la precariedad de la vida.
Este gobierno podrido se ha mostrado contrario a las exigencias del pueblo trabajador, y el “¡Renuncia a Piñera!” vuelve a tomar fuerza, donde una asamblea constituyente realmente libre y soberana resulta ser la única respuesta profunda ante la desidia de la clase empresarial y la casta política a su servicio. | 
