Los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, policía autonómica de Catalunya, estaban garantizando un desahucio, cuando encontraron a Wubi, joven migrante racializado que vive en la localidad de Sabadell (Catalunya). El 10 de enero del año pasado es un día que no olvidará nunca. Los agentes lo insultaron, lo escupieron y lo golpearon. Le dijeron “Tú eres un mono, hijo de puta”, que “se vaya corriendo a la África”, “Negro de mierda, hijo de la gran puta”. Una humillación racista absoluta. El joven huyó y mientras corría sintió uno disparo.
Pero el joven Wubi, tenía 19 años en los momentos de los hechos, fue obligado a volver al edificio por los mismos Mossos. En esta ocasión grabó los improperios, pidió piedad, que lo trataran bien, pero los policías continuaron con la misma tónica. Uno de los agentes reconoció “soy racista”.
Hace pocos días, el jefe de los mosos, Eduard Sallent, admitió que existe un “sesgo étnico” en el campo de las identificaciones policiales. E inmediatamente aclaró que esto es un problema que hay en todo el mundo, como una forma de aligerar el problema. El racismo institucional es un problema más grave del que parece. Sallent tiene razón en que es un problema que hay en todo el mundo, a todas las policías del mundo.
Pero las palabras de Sallent parecen lágrimas de cocodrilo. Porque admitir aquel sesgo no sirve para apartar los seis agentes, ni para suspender de trabajo y sueldo. El jefe pensará que mientras la “justicia” haga su camino (super lento), ellos podrán continuar “haciendo trabajo”. Un otra muestra de que este “sesgo” parece que viene de arriba.
En Cataluña también hay "Black Lives Matter". Y en el Estado español también. Hace pocos días hubo la muerte de Iliass en un centro de menores. Pero también es una constante en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) La Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos han sido protagonistas de acciones violentas constantemtne .
Manifestación en Manresa
Este lunes se ha realizado una manifestación en Manresa convocada contra la agresión racista y lo abuso policial sufrido por Wubi, cuando el caso se vitalizó tras la publicación de un video por un medio independiente catalán, La Directa.
Tras la grabación que prueba el ataque racista de parte de un grupo de seis agentes de los Mossos de escuadra, investigado por un juzgado de Manresa durante la detención de Wubi, la respuesta no se hizo esperar.
El joven agredido, de 21 años y residente en Sabadell, denuncia en un video lo racismo y los abusos policiales, “esto pasa aquí, se real” no solo en el extranjero, haciendo referencia al asesinato de George Floyd en EE. UU.
La concurrida concentración convocada miedo la PAH Bages y otros colectivos llegó hasta la plaza San Domènec de Manresa, en donde los manifestantes hincaron la rodilla al suelo gesto de repudio a los abusos policiales y el racismo.
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