A raíz de una denuncia que llegó a la redacción de La Izquierda Diario, acerca de la falta de medicación inmunosupresora para pacientes trasplantados durante el período de aislamiento, hablamos con un médico del área del hospital que más trasplantes realiza por año en la ciudad de Córdoba. Por supuesto, nos pidió total reserva respecto a su identidad.
¿Cómo fue la atención en el área de trasplante durante la cuarentena?
Seguimos atendiendo, el hospital se acondicionó para que dentro del mismo edificio hubiera dos áreas, una limpia y un pre control e ingreso independiente para pacientes COVID o sospechosos. También se le realizaba un pequeño control a cada persona que ingresaba al área limpia del hospital.
La parte administrativa siguió funcionando, entregando turnos, pedidos y recetas. Y en los consultorios, lo que se modificó fue que los pacientes que se realizan el laboratorio, se tienen que quedar un rato esperando los resultados, para tener esa misma mañana la consulta. Esto se hizo para que no tengan que volver a sus domicilios y regresar nuevamente, exponiéndolos más.
¿Tuvieron muchos casos con COVID-19 positivo?
Uno solo, uno de los primeros que se conoció públicamente, que ahora ya está completamente negativizado.
¿Con la entrega de medicación tuvieron problemas los pacientes trasplantados?
La mayoría de las internaciones que tuvimos durante este período fue por rechazo a causa de que el PAMI no entregaba la medicación. Fue una situación que se prolongó por unos dos meses.
¿Y cómo resolvieron la situación?
Nosotros acá tenemos un pequeño banco de medicación inmunosupresora, que la acumulamos de aquello que los mismos pacientes nos dan. Porque a veces hay cambios en la medicación y les sobra. A eso lo usamos, en una situación normal, para prestar cuando alguno tiene algún faltante durante el año. Pero esta vez fue insuficiente, los casos fueron tantos que no dimos abasto.
¿Y cuáles son las consecuencias para los pacientes ante estas situaciones de rechazo?
Y, es bastante desesperante, porque están esperando durante años un órgano y ahora el riesgo de perderlo es muy alto. Y en aquellos pacientes que no llegaron a tal punto, la vida útil del injerto se reduce considerablemente. |