En medio de una crisis sin precedentes, con la economía mundial cayendo a pedazos, cuando se estima que la economía mundial puede caer un 7%; cuando la crisis que aceleró el covid-19 saca a la luz el desfinanciamiento que habían hecho los Estados capitalistas de la salud pública, cuando salta a la luz la degradación y la precarización del empleo en todo el mundo; cuando todo eso se mezcla con la explosión de amplios sectores de la juventud contra el racismo y la violencia estatal; cuando Argentina puede terminar el 2020 acumulando una caída del PBI del 18% en los últimos 3 años, cuando Unicef dice que cuando termine el año vamos a tener casi 8 millones de niños pobres, de los cuales 2 millones estarán en pobreza extrema; cuando saltan a la luz las condiciones en las que se viven en las barriadas populares;
Cuando vemos todo esto, en medio de toda esta crisis, en Argentina se discute sobre Vicentín. Y en un sentido está bien hacerlo, porque si desarrollamos los problemas que plantea podemos pensar cómo llegamos hasta acá y cómo vamos a salir.
Pero para eso hay que sacar mucho humo del medio. Primero hay que sacar el humo de los dueños del país, del gran empresariado de la AEA, de los Clarín y La Nación chillando porque está en cuestionamiento que se intervenga la empresa de una familia que ha hecho un desfalco al Estado y una serie de estafas imposibles de defender.
Los gritos de “se viene el comunismo” de algún panelista o Carrió diciendo que ahora “vienen por las tierras” no son solo por Vicentín; lo que se está haciendo es inclinar la cancha totalmente a la derecha para empezar a negociar quién va a pagar los costos de la crisis en la que estamos; y que va a empeorar mucho, hay que decirlo.
Si a quienes son los responsables de las estafas de Vicentin hay que invitarlos a charlar para aclararles que el “objetivo es el rescate de la empresa”, si hay que discutir que eso no es comunismo; si a los Ceos y empresarios que hoy despiden los vemos cobrando vía ATP, como vimos con Belocopitt y si la CGT dice que cuida a los trabajadores acordando con los empresarios quitas de salario, ellos, los dueños del país, ya ganaron, porque entonces no es posible tocarlos nunca.
Pero por otro lado, ayer escuchaba la editorial de Roberto Navarro en el Destape y también me quedaron resonando distintas cosas. Una es que dijera que frente a la eventual expropiación de Vicentín “La furia del establishment se relaciona también con perder el elemento desestabilizador principal de los últimos años, que es el manejo del tipo de cambio”. Raro porque, aunque significativa en su rubro, está lejos de ser una empresa que permita regular el comercio exterior, y más raro aún sería pensar que sin Vicentin los dueños del comercio exterior y los grandes Banco ya no tendrían esa posibilidad. Para impedir esto habría que pensar en la nacionalización del comercio exterior que hoy es un oligopolio en manos privadas y en un sistema bancario público; habría que pensar en que estuvieran en manos de la clase trabajadora, para ponerlos al servicio de las mayorías.
Pero en otro momento vamos a profundizar sobre esto. Ahora me quería detener en otro punto. Sobre la intervención de vicentin Navarro decía esto:“puede cambiar radicalmente el sector más dinámico de nuestra sociedad. Ahora bien el peronismo se ve en la responsabilidad histórica de crear una verdadera burguesía nacional para desarrollar el país. Eso es lo que quiere el gobierno. Lo que quieren ellos es eliminar el peronismo, desterrarlo de la faz de la tierra para seguir con este capitalismo de pillaje que plantean. Alguna vez Joseph Stiglitz, premio nobel de economía decía que hay tres tipos de capitalismo, porque no hay otra cosa que no sea capitalismo, todo eso que dicen comunismo, son pavadas”.
Y habla de un capitalismo Alemán con una fuerte regulación estatal y con un fuerte control de que esas regulaciones se cumplan; de un capitalismo con pocas regulaciones pero que se cumplen en EEUU; y un capitalismo de pillaje, como el que anida en Latinoamérica, donde no hay regulaciones.
La frase da para mucho. Porque para empezar sentenciar que no hay otra cosa que no sea capitalismo y que eso del comunismo son “pavadas” lo que hace es reforzar la idea de que el sistema social y su clase dominante que nos están hundiendo son incuestionables. Justo en estos momentos, cuando para cualquiera que prenda la televisión verá que no gozan de buena salud..
También es raro porque el “pillaje” en la región en gran parte se da en manos de las empresas y los Estados de esas naciones que quedan embellecidas por cumplir sus regulaciones ¿Es una cuestión de poner “reglas claras”?
Pero lo más peligroso de todo es insistir con la idea de una “verdadera burguesía nacional para el desarrollo del país”. Es esa misma burguesía la que nos ha llevado a esta decadencia nacional, como socia lacaya y cómplice del gran capital de esos países que tan bien respetan sus normas.
Esto tiene raíces históricas profundas en la inserción de la región como socio relativamente débiles del capital de las grandes potencias imperialistas y en la Argentina como abastecedor de materias primas de esos países.
Desde el genocidio a los pueblos originarios para el reparto de las tierras entre un selecto grupo de terratenientes y la fundación del Estado Argentino más o menos como lo conocemos hasta hoy, esa burguesía ha jugado el mismo rol.
Elija su generación de burguesía cipaya, tiene una carta que va desde los Mitre hasta los Galperin, pasando por los Paolo Rocca, los Macri, El grupo Clarín, Los miembros de la Sociedad Rural, Madanes Quintanilla, Coto etc etc;
Son los mismos que salen en las listas de fugadores seriales que salen a la luz cada tanto. Uno más miserable que el otro, todos viviendo del Estado que les garantiza sus negocios y hasta les ha pagado sus deudas. La misma clase a la que no le tembló el pulso para apoyan todos y cada uno de los golpes de Estado. Los mismos que en muchos casos llegaron a poner centros clandestinos de detención en sus establecimientos.
¿Vamos a desarrollar el país y terminar con el capitalismo de pillaje con el FMI y pagando la una deuda mecanismo privilegiado de estafa y pillaje? Una deuda que en gran parte viene de la dictadura y de la estatización de la deuda privada de muchos de esos grupos económicos
Que no te tomen por boludo o por boluda, de esta crisis no nos va a sacar esa gente.
Esta discusión es central, porque si el desarrollo del país es inviable en sus manos tenemos que discutir que la única clase social capaz de romper con este modelo de saqueo imperialista es la clase trabajadora. Y para que la clase trabajadora juegue ese rol tiene que tener plena independencia política, no ir detrás de sus propios entregadores y explotadores. |