A casi un mes de que el equipo de salvamento arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), enviado para explorar el territorio sobre el cual se pretende construir el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, hiciera público el hallazgo de importantes restos arqueológicos y paleontológicos en la zona, recientemente fue expedida la orden de “preservar dichos restos”.
Sin embargo, ni el INAH, ni el juez federal asignado al caso han ordenado hasta ahora la suspensión inmediata de la construcción de dicha obra, a pesar de haberse otorgado una suspensión provisional, a un particular cuyo nombre se desconoce.
En la resolución se expresa:
“No es procedente conceder la suspensión para el efecto de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia ejerza sus facultades y suspenda las obras del Nuevo de Aeropuerto Felipe Ángeles, hasta que se extraigan todos los bienes antropológicos y paleontológicos en el lugar, porque en términos del artículo 37 de la Ley de Aeropuertos, dicho proyecto de edificación al ser de utilidad pública implica la construcción de un aeropuerto, que en este caso se realiza en un área geográfica donde el Estado Mexicano ejerce el dominio directo, lo que implicaría contravenir disposiciones de orden público respecto de lo cual la sociedad en general está interesada en su continuación”
Se solicitó al INAH reportar si la construcción del aeropuerto entorpece en algo la realización de su investigación en favor de preservar las más de 183 osamentas de mamut, 19 osamentas humanas, entre otros restos de animales del pleistoceno, además de ofrendas e instrumentos, que se han encontrado hasta ahora.
Dichos hallazgos, indicarían que existen importantes vestigios de igual envergadura, cuya antigüedad data de entre 10 mil y 20 mil años. Sin duda, más allá del exhorto del juez lo que sigue estando de por medio son los intereses económicos puestos sobre la obra estrella del gobierno de AMLO, cuyo valor asciende a 82 mil millones de pesos.
Se han dado algunas ideas de cómo rescatar el inconmensurable acervo, sin frenar la construcción del nuevo aeropuerto, como la construcción de un museo, dentro de las instalaciones del AISL.
Sin embargo, estas “sugerencias” invisibilizan que cuando se trata de preservar patrimonio histórico de la humanidad, lo que prima son los negocios y los intereses del gobierno y los empresarios. Así lo deja ver por ejemplo, el recorte del 75% del presupuesto precisamente al INAH, anunciado hace unos días. |