Estos días estamos hablando de Vicentín, de sus estafas durante el gobierno de Macri y sus negocios de siempre. Pero hoy: el rol que jugaron Vicentín y el resto de las cerealeras y aceiteras durante la última dictadura.
Vamos a escuchar un primer testimonio de Efren Venturini, un ex obrero de Vicentín, que le hizo Celina Tidoni, del CeProDH, para su nota de La Izquierda Diario.
"Entró el golpe y a nosotros nos metieron en cana, estuvimos un tiempo presos, torturados, y al día siguiente nos mandaron el telegrama de despido"
Efraín y sus compañeros habían tenido la osadía, primero, de desafiar a la empresa con la primera huelga. Fue en 1974 contra los accidentes de trabajo. Había muerto un compañero. ¿Qué hizo Vicentín? Hizo detener a los organizadores de la huelga.
El peronismo gobernaba en la provincia y en el sindicato también.
La segunda osadía de Efren y sus compañeros fue ganar el gremio de Aceiteros en octubre de 1975. Votaron que los secretarios de la comisión directiva rotaban cada seis meses y la mayoría siguió trabajando. Además organizaron el Cuerpo de Delegados por secciones. Eran 14.
Los 14 fueron delegados secuestrados los primeros días de noviembre de 1976. En total se llevaron 22 trabajadores. A Efrén lo señaló el jefe de personal, el señor Tonietti.
Lo chuparon para meterlo en el circuito del terror que empezaba en la comisaría de Avellaneda, pasaba por la Base Aérea de Reconquista, donde estaban desaparecidos y terminaba en la cárcel de Coronda donde los blanqueaban como presos políticos para liberarlos años después. Una nota de Ana Folin repasa muy bien ese trayecto.
El 5 de noviembre, un día después del secuestro de los 22 laburantes, la fábrica les envió un telegrama para que se presentaran a trabajar en 24 horas. Era para ahorrarse, miserablemente, las indemnizaciones.
Y quiero dedicarle un párrafo a otro de los delegados de Vicentín. Oscar “Cacho” Zarza. Su historia es conocida pero estos días salió una entrevista interesante de Sonia Tessa en Rosario 12. Hay dos datos muy significativos.
El primero es que Zarza ya había sido detenido antes del golpe. Fue la policía provincial dentro de la fábrica. Al acta se lo hicieron con las máquinas de escribir de Vicentín, delante de los capataces de la empresa. Luego fue detenido y torturado durante dos semanas. Eso ocurrió el 30 de enero de 1976, o sea durante el gobierno de Isabel Perón.
El otro dato es que cuando Zarza testificaba en el juicio contra los represores recibió amenazas. Investigando llegan hasta José Luis Gil, un ex policía. Sin que le pregunten mucho, el tipo dice con todo orgullo que en 1975 estuvo infiltrado en la fábrica Vicentin, por un acuerdo entre la policía y la empresa.
Esto muestras, por un lado, que el terrorismo de Estado en algunos casos comenzó antes del 24 de marzo. Por otro hasta donde llegaba la ligazón de las empresas y las fuerzas represivas para eliminar al activismo obrero combativo.
Algunos de los milicos de la “Patota de Reconquista”, muy poquitos y 30 años después, fueron condenados 30 años después.
¿Los Vicentín? Nunca, ningún gobierno, los acusó de nada.
Las Madres que despertó Molinos
Quiero que vean una foto. Muchos la deben conocer. Los que nos escuchan por radio, es la foto de una mujer con pañuelo blanco y una nena en sus brazos. Se llama “Madre e hija” y fue sacada por Adriana Lestido, una conocida fotógrafa. Fue en 1982 en Avellaneda pero en la Provincia de Buenos Aires.
La mujer se llama Blanca Freitas y reclama la aparición con vida de su hermano, Avelino Freitas. Él era delegado de Molinos Río de la Plata, otra cerealera, y fue desaparecido el 1º de julio de 1976 yendo para la fábrica.
En 1973 los trabajadores habían tomado esa planta para exigir la renuncia de la vieja Comisión Interna y reclamar medidas de seguridad e higiene.
Luego ganaron la interna. La patronal cerealera nunca se los perdonó.
Después del 24 de marzo el Ejército se instaló en la fábrica y recibía a los obreros con la ficha en la mano. Se llevaron a 26 trabajadores. Están todos desaparecidos.
Molinos hoy es de Gregorio Pérez Companc, que después le vamos a dedicar un párrafo. Pero en ese momento era de Bunge & Born, uno de los grupos empresarios más grandes del país y de los más fanáticos impulsores del golpe cívico militar.
De hecho, un mes antes de ese 24 de marzo, fue uno de los organizadores del paro patronal del 16 de febrero de 1976, donde decenas de cámaras patronales hicieron un lockout convocando prácticamente al golpe. Lo hizo a través de la COPAL, la cámara de industrias alimenticias que hoy agrupa a Mondelez, Pepsico o Ledesma.
O sea que hoy Vicentín aparece como la cerealera mala. Y lo es. Pero, ¿sus amigos?
Todos en la misma Bolsa
Para tener una idea de lo que hablo, ahora vamos a ver otra foto, es el imponente edificio de la Bolsa de Comercio de Rosario. Es la segunda casa de los Vicentín, donde siempre ocuparon los puestos dirigentes. Y se transformó durante el golpe en el lugar elegido por el General Ramón Genaro Diaz Bessone, el general Horacio Tomás Liendo y el propio Martínez de Hoz para las tertulias entre milicos y sojeros, donde se pactaron muchos favores a las exportadoras.
El año pasado, días antes de ganar las PASO, Alberto Fernández visitó ese edificio emblemático. A su lado se sentaron el actual gobernador santafesino Omar Perotti y el dueño de Vicentión, Alberto Padoán. Aunque la familia Vicentín había puesto mucha plata en la campaña macrista.
Pero volvamos a nuestra historia. Justamente, otra de las organizaciones que integraban, e integran, Vicentín, Molinos, Bunge y cía, es el Centro de Exportadores de Cereales. Y a través de esa organización firmaron una solicitada en defensa de la dictadura en septiembre de 1979 que decía:
“Queremos que el mundo sepa que la decisión de entrar en la lucha la provocó e impulsó la subversión, no fue privativa de las fuerzas armadas. Por eso queremos refrendar de esta manera nuestro apoyo a aquella dolorosa pero imprescindible decisión. Aunque en idénticas circunstancias volveríamos a actuar de idéntica manera”.
En idénticas circunstancias volveríamos a actuar de idéntica manera…Fuerte.
Represión y negocios
Bueno, es que la dictadura no solo persiguió a la vanguardia obrera que se organizaba en esas empresas. Les hizo muchos favores a Vicentín y sus amigos. En 1976 disolvió las responsabilidades que le quedaban a la Junta Nacional de Granos y dejó todo en manos privadas y en 1979 permitió la instalación de puertos privados.
Pero hubo un último favor, incluso con la dictadura ya cerca de la retirada. En 1982 el presidente del Banco Central Domingo Cavallo, estatizó 17.000 millones de dólares de deuda externa privada. Entre ellas estaban Bunge y Born S.A, Molinos de Río de La Plata y Vicentín, que tenía una deuda de 2.000.000 dólares. También fueron favorecidas muchas empresas del cerealero Pérez Companc.
Y lo nombro no solo porque hoy es dueño de Molinos. Sino porque hace poco fue elogiado por el presidente Alberto Fernández en un acto en el Hospital Austral.
Parece que Pérez Companc no es muy distinto a Vicentín. Será más prolijo en todo caso.
¿La impunidad también la van a negociar?
Para terminar escuchemos un último fragmento del testimonio de Efrain Venturini.
"Hablar de causa ahora...no sé. En la época de Macri tiraron todo para atrás. Durmieron todo. Y después ahora entró el gobierno nuevo empezó con el tema de la pandemia y todo eso y chau, no sabemos nada. Estamos esperando que siga"
Hay un claro reclamo de justicia, que acompaña la Federación Aceitera y organismos de derechos humanos, pero lamentablemente sigue la impunidad.
Así se construyó el oligopolio del comercio exterior. Con los favores de la dictadura y todos los gobiernos, con el sudor y la sangre de la clase trabajadora y de sus sectores más combativos. Esa historia, vale recordardarlo, va mucho más allá de Vicentín y poco va a cambiar con las medidas que anuncia el gobierno.
Así se construyó el oligopolio del comercio exterior. Con los favores de la dictadura y todos los gobiernos, con el sudor y la sangre de la clase trabajadora. Que va mucho más allá de Vicentín y poco va a cambiar con las medidas que anuncia el gobierno.
La pregunta que se hace Efraín y nos hacemos nosotros es: ¿Va a haber justicia para él y las decenas de trabajadores aceiteros desaparecidos? ¿Va a haber justicia por la estafa con la estatización de la deuda privada?
¿O a eso también lo van a negociar? ¿De eso también los van a rescatar? |