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La Izquierda Diario
19 de mayo de 2015 Twitter Faceboock

Panorama Sindical
El 9 de junio, paro nacional
Lucho Aguilar | @Lucho_Aguilar2

Las paritarias siguen trabadas y los gremios del transporte pusieron fecha a la quinta huelga general contra el gobierno de Cristina Kirchner. Algunos de los convocantes critican a la izquierda clasista. ¿Por qué se ponen nerviosos?.

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Fotografía:Cecilia Sarmiento

El anuncio de los gremios del transporte confirmó lo que venimos señalando desde La Izquierda Diario: el sindicalismo peronista ha optado, este año electoral, por un movimiento pendular. Tras el paro del 31 de marzo, habían entrado en una nueva tregua. Pero la “paz social” fue aprovechada por los empresarios y el gobierno. Ahora que las paritarias de muchos gremios se paralizaron, cada vez son más los dirigentes que no quieren que "los cuelguen del Obelisco” (Caló dixit).

No les quedaban muchas opciones.

Ese fue el mensaje de Juan Carlos Schmidt, moyanista y vocero de la estratégica Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). "Vamos a llevar como propuesta de coordinación con las centrales obreras que paremos el día 9 de junio", dijo. Está hablando de una “coordinación” de cúpulas, no se ilusionen. Y todos se van a subir al bondi. El paro tiene fecha y también tiene slogan: "la modificación del Impuesto a las Ganancias, el abordaje a la inflación, un aumento de emergencia para los jubilados, el reparto de fondos de las obras sociales y la inseguridad".

La sciolización de las paritarias

Las negociaciones salariales de mayo están tan cálidas como el clima. Axel Kicillof ha sido el encargado, este año, de ponerle techo a las aspiraciones obreras. Para algunos analistas, el protagonismo del ministro de Economía en las paritarias tiene que ver con la posibilidad de “seguir como ministro de Economía en caso de que Daniel Scioli gane las elecciones presidenciales” (Clarín). La sciolización de la política tiene sus correlatos económicos: uno de ellos es el ajuste al salario.

El candidato del Frente para la Victoria, por las dudas, no para de dar muestras de lo que piensa: hay 27 mil docentes sin cobrar en la provincia de Buenos Aires, como reveló en exclusiva La Izquierda Diario.

Antonio el miserable

Pero la política anti-obrera se enfrenta ante la realidad. La inmensa mayoría del pueblo trabajador tiene la expectativa de mantener o mejorar sus condiciones de vida.

Por eso las centrales oficialistas están metidas en un problema. La UOM tiene trabadas las negociaciones hace más de un mes. Y eso que Antonio Caló viene de arrugue en arrugue. La semana pasada, el hombre dejó clara su filosofía cuando aclaró que “esos 8.500 pesos, con los descuentos, se transforman en 6.700, y la línea de pobreza es de 6.300 pesos”. Una miseria.

Para golpear, el gobierno nacional quiere firmar esta semana acuerdos salariales en cuatro gremios aliados: UOM, Comercio, la UOCRA y UPCN. Todos respetarían el tope del 27 %. Una nueva traición.

Facundo el macartista

La medida de fuerza del 9 de junio no será convocada sólo por los gremios del transporte. Ya adelantaron su adhesión la CGT Azopardo de Hugo Moyano, la Azul y Blanca de Barrionuevo y la CTA de Pablo Micheli.

A los organizadores se les había ocurrido la fecha del 3 de junio, pero alguien les avisó que ese día era la convocatoria nacional #NiUnaMenos. Las cúpulas reclaman “contra la inseguridad” (como Massa, Macri o Berni), pero no dicen una palabra de la inseguridad que viven miles de mujeres víctimas de la violencia machista. En cambio los trabajadores que militan en la izquierda y el sindicalismo combativo se sumaron a la campaña junto al movimiento de mujeres.

Los organizadores del paro quieren que sea “por 24 horas y sin movilización”. Temen que el malestar en muchos lugares de trabajo y las fuerzas sociales que desata una huelga se les vayan de las manos.

Por eso las cúpulas convocantes enviaron mensajes a todo el arco político y sindical.

El primero fue anunciar la medida tras salir de una reunión con Sergio Massa. Quieren que si el descontento obrero continúa, sea capitalizado en las urnas por algún candidato patronal. El otro fue salir al cruce del protagonismo que viene ganando la izquierda y el sindicalismo combativo. Facundo Moyano salió a decir que “la izquierda es increíble, se cuelgan del paro de la CGT y te critican porque sos la burocracia sindical”.

Parece que Facundo está molesto por los avances de la izquierda, no solo en el terreno sindical, sino también como alternativa política para muchos trabajadores que vienen del peronismo.

Sobran los motivos

La convocatoria al paro nacional, desde cualquier punto que lo miremos, tiene su origen en el profundo malestar en los lugares de trabajo.

El salario es el principal. Hay millones de trabajadores que apenas ganan 5.500 pesos, menos de la mitad de lo que cuesta la canasta familiar. Para llegar a ese valor están peleando los trabajadores aceiteros. Reclaman 42 % de aumento. Como la “táctica Caló” no los convence, llevan 14 días de la huelga nacional y bloquean los accesos de las principales terminales portuarias del cordón industrial San Lorenzo.

O como hace la Agrupación Bordó, con peso en las grandes fábricas de la Alimentación. Lo cuenta Javier “Poke” Hermosilla: “empezamos una gran campaña. Exigimos un 43 % de aumento, asambleas en todas las fábricas y que el sindicato se ponga a la cabeza de esta pelea. Le exigimos a Daer un plenario de delegados paritarios votados por los trabajadores”.

Pero también hay otros motivos para pelear. Porque hay ocho millones de trabajadores precarizados en Argentina. Laburan en negro, con contratos basura, tercerizados. La mayoría son mujeres y jóvenes. Como los aeronáuticos tercerizados de Ezeiza que bloquearon ocho horas la Autopista Ricchieri por sus condiciones y puestos de trabajo.

Y están los que pelean contra los cierres y despidos. Con la bandera “Familias en la calle nunca más” los obreros y obreras de Worldcolor realizarán esta semana un corte contra los 280 despidos de la multinacional gráfica. Estarán junto a sus hermanos de Donnelley, que reclaman la expropiación de la fábrica.

Mirá si no sobran los motivos.

Golpear juntos, marchar separados

La izquierda y el sindicalismo combativo van a sumarse al paro, más allá de lo que opine Facundo Moyano. Desde hace tiempo vienen exigiendo un paro de 36 horas y un plan de lucha. Desde hace tiempo que viene planteando que todos los gremios, oficialistas y opositores, hagan asambleas para que las bases discutan qué reclamos levantar y qué medidas hacer para conquistarlos.

Porque, como dice el referente del PTS en el Frente de Izquierda, Claudio Dellecarbonara, “el método de la izquierda clasista es golpear juntos y marchar separados. Algunos dicen que cuando convocan burócratas, uno no debería participar porque “les hace el juego”. Otros que debemos hacerlo “bajo sus directivas”. Nosotros creemos que la única forma de construir una alternativa es pelear cuando los reclamos son justos con métodos y banderas distintas a esos convocantes. Miles de trabajadores y los medios de comunicación han aprendido a distinguir que la izquierda es una fuerza distinta a los Moyano”.

Más claro echale agua.

La izquierda y el sindicalismo combativo se empiezan a preparar para su intervención independiente en el paro nacional del 9 de junio.

 
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