Desde la entrada en vigencia de la ASPyO, hace ya 90 días, muchos y muchas de nosotras comenzamos a teletrabajar. Al principio de la cuarentena para regular esta situación se dictaron DNUs, resoluciones ministeriales y acuerdos entre los gremios y las patronales, los cuales no fueron muy favorables para nosotras en la práctica. Ahora se apuran a sancionar una ley que regule esta modalidad de trabajo.
Ahora por iniciativa de Sergio Massa, los diputados, senadores, centrales sindicales y por supuesto las empresas, comenzaron a apurar el tratamiento exprés de una ley que regule la modalidad de teletrabajo. Todo indicaría que sería sancionada la semana próxima. Una velocidad que contrasta con la ley para el impuesto a las grandes fortunas.
El propio Ministro de Trabajo, Claudio Moroni, aclaró que la situación pos cuarentena va a ser diferente, ya que no serán la misma cantidad de trabajadores los que nos encontremos en esta condición, sino que muchos regresarán a prestar tareas de manera presencial. Varios se encargaron de aclarar esta situación, sin embargo, sienta un gran precedente para una futura masificación del teletrabajo que, como ya vimos, para las empresas tiene bastantes beneficios.
Las dos jornadas que sumaron en total más de 5 horas de discusión, exceden el alcance de esta nota, pero podemos analizar algunos puntos en los que hubo acuerdo entre la mayoría de los y las presentes:
# Derecho a la desconexión: esto refiere al respeto por parte de las patronales de la jornada de trabajo. Todas y todos quienes estamos teletrabajando, sabemos, que además de trabajar en nuestros horarios, nos exigen estar pendientes del teléfono a cualquier hora. Este punto además de ser un derecho, debería ser una obligación para las empresas, cuestión que en ningún proyecto está claro.
# Perspectiva de género: la participación de la Presidenta de Políticas de Cuidado del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, planteó que es importante que la ley tenga una perspectiva de género. Uno de los puntos de acuerdo entre los disertantes de ambas jornadas, fue el tema de las tareas de cuidado. Garantizar que todo el grupo familiar, teniendo en cuenta a las familias diversas, se encarguen de estas tareas y que no recaigan sólo en las mujeres. También se planteó el tema de la violencia, la brecha salarial y feminización de la pobreza, cuestiones que desde ya esta ley no va a solucionar.
# Compensación económica por gastos: trabajar desde nuestras casas implica más gastos de luz, limpieza, internet, etc. Gastos que la empresa se ahorra. La única solución que plantea la ley, es que se pague como un bono no remunerativo, para que no sea alcanzado por, el mal llamado, impuesto a las ganancias.
Fuera de la cuarentena, esto sería una forma de dejar afuera del mercado laboral a personas que viven en condiciones de precariedad. No es sólo la falta de conectividad, sino también las condiciones habitacionales, cómo las familias que viven hacinadas, en un espacio reducido, muchas veces sin servicios esenciales, va a destinar un espacio que sea sólo para trabajar.
# TICs a cargo de la empresa: no sería un punto muy novedoso, ya que la propia Ley de Contrato de Trabajo pone en manos de la patronal la obligación de brindar al trabajador o trabajadora todas las herramientas para brindar servicios. Pero en cuarentena la gran mayoría estamos usando nuestras propias computadoras, headset, etc. Como dijo el Diputado Nicolás Del Caño, durante la cuarentena muchas empresas usaron la excusa de la falta de acceso a la conectividad para despedir o suspender con reducción de salarios. Esto lo sufrimos en su gran mayoría los y las trabajadoras de calls centers. “No te enviamos los materiales porque vivís lejos”, “Si no tenés internet quedás suspendida”, son algunas de las excusas que escuchamos para no cumplir con su deber legal de brindarnos las herramientas.
# Enfermedades y accidentes laborales: esta ley se discutía mientras perdíamos a otro compañero de las aplicaciones, víctima de la precarización laboral. También mientras se encuentra suspendida la Resolución 1552/12, la cual obligaba a las empresas a brindar los elementos básicos para evitar enfermedades y accidentes en el hogar, como silla ergonómica, matafuegos, botiquín de primeros auxilios, entre otras exigencias. Esto muestra, que nuestras vidas y nuestra salud, para ellos no valen.
# Derecho de Opción y Reversibilidad: sería un derecho para el trabajador optar o no por teletrabajar, y además se prevé la posibilidad de pedir volver a trabajar de manera presencial si no se está conforme con esta situación.
# Derechos sindicales: fue uno de los ejes centrales de discusión, ya que, si cada uno trabaja desde su casa, tiene muchas menos posibilidades de organización para el reclamo de sus derechos. Se planteó que debería modificarse la ley de Asociaciones Sindicales (que es de 1988), ya que está pensada para trabajo de manera presencial. Pero otra vez, sin demasiadas soluciones.
La idea central es que la ley siente bases mínimas para esta nueva modalidad de trabajo, y que luego sean las entidades sindicales las que incorporen en sus Convenios Colectivos, como una nueva categoría, a los teletrabajadores.
Les da entonces, un amplio margen para negociar nuestros derechos a aquellos que, durante la pandemia, negociaron con las empresas en complicidad con el Ministerio de Trabajo, los despidos, las suspensiones y las reducciones salariales que estamos sufriendo.
Los y las trabajadores tenemos que empezar a discutir de manera presencial o virtual como nos organizamos para que las empresas no nos flexibilicen aún más nuestro trabajo y nuestras vidas.
Por eso, por más allá de lo que diga la ley, nada nos garantiza que se respeten nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras. Lo importante, como dijo la Diputada Romina Del Plá, es garantizar mecanismos que eviten que las empresas violen esos derechos. |