Durante la semana del 16 de Junio varios desarrolladores independientes retiraron de la plataforma sus juegos de Steam debido a que Valve, la empresa dueña de la plataforma y creadora de juegos como Half Life, se negó a pronunciarse por el #BlackLivesMatter luego del asesinato de George Floyd a manos de la policía.
La actitud de las empresas en USA en apoyo al movimiento anti racista y brutalidad policial ha sido hasta ahora nulo o en el mejor de los casos, oportunista. Es emblemático el caso de Starbucks que prohibió a sus empleados usar cualquier vestimenta que apoyara de alguna manera a las millones de personas que salieron a las calles, para luego por presión social y activismo de varios de sus trabajadores sacaran su propia línea de camisetas. No es de extrañar que surjan estos reclamos de solidaridad en industrias de servicio donde la amplia mayoria son jovenes de las comunidades negras y latinas, muchos de ellos trabajando por el salario mínimo igual que en Argentina. Si es que llegan a cobrarlo...
Trabajadores de Starbucks se organizan
Ahora con Steam surge la decisión de estas empresas de parte de los desarrolladores independientes. Estos varían desde estudios con un solo autor y donde tercerizan la programación, distribución o desarrollo artístico hasta empresas que facturan millones de dólares por año con una estructura y logística con la necesidad de emplear miles de trabajadores. Para tener una comparación, un estudio independiente de desarrollo de videojuegos tiene una definición amplia como las Pymes en Argentina.
La particularidad es que no están asociados a grandes empresas ni trabajan directamente para por ejemplo, Sony con Playstation, XBox para Microsoft, etc. Los comentarios de estos creadores es que Valve a través de Steam tiene un silencio empresarial para no afectar su base de “jugadores blancos enojados”. Si bien la comunidad gamer es más diversa de lo que podría uno suponer, hay un nicho muy activo de supremacistas blancos, misóginos y xenófobos que intentan boicotear o “cancelar” como se dice ahora cualquier videojuego que no represente su visión del mundo. Uno de los casos más notorios fue donde amenazaron con no comprar el juego Battlefront 2 debido a la siguiente razón…
Muchos jugadores no se vieron atrapados en la interesante controversia de jugar como un soldado del imperio fascista más famoso de la historia de la ciencia ficción, si no que denunciaban que les arruinaba la inmersión en personaje, al tener que jugar como una mujer latina. Muchas compañias de videojuegos han sido acusadas de “inclusión forzada” no desde el termino de que hay pocos personajes de las minorías si no que están mal escritos o cumplen la función de cliché reforzando estereotipos raciales. Sin embargo los boicots están centrados en un sector reducido, que generalmente tiene mayor poder económico y las empresas están más que dispuestas a desarrollar videojuegos a medida de esta minoría ruidosa, o en el caso de Valve, un silencio incómodo mientras todo el país ruge en las calles.