Sigue la novela de Vicentin, que nos hizo poner el foco en el comercio exterior ¿y quienes lo manejan? Un concentrado grupo de empresas privadas mayormente extranjeras, que se la llevan en pala. Vicentin es parte de ellas.
También vimos un fuerte rechazo por parte de los empresarios del campo y la ciudad, no les debe generar ninguna gracia que se este hablando de este tema. Mira si alguien piensa que es una buena idea cambiar el monopolio privado por un estatal. El país existió una experiencia trunca, que fue el IAPI peronista. Un ejemplo muy alejado del caso Vicentin.
*¿Qué fue el IAPI? El Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI por sus siglas) fue un organismo de centralización del comercio exterior que implementó Perón en el 46, urgido por las necesidades del contexto, a la salida de la IIGM. Acompañado por condiciones económicas excepcionales y altos precios de materias primas.
Tenía como fin controlar las exportaciones e importaciones, realizaba actividades financieras, intentaba regular los precios internos. Fue una herramienta central de la política económica, que le permitía al que el Estado quedarse con una parte de la renta agraria. ¿Cómo? controlaba los dólares de las exportaciones.
*¿Cómo funcionaba? En el caso del trigo y las oleaginosas, compraba toda la producción, para exportar una parte y destinar el restante a la venta local. El IAPI también compraba a los productores carne, cueros y grasas.
*A partir de 1949 las condiciones internacionales cambian, hay caídas en los precios agrícolas internacionales. El peso creciente de los subsidios a frigoríficos y otros productos, marcó el retroceso de los “beneficios” del IAPI, hasta su eliminación con el golpe del 55. Algunos de sus límites fueron:
1-Primero que esta medida aplicada por el peronismo se enmarca en un gobierno que a lo sumo podría mejorar la distribución de la riqueza, si el contexto social lo presionaba. Es decir, no avanzó sobre la gran propiedad terrateniente y los entramados del agronegocio, y terminó cediendo a las presiones de la burguesía, y subsidiando a grandes productores agrícolas y frigorífico multinacionales.
2- Además, como las exportaciones y (sobre todo) las importaciones no estaban en función de las necesidades productivas, y El estado no controlaba lo que sucedía, muchas veces eran inútiles o se pagaban a sobreprecios.
3-El IAPI no tenía injerencia sobre las salidas de dólares por remisión de utilidades de empresas- a través de precios de transferencia o endeudamiento con casas matrices- menos aún sobre la fuga de capitales.
*¿Por qué este tema es relevante para la economía argentina?: en sencillas palabras porque la economía argentina necesita dólares para su funcionamiento, y estos entran principalmente de las ventas del campo al resto del mundo. Hoy existe un monopolio privado del comercio exterior, sólo 10 empresas concentran el 91 % del las ventas de granos. También controlan la logística y tienen puertos propios.
*Estos grupos ejercen presión sobre el tipo de cambio. Retienen granos, especulando por devaluaciones que los benefician. El impacto lo conocemos todos: suben los precios internos de los alimentos. Un ejemplo claro es que tras una devaluación, los bienes derivados de esos productos exportables como el pan, aumentan considerablemente. Se encarece el costo de vida de los mortales.
*La nacionalización parcial del comercio exterior con el IAPI implicó que el Estado tomara el manejo de las divisas de la exportación agropecuaria y se apropiaron de la renta agraria como hoy hacen las retenciones, solo que en mayor medida.
De fondo los empresarios marcan la cancha, por si a Alberto se le ocurre afectar sus ganancias. Pero el salvataje de Vicentin - y una expropiación aún indefinida- está muy lejos siquiera de algo parecido a un mini IAPI.
Mirando hacia adelante el Gobierno necesita dólares, vuelve a apretar la “restricción externa”. Sólo medidas de fondo pueden poner freno a la constante sangría de dólares, como propone el FIT con el monopolio estatal del comercio exterior que termine con la especulación ligada a las exportaciones, con importaciones que respondan a las necesidades productivas, y sociales. Siendo parte de un conjunto de medidas que terminen con la fuga de capitales, planteando el no pago soberano de la deuda odiosa. |