Al reclamo lo vienen llevando a cabo familiares de personas detenidas en esas Unidades Penales desde hace tiempo, solicitando que se les den respuestas de forma integral a la compleja problemática del encierro en las cárceles de la provincia de Buenos Aires.
Entre los presentes, pudimos conversar con una de sus referentes Canela Bella, quien expresó a la Izquierda diario.
“En virtud de la pandemia y el consecuente dictado del aislamiento, advertimos que se han agravado las condiciones de detención a causa de las deficiencias estructurales, el hacinamiento y la imposibilidad de aplicar el distanciamiento social en los establecimientos carcelarios”.
“La semana pasada ocurrieron dos muertes en la Unidad Penal 15 de Batán, por las que exigimos verdad y justicia; y que con debida diligencia se investigue la eventual responsabilidad del Servicio Penitenciario Bonaerense por haber denegado la debida asistencia médica y psicológica, constituyendo un claro abandono de persona”.
Además, Bella aseveró: “Estamos en la puerta de un masacre humanitaria, dentro de las cárceles” y destacó la importancia de que tanto el poder judicial, como el ejecutivo trabajen conjuntamente para dar solución a los puntos urgentes que detallaron en un petitorio”.
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El petitorio exige que se respeten los plazos procesales vinculados a los derechos de obtener arrestos domiciliarios, libertades asistidas, libertades condicionales, etc y se tenga especial celeridad en relación a los grupos de riesgo por COVID-19.
Demanda que se garantice el acceso al derecho a la salud, a la atención psicológica y psiquiátrica. Además, reclaman que se habilite el ingreso de indumentaria, frazadas y todo elemento necesario para hacer frente al invierno a las familiares de detenidos, toda vez que en virtud de los reglamentos dictados por el SPB a causa de la pandemia, únicamente se habilitan los depósitos de encomiendas de elementos de higiene y alimentos.
Sabemos bien que los familiares son quienes proveen normalmente de alimentos, elementos de higiene, frazadas, a los detenidos. Teniendo en cuenta que mas del 90 % de la población carcelaria proviene de hogares pobres es posible medir el gran sacrificio que esto implica para las familias, por lo tanto es muy común la practica de compartir estos elementos entre cada pabellón.
Esto esta dificultado desde el aislamiento por COVID-19.
Sin embargo creemos que es fundamental resaltar la naturalización de las familias sobre su rol en la responsabilidad del abastecimiento de las necesidades básicas de sus familiares, al punto tal que en el petitorio el reclamo es el de solicitar “ Que nos permitan ingresar frazadas, artículos de higiene personal, artículos de limpieza y alimentos que están siendo prohibidos y no son suministrados por las unidades penales” cuando debe ser obligación del estado provincial garantizar el buen estado habitacional, nutricional, y de salud integral del los internos, ya que el detenido tiene restringida su libertad, pero no sus derechos.
Otro relato en primera persona, que refleja el estado en que se encuentran las internas de la Unidad 50 de Batan es el Lidia quien expreso su testimonio a La Izquierda Diario: “Es importante todo lo que pueda salir a la luz de como se vive acá adentro… porque la sociedad discrimina sin saber lo que pasa acá adentro… estamos totalmente abandonados, a la deriva totalmente, lo único que tenemos en el área de sanidad es ibuprofeno, o paracetamol, si es que hay… no hay nada… esta todo muy mal”.
Agregó además: “La comida es desgraciadamente un asco, hay que gente que la tiene que comer porque no le queda otra, porque no tiene visitas, el tema primordial es sanidad, no hay sanidad, nadie atiende a nadie, hay compañeras con patologías como HIV, diabetes, y si embargo no le dan respuestas desde lo judicial”
A través de Lidia recibimos también un mensaje realizado en conjunto por internos que se encuentran alojados en diferentes unidades penitenciarias:
“Llamamos a una reflexión de la sociedad: que vive enojada con los presos como si nosotros viviéramos felices con todo lo que los gobernantes les cuentan que nos dan, una buena alimentación (ni los perros podrían comer esa bachita que traen) sino es por el sacrificio de esa madre o mujer que carga con esas bolsas pesadas día tras día saben que el preso no come. Supuestamente hay un grupo de especialistas como psicólogos, psiquiatras que nos hacen un seguimiento, que el Servicio Penitencio Bonaerense esta capacitado para el trato con el interno ( el único trato se tiene con el interno que es funcional a sus órdenes y les hace ganar el sueldo de arriba, porque a los presos comunes nos dan bala de goma y hasta de plomo, no nos olvidemos de Federico Rey arriba del techo de la Unidad 23 (de Florencio Varela) ejecutado por el servicio penitenciario bonaerense.
Y bueno no nos olvidemos de la parte mas linda del cuento porque lo dice nuestra constitución que las cárceles sean sanas y limpias.
Como se nota que no quieren mirar para adentro de los muros o será que no les conviene mirar ya que solo tienen un deposito de personas hacinadas viviendo, como ningún ser humano podría. Así que señor presidente, el gobernador, los jueces, los medios de comunicación, no le mientan mas a la gente y sepan que este grupo se va encargar de desenmascarar este gran negocio que es el servicio penitenciario bonaerense: y nos llamamos la SANGRE NO SE NEGOCIA y vamos a pelear x todos los compañeros muertos y x los vivos .…”.
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El sistema penitenciario Bonaerense tiene 28.000 plazas para alojar a casi 45.000 personas privadas de su libertad,una superpoblacion de 120%. Es evidente que la política carcelaria no fue ni es prioridad de los distintos gobiernos. Desde Ritondo (ministro de seguridad del gobierno de Vidal) “Los prefiero amontonados que sueltos” a Berni (actual ministro de seguridad de Kicillof)”Si dependiera de mi no sale ni uno solo.
A 91 días del inicio del aislamiento social preventivo obligatorio los internos y sus familias siguen esperando de parte de las autoridades provinciales medidas concretas y oportunas para no seguir vulnerando sus derechos. |