A esta altura de la pandemia en Chile cuando los más de 200.000 contagios y, según las cifras "paralelas" del DEIS, más de 7.000 muertes; es complejo hablar de una estrategia oportuna para contener y mitigar la cadena de contagios y esto no se remite, como muestra el gobierno a través de la prensa oficial, a un problema de desobediencia o "inconsciencia" de las familias más precarizadas de Santiago o el resto del país.
Ya vimos que en medio de medidas pro empresariales las suspensiones y los despidos están a la orden del día, obligando a las familias a buscar el sustento de alguna manera pues ni el Ingreso Familiar de Emergencia de 100 mil pesos se hace suficiente para superar la línea de la pobreza. Así en medio de un discurso punitivo, el gobierno de Piñera no cesa en su presión porque la clase trabajadora salga a trabajos no esenciales o se la rebusque en la calles, exponiéndose por estas dos vías, al contagio.
Aquí el "Quédate en Casa" pasa a ser una expresión que en pocas realidades se puede concretar. Menos una "hibernación" donde solo los sectores muy esenciales estén reguladamente activos. Mientras tanto, el gobierno sólo ofrece más militares, carabineros y PDI en las calles para detener a la gente que no cumpla la regla.
¿Se puede alcanzar así la trazabilidad y hacer cuarentenas efectivas?
En medio de este flujo de gente trabajadora y aumento crítico de contagios es que la Atención Primaria de Salud asumió la complejísima tarea de trazar o "rastrear" a los casos confirmados y a sus contactos estrechos (aquellos que cumplen criterios de exposición al virus, como la familia que vive bajo el mismo hogar o el contacto cotidiano en el trabajo de algún caso de COVID-19). Recordemos que este paneo de contagiados está perdido hace meses.
Pero ya a más de dos semanas de esta política sanitaria evidenciamos que en primer lugar no hay capacidad y personal preparado para esta tarea pues se necesitan al menos de 10 a 15 "rastreadores" por cada 10.000 habitantes para que esta trazabilidad y cuarentenas sean efectivas en la disminución de los contagios. Es decir para una comuna como Puente Alto se requerirían unos 650 funcionarios o gente capacitada para efectuar la tarea epidemiológica que hoy el ministro Paris asume como echada a rodar sin problemas.
Otro detalle muy clave en el impacto de esta "misión" es que los contactos estrechos puedan hacer una cuarentena obligatoria individual, lo que implica, en el caso de las y los trabajadores, una licencia médica por 14 días y si este contacto estrecho no desarrolló síntomas en dicha cuarentena, debería esperar por 14 días más posterior a la recuperación del caso positivo. Es decir, 28 días en un caso tipo. (Información basada en el Curso de Seguimiento de Casos de la Universidad John Hopkins, USA).
¿Controlar el contagio o mantener funcionando a las empresas?
Por qué es importante esto, porque debido al período de incubación (tiempo para que se desarrolle la enfermedad desde el contacto con el enfermo) se requerirían 14 días de observación para asegurarse que el contacto estrecho no va a desarrollar síntomas COVID. Sin embargo, esto no está sucediendo y es posible que se escapen casos asintomáticos o que van a desarrollar la enfermedad a la vuelta en el trabajo.
Sumado a esto, las trabas burocráticas y las insuficiencia de personal de la SEREMI o Direcciones de Salud Municipal hace que conseguir licencia, su continuidad o el envío a los empleadores se transforme en un calvario y en una causa de ansiedad y preocupaciones que se suman al estrés de estar en riesgo de enfermarse, morir o catastróficamente para estas familias, perder el trabajo ante las presiones por estas licencias médicas.
Ante estas criminales e injustas medidas contra la clase trabajadora desde iniciativas como el Comité de Salud y Seguridad desde la FENATS del Barros Luco o la Agrupación de Trabajadores de la Salud "Abran Paso a la Primera Línea" apostamos por la coordinación de sectores en resistencia para denunciar estas situaciones y organizarnos por medidas de emergencia para el pueblo trabajador como las Licencias Masivas y que permitan hacer cuarentenas y aislamientos de manera efectiva y no a la medida de las necesidades de las empresas y su mano derecha, el gobierno.
¡Abran paso a la primera línea!: Levantemos una agrupación combativa de las y los trabajadores de la salud
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