El gobierno de Bonfatti recibió de su antecesor Binner un déficit de 1.665 millones ocultados con maniobras contables propias de Lenman Brothers o el gobierno griego.
El PJ provincial machacó al unísono que esto no sucedía en “las gestiones anteriores”. Un eufemismo en boca de los sectores K para brindar elogios a los “traidores” Obeid y Reutemann sin nombrarlos.
La crisis fiscal responde a cuestiones de mayor calado que “malos administradores” y festival de ñoquis (existente, por cierto), como repite la cantinela pejotista que monocorde defiende la “eficiencia del Estado”, “el fin del clientelismo” y “el control del gasto” como aconsejan los libretos liberales.
La gestión de Binner no pudo desarrollar dos transformaciones clave de su proyecto: la reforma del sistema bicameral provincial por otro unicameral y así ganar peso político con el que no cuenta por mérito propio; una reforma fiscal que oxigene su la gestión.
La hegemonía de los resabios reutemistas evitó ambas. Hoy el automovilista dejó lugar a otro deportista en la disputa por ser la “esperanza blanca”.
Sintonía fina en la casa del ahorcado
La “sintonía fina” y el “viento de frente” hicieron que la soga al cuello se ajustara rápido.
Las crisis en distintas provincias mostraron conflictos en Santa Cruz con los estatales, la reforma fiscal en Entre Ríos y Buenos Aires conflictos con las patronales rurales, y recientemente una serie de rounds entre CFK y Scioli.
Santa Fe continuó acumulando problemas. En el primer semestre incremento el rojo en 500 millones, y reconoció la inocultable crisis de la obra pública con una deuda de 250 millones y una friolera de 6 mil despidos en la construcción.
El gobierno de Bonfatti sucumbió ante las “rupias” del poder de CFK y selló un pacto anti obrero por cadena nacional atacando a los docentes. Los kirchneristas locales prometían un tratamiento rápido y ordenado de la tan mentada reforma fiscal. Un pacto de co-gobierno con sus patas territoriales, legislativas y gremiales.
El primer resultado del acuerdo fue la autorización legislativa para que el gobierno emita letras por 556. Gerardo Rico, Diputado del Movimiento Evita (que hoy conduce el PJ rosarino) lo confirmó, pero escupiendo para arriba: “Creemos que acá hay un gran acuerdo entre el socialismo, el radicalismo y los senadores peronistas”. Evidentemente, la “unidad” es bastante relativa en este “nuevo” PJ provincial que además parece carecer de memoria: ¿en qué boleta iban los oligarcas y cómplices del genocidio sino en la misma que Rico y Tognolli?
Cuando la soga está al cuello, no falta quien la enjabone
Sin embargo, la UCR santafesina (Unión de Cobistas Radicalizados) pateó el tablero y dinamitó la reforma tributaria desde adentro (jaqueando a su vez el FAP en Rosario) en pleno tratamiento en senadores donde las corporaciones campestres, de la Bolsa de Comercio y las cerealeras tienen a sus mejores hombres y mujeres. Esto obligó al PJ a salir de la modorra y acordarse de ser opositores, a riesgo de quedar como una simple escribanía de la socialata.
Fue tal la poda que sufrió la reforma fiscal apenas supera el 50% de las pretensiones recaudatorias del PS-FAP (850 millones contra los 1.500 deseados, presuponiendo siempre que Diputados lo apruebe antes de setiembre).
Lo más destacado:
– La industria mantuvo la exención de ingresos brutos.
– La suba del impuesto inmobiliario rural fue tan baja que sorprendió hasta a la misma Mesa de Enlace recortando el 600% esperado por un mínimo del 50% y un máximo del 200%, derogándose además la ley que limitaba la subdivisión de unidades económicas agropecuarias, por lo cual, todos harán la tramoya necesaria y pagarán solo el 50%. El revalúo de las tierras llegará al 5% de su valor real mientras el “socialismo” pedía la bolchevique suma de… 15%. Mientras un patrón rural, arrendatario él, con tierras por un valor de 100 mil pesos paga 3,10 por mes de inmobiliario. La carga impositiva heredada por la dictadura se mantiene prácticamente intacta.
– El boom de la construcción solo recibirá un 2% de gravamen, pero la obra pública hasta ahora exenta también deberá pagarlo.
– El inmobiliario urbano tendrá topes del 20 por ciento al 65 por ciento. El “socialismo” exigía el 100%.
– La jugada salió mal y el Senado no autorizó la suba necesaria, pero a cambio le dio al gobierno la posibilidad de endeudarse por 400 millones para obra pública y una pseudo mora para regularizar deudas.
La crónica de un final anunciado no hace más que mostrar claramente el contenido de clase de la misma, en su versión original y en su versión “podada”.
Como plantea la Federación de Sindicatos Municipales de la provincia de Santa Fe (FESTRAM), el esquema impositivo de los ´90 sigue vigente pese a 10 años de kirchnerismo y casi cinco de falso socialismo. En 2009, las 23 empresas santafesinas que figuran en el ranking de la revista Mercado, facturan 53 mil millones de dólares, unos 238 mil millones de pesos. Esta cifra es casi el doble que la totalidad del producto bruto regional de la provincia de Santa Fe que ronda los 135 mil millones de pesos. Estas firmas no pagan ingresos brutos.
Mientras estas 23 firmas que facturan 453 pesos por minuto no pagan un centavo mientras destruyen la tierra y contaminan poblaciones, un trabajador en blanco que cobre 6.000 pesos mensuales, cobra 14 centavos por minuto paga cientos de pesos de impuestos, entre ellos el llamado “impuesto a las ganancias”.
Como se ve, Santa Fe es propiedad de los patrones rurales e industriales, de las cámaras constructoras, la Bolsa de Comercio, el juego y las cerealeras. Esto fue así con Reutemann, con Obeid, con Binner y ahora con Bonfatti.
No será rápido ni sencillo
El problema sigue adelante, y “no será rápido ni sencillo” como se sincera el jefe de los Diputados del Frente para la Victoria, Darío Mascioli.
Los tiempos parlamentarios son tiranos. Comenzó el receso de invierno. En agosto la ley debería ser aprobada en Diputados para que sea válida en setiembre. Solo así llegarían a la ya devaluada cifra de 850 millones. Sin embargo, esta no parece una parada tan sencilla como se mostraba en un comienzo.
Diputados es igualmente adversa al oficialismo, pero tiene otra composición. Sus aliados kirchneristas son más fuertes. El peso rural es menor. Los centros urbanos tienen mayor representación.
La jugada del PJ en el Senado pone en un lugar incómodo a sus aliados K. O aprueban el aumento de impuestos podado a la medida de la Sociedad Rural y la Bolsa de Comercio que castiga a millones de pequeños comerciantes, trabajadores e inquilinos atacando a su propia base electoral sin ningún rédito político; o introduce modificaciones que devolverán la iniciativa al Senado y entonces la reforma impositiva de Bonfatti dormirá el sueño de los justos hasta el 2013 (cuando se discuten listas) lo que conllevaría a vaciar las arcas provinciales y que a fin de año no se puedan pagar sueldos y aguinaldo como en territorio bonaerense.
Parece una parada compleja para un kirchnerismo incómodo. Así lo expresó Alejando Ramos, ex intendente de Granadero Baigorria y actual Secretario de Transporte nacional, que se reunió con la Liga de los Intendentes (desesperados por fondos para sus Comunas y Municipios) al declarar que “tenemos claras directivas de la propia presidenta de la Nación de no poner palos en la rueda, pero el gobierno provincial debe consensuar primero internamente…”.
Al parecer las intenciones son de “acompañar”, tal vez sacando la lección de que peleas como la que protagonizó con Scioli no solo que debilitan al oponente, sino que tal vez lo fortalezcan más aún ante las legislativas de 2013, más aún si estos están fuera del PJ-FpV.
Aunque en lo inmediato la lluvia pueda ser fuerte, al final de la historia, a menos que haya reforma constitucional mediante, la que sale empapada es CFK ya que tiene todo para perder y poco para ganar. La ecuación exactamente inversa que cualquier opositor, más aún si es tan amorfo como una ameba, de lo cual saben tanto Scioli como Binner.
En este caso, y aprendiendo del general prusiano Clausewitz, la ventaja de la forma defensiva de la guerra por sobre la ofensiva, parece volverse absoluta. Fortalecer una figura no K pero dentro del modelo y por derecha, fortaleciendo a su vez a un opositor por fuera pero progresista, no parece un buen consejo. Por eso el Diputado del Evita teme que “expulsar de este proceso a Scioli es un error estratégico”.
Cuando se tensan las relaciones por arriba, de la Santa Fe empresaria y sus partidos, es una nueva oportunidad para la emergencia de la cuestión obrera y popular. |