Vestido de médico, con el estilo histriónico y polémico que lo caracteriza, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires Sergio Berni, pidió una cuarentena estricta durante dos semanas e incluso "sin transporte público".
Durante una entrevista con el canal A24 desde la Universidad de San Martín (Norte del Gran Buenos Aires), Berni afirmó que ”si queremos conservar y rescatar ese gran esfuerzo que hicimos, debemos ir por lo menos a 15 días de una cuarentena estricta, absoluta, mucho más rigurosa que al principio, y si me pregunta a mí sin transporte público”.
Según las previsiones de Berni, “si continúa el aumento de los números de esta forma, el sistema sanitario va a colapsar mucho antes de lo que se piensa, va a depender de la responsabilidad de la sociedad”.
Responsabilizando a "la sociedad" en general, Berni libra de culpa y cargo a los empresarios que obligan a trabajar a los empleados bajo amenaza de despido, sin medidas de seguridad ni protocolos para combatir los contagios. Lo cual se hace bajo el visto bueno del Ministerio de Trabajo y del gobierno nacional. Berni, de ésta forma, al "responsabilizar" a todos, no responsabiliza a nadie. Y los empresarios y responsables políticos quedan impunes.
El ministro aclaró que una medida así sólo puede ser por 15 días ya que "es la única manera de que la sociedad la sostenga porque ya no tiene más recursos económicos”.
El ingreso de las familias trabajadoras es un hecho primordial, que no se puede dejar de lado. Por eso es necesario que garantizar un ingreso de emergencia de 30.000 pesos, que sólo se puede lograr si se implementara un impuesto progresivo a las grandes fortunas.
Además, cómo se comienza a ver ahora, más cuarentena sin un plan integral, no resuelve el problema de fondo. Este debería contemplar la unificación del sistema de salud público y privado, el testeo masivo (al día de hoy sólo se hicieron 7.120 nuevas muestras, lo que equivale a 6.446,3 muestras por millón de habitante, uno de los números más bajo a nivel internacional) y por su puesto garantizar los condiciones de trabajo seguras para todos los trabajadores, y mucho más aún para las trabajadoras y trabajadores de la salud.
Mientras es uno de los mayores voceros del gobierno de Axel Kicillof en lo que respecta a la cuarentena, Berni acompaña en silencio la sucesión imparable de casos de gatillo fácil y violencia policial que protagonizan miembros de la fuerza represiva que él conduce. Un silencio que no resulta ser otra cosa que una complicidad abierta con esos asesinos de uniforme. |