Impulsada por la ayuda económica (también podría leerse como presión solapada) de CONMEBOL, la AFA ya elaboró un borrador de protocolo para dar el primer paso: la vuelta a los entrenamientos, condición necesaria para recién poder esbozar una fecha tentativa de retorno del fútbol. En principio, la preocupación pasa por la Primera División y la flamante Liga Profesional (configuración del torneo que reemplazó a la Superliga) y en otra instancia se definirán las pautas para las divisiones de ascenso, teniendo en cuenta la diferencia de poder económico entre las distintas categorías.
Por empezar, esta diferencia se explica en un dato económico muy relevante: cada club deberá contar con un presupuesto mensual de alrededor de 750.000 pesos para realizar los testeos a su plantel profesional, de acuerdo con un cálculo realizado por la agencia Télam. Ese importe surge de un costo estimado de cada prueba, unos 1.500 pesos, para cumplir con la pauta a la que apunta AFA de realizar al menos cinco tests por mes a cada integrante, teniendo en cuenta que un plantel profesional está conformado en promedio por unas 60 personas (jugadores, cuerpo técnico, médicos y auxiliares). Ese presupuesto también incluiría el costo operativo del proceso de detección: personal para la extracción, traslados a las instalaciones de cada club, materiales, etc.
El borrador de protocolo además incluye medidas de distanciamiento como el entrenamiento por grupos reducidos, de higiene, y dispone que 72 hs antes de comenzar el primer entrenamiento (cuando esté definido el calendario) debe testearse a todos los protagonistas, para que arranquen solamente quienes den negativo en el test. Si se detectara algún positivo de COVID-19 lógicamente sería derivado para el tratamiento médico que corresponda y quedaría excluido de ser convocado.
El regreso del fútbol acorde a un protocolo de estas dimensiones implica un desafío para las arcas de los clubes. Por eso el “combustible” para poner en marcha la actividad sería repartido por la entidad de la calle Viamonte que a su vez ya anunció que cuenta con fondos de la federación sudamericana, la CONMEBOL, que aportará 200 mil dólares para testear futbolistas y otros 400 mil de uso “libre” para cuestiones sanitarias.
El Consejo de la CONMEBOL anunció que va a reforzar la asistencia económica a las Asociaciones con un fondo total de US$ 6.000.000, que repartirá entre las 10 Asociaciones que la componen, de acuerdo al anuncio de Alejandro Domínguez, presidente de la institución.
Desde AFA explican que “esta nueva línea de asistencia viene a sumarse a los US$ 79.000.000 que la CONMEBOL ya puso a disposición. Esta cuantía se distribuye entre los US$ 55.000.000 adelantados a clubes (los que disputan Copa Libertadores, NdeR), los US$ 10.000.000 adelantados de Copa América a las distintas Asociaciones Miembro, y los 14 millones adicionales correspondientes a los Fondos Evolución”.
En síntesis, desde Asunción (ciudad en la que está afincada CONMEBOL) viene el mayor caudal de fondos para lubricar el regreso del fútbol.
Así las cosas, mañana jueves habrá una reunión virtual (vía Zoom) encabezada por el presidente de AFA Claudio “Chiqui” Tapia y por Marcelo Tinelli, de la que también participarán diversos dirigentes de clubes de Primera, algunos representantes del ascenso, y médicos de los clubes de la Liga Profesional y de las demás divisionales. El objetivo: ir definiendo el protocolo definitivo.
Y a los jugadores ¿Quién les da pelota?
Ante este panorama, el futbolista de River Lucas Pratto fue el que alzó la voz: “Siento que que no estamos siendo escuchados”, declaró en una entrevista concedida a TyC Sports. “Lo que tenemos que hacer los futbolistas es reunirnos con Agremiados y con gente de la salud para saber qué hacer, porque somos trabajadores y creo que con protocolos se puede hablar y ser escuchado”, opinó el “Oso”. “Es una situación compleja. Tuve comunicación con muchos jugadores de Primera y Ascenso que tienen problemas económicos. Por eso los jugadores necesitamos hablar para que nos escuchen”, sentenció.
Por el momento, no hay indicios de alguna participación de representantes de los futbolistas de los distintos planteles en el delineamiento de este fútbol bajo la égida del COVID-19.
Otra realidad: los clubes de barrio y de pueblo
Lejos de la estridencia de lo que se defina en los clubes poderosos del fútbol, otra es la situación de los clubes pequeños, los que brindan posibilidad de actividades deportivas y sociales a escala de barrios y pueblos del interior, que atraviesan una crisis significativa con el parate que impone la cuarentena.
Hasta el momento, desde el Ministerio de Turismo y Deportes que preside Matías Lammens, se lanzaron una serie de subsidios especiales de hasta 60 mil pesos al que, según consignan desde esa cartera, “ya accedieron más de dos mil clubes de barrio y pueblo”. Esta semana, Lammens anunció el lanzamiento del programa Clubes en Obra, que apunta a impulsar refacciones y ampliación de instalaciones de los clubes de este tipo. Implica “subsidios para mejorar la infraestructura” por un total de 500 millones de pesos “para más de 1000 clubes de barrio y entidades deportivas de todo el país” que “aportará el Estado Nacional”, según anuncia un video institucional publicado por Lammens en su cuenta oficial de Twitter.
Si bien estas medidas paliativas pueden significar un poco de oxígeno para algunos clubes que hoy no cuentan con ingresos ¿será suficiente para mantener toda la estructura que configura a un club, con su personal incluido? El devenir de la crisis en curso sobre estos clubes tendrá la respuesta definitiva, pero a primera vista parecería que no. | 
