En 2017 Aldana tenía 20 años y un bebé de 6 meses, Mateo. Entró a ducharse mientras él quedaba a cargo de su entonces pareja, Franco López, quien en ese momento atacó a Mateo. Aldana corrió fuera de la ducha en cuanto escuchó llorar a su bebé, y lo llevó de inmediato al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. De allí fue trasladado al Hospital de Niños Víctor J. Vilela de Rosario, donde finalmente falleció.
En la causa que se siguió contra Franco López por el homicidio de Mateo, Aldana declaró varias veces en carácter de testigo. De allí surgió que la joven era víctima de violencia de género, y la fiscal Georgina Pairola le indicó que realizara la denuncia correspondiente contra López.
Un año y medio después del hecho el padre biológico del bebé, que se desentendió de él desde el embarazo y no participó de la crianza, se presentó como querellante por el asesinato de Mateo. Solicitó la acusación de Aldana por el delito de abandono de persona seguido de muerte y agravado por el vínculo, y pidió la pena de diez años de prisión para la joven. La fiscal Pairola se hizo eco del pedido de la querella y acusó a Aldana. Así, a la par de tener que elaborar el duelo por la muerte traumática de su hijo, tuvo que enfrentar un juicio en su contra por esta misma causa. Pairola llegó a solicitar la prisión preventiva de Aldana, que en principio le fue concedida pero rápidamente revocada en segunda instancia.
Las abogadas de la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem) de Santa Fe acompañaron a Aldana desde el momento en que conocieron el caso, se pusieron a disposición de su defensor público, Darío Pangrazi, y realizaron la asistencia técnica de la defensa. "El estado no solo que no le brinda contención a una mujer que es víctima de violencia de género, sino que además la acusa, la criminaliza y la revictimiza. Estamos hablando de un caso de violencia de género institucional gravísimo", denunció Sofía Rivas, integrante de Abofem en comunicacion con Radio Sí de Rosario.
Sofía detalló el trasfondo de la inusitada imputación de la joven: "A Aldana se la está acusando básicamente de mala madre, se la está acusando por el código patriarcal, porque estamos ante una justicia patriarcal, no se la está acusando por el código penal, porque eso no tienen ningún tipo de asidero jurídico ni legal, no se configura tipo de abandono de persona. Para que se configure se tiene que dejar a la persona en situación de desamparo total, que no es el caso. Aldana dejó a su bebé por diez minutos con su pareja Franco López para irse a bañar. Aldana está siendo acusada de abandono de persona por irse a bañar".
El último viernes se llevaron adelante los alegatos de clausura. La defensa solicitó la absolución de Aldana, y por su parte la fiscal Pairola solicitó la pena de diez años de prisión domiciliaria. Esta morigeración que introduce la parte acusatoria se fundamenta en que la joven es madre de otros dos niños. La sentencia del tribunal compuesto por los jueces Ismael Manfrín, Mariano Aliau y Román Lanzón, se dará a conocer el martes a las 13 horas.
La abogada Rivas relata que en un pasaje de la acusación seguida por la fiscal dice que "Aldana no cumplió eficientemente su rol de madre", lo que expresa que el ideario de lo que es una buena o mala madre es la motivación de esta fiscal y de un poder judicial que, a pesar del avance del movimiento de mujeres, refuerza sus prejuicios y estereotipos machistas, misóginos y patriarcales.
Irene Gamboa, referente de la agrupación de mujeres Pan y Rosas expresó que "como en el caso de Natalia, una chica trans que rompió la cuarentena para prostituirse y poder conseguir algo de dinero para comer, el poder judicial muestra su sesgo machista, transfóbico y de clase: si sos empresario como Dutra o el dueño de Vicentín, te da una palmadita en la espalda y te pide amablemente que vuelvas a tu casa. Pero si sos mujer, trans y pobre te enjuicia y te encarcela". Y agregó: "Apoyamos a Aldana y la exigencia por su absolución que llevan adelante sus abogadas y su defensa." |