Ocurrió el domingo en el Club Atlético Pilar, donde fue detenido Fernando Lauría, quien se desempeña como secretario general y coordinador del Gabinete del intendente Julio Zamora del Frente de Todos y finalmente, tras el escándalo debió renunciar al cargo.
El hecho se dio un día antes del comienzo de la nueva fase de la cuarentena con mayores restricciones, anunciada el viernes por Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof desde Olivos.
Según versiones difundidas por portales de Tigre, basados en testimonios de uno de los detenidos, del torneo también habría participado el exministro del Interior macrista Rogelio Frigerio y el actual subsecretario de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires Luis Lobo. Sin embargo, al momento de las detenciones, ambos no se encontraban en el club.
Esta forma tan clasista de de romper el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio por parte de Lauría y sus amigos contrasta claramente con la situación de millones de trabajadores y trabajadoras que con las nuevas medidas de confinamiento más estrictas se ven imposibilitados de salir en busca de su sustento.
Es el caso de los millones de trabajadores informales y precarios, para quienes no aplican los permisos de circulación y sus patronales los amenazan con despidos y sanciones en caso de no concurrir. Para ellos no hay ninguna contemplación ni medida efectiva de parte del gobierno.
Habrá que ver con qué vara el Poder Judicial tomará del caso, donde hay implicados al menos un funcionario y dos más en sospecha. Lo que sí se sabe es que desde el inicio de la cuarentena las fuerzas "de seguridad" aumentaron su hostigamiento y brutalidad sobre los sectores populares y poblaciones más jóvenes.
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