Para empezar, Córdoba es la segunda provincia con más femicidios del país. Algunos de ellos los más escalofriantes; como el caso de Paola Acosta el año pasado, tirada a una alcantarilla junto a su hija de un año y medio, quien logró sobrevivir; o el caso de María Eugenia Lanzetti, la maestra de jardín que fue apuñalada por su ex marido frente a sus alumnos.
Muchas de nosotras, al igual que cientos de estudiantes universitarias de todo el país, trabajamos en condiciones de absoluta precariedad laboral. La mayoría en call centers y las “más afortunadas” contratadas en estudios jurídicos, que con la excusa de capacitarnos y enseñarnos lo que no vemos en el plan de estudios, vaciado por la CoNEAU, nos pagan en negro sueldos de miseria.
Aquellas que son madres y con muchísimo esfuerzo pueden continuar con sus estudios, se topan con más problemas. Las guarderías anunciadas con bombos y platillos hace años por la ex rectora Carolina Scotto, brillan por su ausencia. Este es un reclamo histórico del movimiento de mujeres, que facilitaría la continuidad de las compañeras con hijos en los lugares de estudio. Además, tenemos que cumplir con asistencia obligatoria del 50% para regularizar o del 80% si apuntamos a la tan deseada promoción, lo cual hace que muchas de ellas tengan que abandonar sus estudios. El llamado “régimen de estudiantes trabajadores o con familiares a cargo” no resuelve el problema porque nos obliga a realizar un trámite totalmente burocrático que sólo flexibiliza la asistencia en lugar de hacerla libre, como en muchas facultades del país.
Tema aparte son los profesores, quienes pueden impunemente hacer comentarios del tipo “los hombres si estudian van a aprobar, las mujeres van a tener que pasar por mi oficina” (como denunciamos en la página Yo no soy tu Derecho), sin que nadie se alarme por el grado de machismo y discriminación. No parece nada de otro mundo si se tiene en cuenta quiénes son las autoridades de esta “casa de altos estudios”. Para muestra basta un botón: el actual vicedecano, Dr. Guillermo Barrera Buteler, forma parte de la Academia del Plata, institución retrógrada y conservadora, ligada a la Iglesia Católica, que no sólo apoyó la última dictadura militar, sino que también se manifiesta en contra del derecho al aborto, el matrimonio igualitario y hasta del divorcio. El “prestigioso” profesor de Derecho Público y Vocal de la Cámara 3º en lo Civil y Comercial, es quien dictó en el año 2012 el fallo que suspende la aplicación del protocolo del aborto no punible en Córdoba, el cual permitiría que las mujeres que quedan embarazadas a causa de una violación puedan practicarse un aborto en un hospital público y en condiciones que les permitan no tener secuelas o morir, como les pasa a 300 mujeres al año en nuestro país.
Mientras pasa esto en nuestra facultad, las agrupaciones que responden a los intereses del decanato (Trejo), rectorado (La Bisagra) o a partidos políticos tradicionales (Franja Morada, La Cámpora o UEU) miran para otro lado. A menos de un mes de las elecciones de Centro de Estudiantes y Consejeros Estudiantiles, siguen compitiendo para ver quién pone más papel en los baños o quién hace una charla más grande, mientras adentro y afuera de las aulas, las mujeres seguimos siendo víctimas de la violencia machista.
Desde Pan y Rosas y el CeProDH en el Frente de Izquierda, creemos que somos nosotras mismas las únicas capaces de ponerle un freno a la violencia machista y a los femicidios, mediante la organización en nuestros lugares de trabajo y estudio y manifestándonos en las calles.
En estas elecciones universitarias nos proponemos conquistar la Secretaría de la Mujer y LGTBI, que esté al servicio de la organización de todas las y los compañeros que quieran luchar por sus derechos.
Decenas son las y los compañeros que se sumaron a sacarse una foto para difundir la convocatoria para la marcha del 3 de junio. Invitamos a todos a la reunión que se hará hoy, jueves 21 de mayo, a las 18hs para preparar la marcha y gritar bien fuerte: #NiUnaMenos! |