Las tensiones entre la Unión Europea y Estados Unidos retoman curso en plena pandemia tras conocerse inesperadamente que Estados Unidos había comprado más de 500 mil dosis de Remdesivir.
El fármaco que ha probado su efectividad mediante estudios acelerados, y recomendado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), ha demostrado su positivo efecto en el tratamiento del Coronavirus en una etapa temprana y reduciendo los tiempos de recuperación hospitalaria, siendo inicialmente creada para enfermedades como el Ébola y otras infecciones virales. La agencia finalmente aprobó su comercialización condicional para su empleo en adultos y jóvenes con más de 12 años que padezcan de neumonía.
Stefan de Keersmaecker, portavoz de la Comisión Europea hace unos días informó que negociaba con la farmacéutica Gilead Sciences la adquisición de dosis suficientes para cubrir la demanda existente en sus 27 países miembros.
En paralelo, Washington, sin todavía determinar su precisión y la eficacia internamente, se adelantó y acordó con la empresa la compra de la totalidad del stock de este medicamento para julio y el 90% para agosto y septiembre, adicionando una cuota extra para pruebas clínicas. De esto, Keersmaecker dijo que Estados Unidos no les había informado y se habían enterado por la prensa.
La situación se da en medio una reedición de la carrera espacial, ahora entre aliados y en el campo de la salud, que han multiplicado sus roces, compitiendo en el juego del "sálvese quien pueda", y esto es una nueva página dentro del largo capítulo de una zigzagueante relación, ya que hace poco más de una semana observábamos las amenazas de Estados Unidos en ejecutar un alza a los aranceles de las exportaciones de la Unión Europea valoradas en un estimado de 2.750 millones de euros, mientras que al día siguiente Mike Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos y Josep Borrell, miembro del Partido Socialista Obrero Español , anunciaban entablar conversaciones sobre el "riesgo" que traen las "acciones y ambiciones" de China.
Las grandes potencias del mundo siguen vertiendo combustible entre ellas, cuando el mundo vive su peor pandemia en siglos, que a la fecha ha dejado el saldo de más de 11 millones de contagiados y 530 mil muertes. Estos "diplomáticos", burócratas parásitos, solo demuestran la incompetencia del capitalismo en resolver los desafíos de la humanidad en tiempos complejos. Ellos y el sistema económico que enarbolan están fuera de toda nueva época, el huracán de los tiempos los lanzará por la borda y no serán más que un molesto recuerdo. |