Shankar Kurhade, un empresario de la ciudad de Pune (India), usa un barbjo de oro. Lo mandó a confeccionar para evitar el contagio por coronavirus. Le costó “apenas” USD 3900. Lo más absurdo del asunto no pasa por la ostentación, sino por el hecho de que no está confirmado que efectivamente funcione.
Según declaró el mismo Kurhade “es una mascarilla delgada con pequeños agujeros para que no tenga dificultades para respirar. No estoy seguro de si será efectiva”.
Con una población de más de 1.300 millones de personas, la India se encuentra entre las economías mas dinámicas del capitalismo en las últimas décadas.
Sin embargo, por lo menos una cuarta parte de su población sufría hambre extrema en 2018. En ese contexto, los fallecimientos por malnutrición y enfermedades derivadas son una constante. |