Polvorita, como la apodan sus compañeros de trabajo por animarse a ir siempre al frente, decidió hacer pública la situación brutal que se vive entre los trabajadores de limpieza y que se agudizó desde que comenzó la pandemia. A través de una carta que quiere enviar a los medios cuenta que se decidió a denunciar “en nombre de sus compañeros y todos aquellos que trabajan de igual manera...y que como yo...hoy no tienen un peso en sus bolsillos. Pero sí, un nudo en la garganta de tanto aguantar... de tanto callar...”
Polvorita trabaja hace 7 años para Euroclean, empresa que provee de servicios al Estado por medio de licitaciones, y que va cambiando de razón social para garantizar mayor precarización. Por eso también se la conoce como Ecoclean. Polvorita es parte del grupo que antes de la pandemia trabajaba para escuelas que fueron cerradas por la cuarentena. A algunas de ellas las trasladaron para trabajar en hospitales, a otras no y se mantienen en guardias mínimas en las escuelas. Ella se encuentra entre quienes fueron reubicados en hospitales, y cuenta que: “nos hicieron una capacitación con personal de recursos humanos de dicha empresa donde nos prometieron no solo un nuevo contrato por pasar a ser empleados del sector de salud... sino también nos prometieron mejor paga, más horas y todos los elementos de seguridad para poder desarrollar nuestras tareas sin correr riesgo de contagio”. Pero pasó una semana de trajo y apenas si tienen noticias de los uniformes. Aun no les han entregado botas, y mucho menos elementos de protección personal como barbijos, guantes, máscaras, gafas y batas, debiendo recurrir al personal del hospital pera que les brinden.
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Desde que comenzó la crisis sanitaria el Gobierno nacional prometió un bono para el sector sanidad, algo que también les prometieron por estar avocados a la pandemia al igual que todos los trabajadores de los hospitales. Trabajan rotando cada 15 días, turnos de 8 horas, mañana tarde y noche. Son un engranaje fundamental del funcionamiento de cualquier hospital, ya que la higiene es un factor sanitario de los más importantes. Pero de ese bono ni noticias tuvieron.
Por si fuera poco, el mes pasado se depositó la mitad del sueldo porque Euroclean, que es beneficiaria de las grandes licitaciones del Gobierno, fue beneficiada por el Estado nacional con el salario de emergencia, haciéndose cargo Anses de depositar el resto del salario.
Ante una situación económica que se agrava para los trabajadores, este mes de julio por ahora no han depositado más que promesas, tampoco el aguinaldo ha sido pagado en tiempo y forma. “¡Resulta que aún hoy, en mí cuenta no hay un centavo! No hay sueldo, no hay aguinaldo, no hay nada... A algunos compañeros solo le han hecho depósitos de $4.000, a otros de $5.800, a otros mucho más... $12.000... Y a algunos como a mi cero pesos...” menciona Polvorita.
“Nos mandan como conejitos de India a trabajar con total desprotección. Y vuelvo a repetir, no solo por el sueldo que nos corresponde, sino también por los elementos de protección”. Se desprende que es claro que la desprotección es doble porque no hay sueldo para alimentar a la familia y no hay elementos de protección para cuidar la vida.
En estos días se han dado a conocer diferentes casos de personal de hospitales que ha dado positivo, en todos hay un factor común que los identifica: la precarización laboral como trasfondo. No se testea a quienes trabajan en la primera línea y eso impacta directamente en no poder trazar un mapa real de los contagios, y un abordaje más científico.
Polvorita manifiesta que el trato recibido por los encargados es descortés, que debería agradecer por tener un trabajo. “Juegan con la necesidad de las personas porque saben que seguramente detrás de mí hay cientos de personas q ansían trabajar”.
La ayuda la reciben las patronales, pero los trabajadores de limpieza no han recibido un centavo. No tuvieron acceso ni siquiera al bono de $10.000 (IFE); “Nadie se llega hasta nuestro" sucucho" como muchos lo llaman (que es el lugar donde descansamos o tomamos algo caliente y dónde guardamos nuestros elementos de trabajo) a preguntarnos como nos sentimos... Si necesitamos insumos o si tenemos los elementos básicos para realizar nuestras tareas de manera correcta y segura” dice Polvorita.
“Tenemos mucha bronca, mucha impotencia, muchísima más incertidumbre. Y sobretodo mucho miedo porque salimos a trabajar sin saber lo que nos espera. Y también tenemos hijos que cuidar, familias que mantener. Cómo yo, hay muchísimas personas jefas de hogar con hijos que mantener y cuidar. Y para sumarle, la gran preocupación de nunca saber qué es lo que vas a cobrar, o cuánto, o cuando”. La excusa de la patronal esta siempre lista, que es culpa del banco que no se pague. Que es culpa del hospital la falta de insumos para protección. “Y en el medio nosotros, que cumplimos con la empresa, con el lugar donde trabajamos, con el estado, y con la familia que alimentamos, pero totalmente a la deriva y dependiendo de muchas estrategias económicas que juegan con nuestro dinero y nuestros derechos”.
La pandemia ha recrudecido la situación económica de millones de trabajadores que ven vulnerados sus ingresos, sus derechos y su vida. Como dice Polvorita: “No nos ampara el Gobierno, ni la empresa, ni el sindicato. Solo trabajo para sobrevivir y darle a mí familia lo que creo que se merece y es justo. Pero quizás la falta de valor y miedo a perder el trabajo es que nadie sale a hablar de las condiciones en las que trabajamos. Siento que no le debemos nada a la empresa... todo lo que he dicho es lo que nos corresponde”. | 
