Este jueves, en un nuevo informe diario de la situación sanitaria por la pandemia del COVID-19, el ministro de Salud Enrique Paris anunció un cambio en el reporte diario de las cifras de fallecidos y contagiados, donde expresó que dichas cifras se basarán en la información que registra el DEIS (Departamento de Estadísticas e información de salud del MINSAL). Todo esto, ya que “se ha venido solicitando”, explica el ministro de salud, agregando que “hemos logrado que el DEIS actúe con exactitud y apoyo informático”, respecto a las cifras que informa el DEIS, mucho más altas de las que el MINSAL informa a la población día a día.
Las cifras del DEIS en comparación a las del MINSAL se refieren de esta manera: en el reporte del día de ayer, el Ministerio de Salud informó un total de fallecidos confirmados por coronavirus hasta la fecha de 7.290 personas, y en contraste el DEIS hizo entrega de una nueva cifra a través de un informe epidemiológico, alcanzando de esta forma 8.264 fallecidos, es decir, casi mil muertes más de las que el MINSAL informó. Pero eso no es todo, porque este nuevo informe epidemiológico del DEIS suma a la cifra total de fallecidos confirmados por coronavirus, 3.483 muertes sospechosas, es decir, suma un total de 11.747 muertos desde la llegada de la pandemia al país, una cifra escandalosa, demostrando de forma clara el fracaso de la estrategia sanitaria del gobierno de los empresarios.
Pero, ¿quién pone los miles de muertos?
El gobierno de Piñera a través de su nefasto manejo de la situación sanitaria, gobernando sólo para los intereses de los empresarios, como por ejemplo en el norte del país, donde las mineras (que vienen siendo los principales focos de contagio) siguen produciendo a toda máquina, sin importar las cifras de contagios y fallecidos de por ejemplo la ciudad de Calama, cuya situación sanitaria se ha vuelto crítica durante varias semanas.
Vale decir que mientras los grandes empresarios del país como Luksic siguen enriqueciéndose, los contagiados y particularmente los casi 12 mil muertos los pone la clase trabajadora y los sectores populares, evidenciando, por ejemplo, que en las comunas más empobrecidas de la región Metropolitana es dónde se registra la mayor cantidad de muertos por la pandemia.
Es por esta enorme y lúgubre cifra de muertes y sabiendo que muchas familias trabajadoras han tenido que llorar y lamentar familiares muertos, y a pesar de la mejora en las cifras según el MINSAL contrapuestas por el DEIS, es que necesitamos ya un programa de emergencia para enfrentar la crisis sanitaria. Es fundamental realizar test masivos en la población y en los lugares de trabajo, para lograr una trazabilidad real de los contagios y sus contactos, con residencias sanitarias gratuitas para todo aquel que la requiera, asegurando de esta forma aislamiento efectivo de casos.
Para acabar con los enormes focos de contagio en los lugares de trabajo, es necesario el cese de los trabajos no esenciales, prohibiendo despidos y suspensiones, asegurando el pago íntegro de los sueldos de las y los trabajadores, garantizar un sueldo de emergencia de 500.000 pesos para despedidos y desocupados, y además licencias laborales para todo trabajador y trabajadora que pertenezcan a los grupos de riesgo, asegurando el pago del 100% de su sueldo. Todo esto es fundamental para que esta crisis sanitaria, económica y social no la siga pagando la clase trabajadora y los sectores populares. |