En todo el país miles nos estamos quedando sin la posibilidad de poder estudiar, porque no tenemos internet o computadora propia, nos vemos afectados por la crisis, algunos laburando más en peores condiciones y otrxs nos quedamos sin laburo. En esta situación es muy difícil sostenerse en las clases virtuales, pero a las autoridades no les importa y dejan todo en post del “esfuerzo personal”.
En la Universidad, el mismo rector Tecchi afirmó que el 50% de lxs estudiantes no puede acceder a las clases virtuales. En una encuesta de la Facultad de Humanidades el 63% manifestó que no podía completar las clases, desde el 3 de agosto se anunció el inicio del cuatrimestre y nada se dijo aún de las y los que efectivamente quedarían afuera. Las autoridades siguen tomando decisiones unilaterales sin incluirnos cuando somos nosotrxs la mayoría en las facultades. El gobierno de Alberto Fernández no revirtió el presupuesto devaluado y de ajuste que dejó Macri en 2018. Ahora anuncian que van a retomar obras ¡que habían quedado paradas! pero no dicen que va a pasar frente a la necesidad de implementar un presupuesto de emergencia para financiar becas integrales para que nadie abandone y para aumentar el salario de nuestrxs docentes que cada día que pasa están más precarizados.
En terciarios tampoco nos incluyen en las decisiones, y ni siquiera se nombra a quienes ya han sido expulsados. En clases donde somos 50 los inscriptos solo quedamos 10. Antes avanzaron cerrando carreras, ahora quedamos afuera porque no tenemos datos, la mayoría laburamos, tenemos hijxs y ninguna de nuestras situaciones se contempla, si no te conectas estas afuera. Además con los cambios de planes de estudio no nos reconocen materias cursadas e implica extender más los años de estudio.
¡La educación no puede ser un privilegio! Tenemos que discutir, junto a lxs docentes, protocolos virtuales para que se garanticen todos nuestros derechos. Los Centros de Estudiantes siguen dando la espalda, hay que exigirles que tomen nuestras demandas y pelear contra la deserción. Y en los lugares donde no hay centros, como en terciarios, los tenemos que fundar al calor de estas peleas.
Nada de esto sale en las noticias, como tampoco que la policía está matando pibes como Lucas Verón, Luis Espinoza, que los Qom están sufriendo abusos policiales y amenazas mientras a los responsables los dejan en libertad. Que tenemos un nuevo desaparecido en democracia: a Facundo Castro. Y acá en nuestra provincia mataron a Ariel Valerian, la policía lo molió a golpes y murió un mes después.
Es necesario que como estudiantes comencemos a organizarnos contra la violencia y la represión policial, que lxs centros y federaciones tomen en sus manos el reclamo por justicia por Ariel Valerian y la exigencia de aparición con vida de Facundo.
No nos vamos a acostumbrar, ni vamos a mirar para otro lado y por suerte, no somos los únicos. La fuerza de la comunidad negra nos llega desde Estados Unidos, donde latinxs, afrxs y blancxs unieron sus voces en un mismo grito de odio contra el racismo. Pero también contra la desigualdad social que la pandemia profundizó a niveles que no imaginaban, ni van a tolerar. La desocupación llegó a niveles históricos, al punto que 38 millones de personas pidieron nuevos seguros de desempleo, no tienen acceso a la salud y solo tienen acceso a los peores trabajos. Así funciona este sistema: la miseria se reparte, las ganancias se las guardan unos pocos.
En Argentina, mientras la derecha sale a la calle con “banderazos”, defendiendo a los ladrones de Vicentin, atacando periodistas, el gobierno en cadena nacional, nos dice que si entre “todxs” nos esforzamos, la zafamos. Pero los que la están zafando son Clarín, Techint y la Sociedad Rural, que reciben enormes subsidios del Estado. Al FMI le van a pagar millones, en vez de desconocer la deuda ilegítima. Y se niegan a discutir el impuesto a las grandes fortunas para garantizar algo tan elemental como un salario de cuarentena de $30.000 para todxs lxs que lo necesiten, como propusieron Nicolás del caño y Romina del Pla del Frente de Izquierda.
Por ejemplo en Jujuy no solo no se quieren tocar las ganancias del genocida Blaquier, sino que Morales mantiene el silencio frente al incumplimiento de elementos de bioseguridad en la empresa Ledesma en medio de la emergencia sanitaria. El gobernador nos sigue diciendo que es responsabilidad individual cuidarnos pero los focos de contagio están en los lugares de trabajo.
Muchxs de nosotrxs también somos parte del movimiento de mujeres y disidencias que inundó las calles por el aborto legal, contra la violencia machista que como dijimos, no se toma cuarentena, y estas realidades tampoco salen en los grandes medios. Por eso tenemos que seguir organizanizandonos, en estos meses circularon denuncias en colegios y terciarios, donde muchos no tienen aún protocolo de acción contra las violencias. La pelea por educación sexual en todos los niveles y por todos nuestros derechos sigue vigente.
En estas semanas vimos a lxs jóvenes "bien" decir que no hay que ser tibios, defendiendo la propiedad privada y la mano dura. Nosotros no podemos quedarnos de brazos cruzados.
No tenemos tiempo que perder, tenemos que construir un espacio, una fuerza colectiva, donde nos organicemos miles de estudiantes a nivel nacional a lxs que esta situación no nos es indiferente. Así como lo vienen haciendo desde la red de trabajadores precarios e informales en Jujuy y todo el país, o los distintos sectores de trabajadores en fábricas, en salud, en docentes. Con ellas y ellos nos tenemos que unir para poner en pie una gran fuerza social que gane las calles para que los costos de esta crisis no la paguemos lxs estudiantes, las mujeres, lxs trabajadores y sectores populares.
Desde las agrupaciones de izquierda tenemos una importante responsabilidad. Por eso, desde En Clave Roja, Oktubre, Pan y Rosas y la juventud del PTS hacemos un llamado a las agrupaciones de izquierda de la UNJu y terciarios, y a todxs les estudiantes que comparten estas ideas, para poner en pie esta iniciativa también en la provincia hacia la próxima semana. Avanzar en unidad en este contexto sabemos que no va a ser fácil pero es imprescindible. | 
