Enfermeras y personal de limpieza de los hospitales Central, Materno Infantil y Boulogne Sur Mer, del sector de barrido y obras públicas, así como también árbitros del área de deportes fueron despedidos por la municipalidad.
Todos ellos estaban precarizados. Cada tres meses, sus contratos eran renovados hasta que fueron desvinculados luego de no haber aprobado la evaluación que realizan las autoridades del municipio en relación a su desempeño y asistencia. Una excusa para descargar la crisis sobre sus espaldas.
Según informaron desde la seccional San Isidro de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) que “la municipalidad dice que no son despidos, sino limitaciones. Ellos le dicen así a la recisión de sus contratos”. En San Isidro sólo el 30% de los municipales está en planta permanente. El contratado cobra mensualmente entre 20 y 25 mil pesos, menos de la mitad de la canasta básica. Hay trabajadores que hace más de 15 años están bajo esta modalidad
La salud en la primera línea de los despidos, la falta de insumos y la persecución
Desde hace tres años, la licenciada en enfermería Ángela RubÍ Córdoba prestaba servicios en el Hospital Materno Infantil hasta que el pasado lunes le llegó su telegrama de despido. “De un día para otro me avisan que me limitan el contrato. Me veo en la situación de no tener ingresos, de no poder pagar las cuentas. Mi situación es desesperante. No sé el motivo de mi despido. No me supieron dar respuestas. Cero humanidad” menciona la profesional.
El área de salud es la más golpeada por los despidos. En el Hospital Materno Infantil son 4 las enfermeras sin trabajo, el Central con 2 y el de Boulogne Sur Mer, 2.
La precarización y los despidos están acompañados de una fuerte desfinanciamiento de los hospitales que están bajo la órbita municipal. Ya no hay camas disponibles para la internación en un distrito donde hasta la fecha de edición de esta nota se alcanzaron los 5782 contagios y son 98 las muertes. El 50% de los enfermeros del distrito no está trabajando porque está contagiado o es personal de riesgo. Los que están en primera línea no cuentan con los insumos necesarios para enfrentar la pandemia
Hace unos meses, este medio mostró la angustiante situación de las trabajadoras del Hospital Materno Infantil quienes compraban sus barbijos con sus propios sueldos o usaban los que habían sido donados gracias a la solidaridad de muchos trabajadores de otros ámbitos. A esto se le sumaban que el Hospital no contaba con camisolines, ni tampoco protección ocular. No había ni alcohol en gel, ni alcohol líquido ni clorhexidina (antiséptico desinfectante).
Ante el reclamo por la falta de elementos de bioseguridad, la dirección del nosocomio respondía no solo con maltratos y gritos sino con despidos. En ese entonces, una trabajadora de ropería por contar que faltan insumos y una médica residente por hacer lo mismo fueron cesanteadas.
Gustavo Posse: gobernar para los mismos de siempre
San Isidro es uno de los municipios más ricos de la Zona Norte. El municipio está en manos de la familia Posse, quienes llevan mandatos entre padre e hijo, por más de 30 años como intendentes.
En todo ese tiempo no han revertido los problemas socio-estructurales del partido y que hoy con la pandemia se han profundizado. En una zona donde las grandes multinacionales como AT&T, Kraft, Johnson & Son y Nobleza Piccardo tienen sus oficinas y los empresarios pueden pasear con sus yates y lanchas en la costanera, alrededor de 13.000 familias viven en la villa La Cava, en condiciones de hacinamiento, con altos grados de contaminación, y un porcentaje alto de desempleo que va en aumento con la crisis económica que estamos atravesando.
Al igual que el gobierno nacional y provincial, Gustavo Posse quien gobierna con el consenso del peronismo local no tiene un plan sanitario ni económico para su partido. Los despidos, la precarización laboral y el desfinanciamiento de la salud pública demuestran para quien gobierna realmente. |