De acuerdo al reporte financiero anual de América Móvil (AMx), sus utilidades netas en México crecieron 83.73% en relación a las del 2018. Sin embargo, las finanzas de Telmex - una de las compañías más grandes e importantes del consorcio de la familia Slim - reportaron una utilidad negativa de -1,705 millones de pesos (mdp), que se suman a los -2,201 mdp registrados un año antes. Razón por la cual la empresa se declaró por segundo año consecutivo “sin utilidades para repartir entre sus trabajadores”.
Los directivos de estas empresas argumentan que el estado financiero negativo de Telmex se debe al impacto económico que han causado las medidas “asimétricas” que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) le ha impuesto desde el 2014, cuando fue declarado “agente económico preponderante” (AEP) junto al resto de las empresas de Carlos Slim relacionadas con el sector de las telecomunicaciones.
Pero también argumentan que otro factor “de peso” en la reducción de las utilidades netas de Telmex - a pesar de continuar teniendo ingresos brutos cercanos a los 100,000 mdp anuales – es el “incremento del pasivo laboral”, provocado por un “crecimiento acelerado” de la plantilla de jubilados en los últimos años. Lo cual, de acuerdo a su lógica, ha generado una disminución del fondo de pensiones y un gasto laboral cada vez más grande que merma la obtención de ganancias.
Este discurso es apoyado por la dirección del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), quien acusa al IFT de implementar políticas anticompetitivas destinadas a “quebrar” Telmex y a “liquidar” al sindicato en favor de las compañías competidoras. De ahí que su estrategia de “lucha” sea llamar a la base trabajadora a incrementar su producción para “mantener a salvo su fuente de ingresos” y presionar al gobierno jurídicamente para que le otorgue el triple play a la telefónica del magnate.
De igual forma, sobre el aparente problema de las jubilaciones y pensiones en las finanzas de la empresa, la dirección sindical ha secundado la posición de Telmex y desde el 2012 impulsa un Programa de Permanencia Voluntaria (PPV), para convencer e incluso obligar al personal activo, que ya cumple con los requisitos para disfrutar de su derecho a la jubilación, a trabajar durante cuatro años más. Esto bajo la justificación patronal de frenar el incremento del pasivo laboral y evitar que “ponga en riesgo” la viabilidad financiera de la empresa, responsabilizando indirectamente a los trabajadores y trabajadoras que se jubilan de “desestabilizar” las finanzas del patrón.
La realidad de las finanzas de Telmex
A 5 años de implementadas las medidas “asimétricas” contra el AEP de las telecomunicaciones nacionales, los propios datos de AMx reflejan una realidad distinta a la que tanto empresarios como funcionarios sindicales se refieren. Pues lo que se observa es una “reconcentración” de los negocios del consorcio de Slim para librarse de la “preponderancia” en el país, acceder al negocio del triple play y de paso recortar prestaciones históricas del STRM que le representan “gastos excesivos”.
Respecto del 2014 Telmex ha manifestado una caída en sus utilidades netas de -118%, en tanto que las de AMx aumentaron 83%, demostrando que las ganancias solo se han movido de lugar. Cuestión en la que Carlos Slim demuestra ser uno de los discípulos más avanzados del “credo neoliberal”, al usar la división de activos de sus compañías como método principal para reducir gastos laborales y aumentar ganancias personales.
Lo que los patrones no explican en sus reportes financieros, ni los dirigentes sindicales en sus comunicados, es la parte de los ingresos brutos de Telmex que ocupa para “pagar” por los servicios de sus más de 20 empresas “filiales”, entre las que destacan CTBR, LIMSA, Tecmarketing, Uninet, Red Uno, REMSA, ARGOS y un largo etcétera; lo cual explicaría cómo ocurre el movimiento de ganancias de las bolsas de Telmex a las de AMx sin pasar por el escrutinio de los trabajadores. Así como tampoco reportan el porcentaje que utilizan de sus ingresos para financiar los proyectos nacionales e internacionales de AMx, consorcio nacido de las “costillas” de Telmex.
Aunado a lo anterior, sobre el supuesto problema de las jubilaciones y pensiones, también ocultan el hecho de que Telmex no solo redujo desde inicios de este siglo la cantidad que está obligada a aportar a dicho fondo de acuerdo al número de trabajadores en retiro, sino que desde el 2010 se ha negado a seguir aportando más dinero, ocasionando que el fondo se reduzca al grado de registrar actualmente un “faltante” de más de 100,000 mdp que Slim se sigue negando a cubrir. Razón por la cual, empresa y dirigencia sindical impulsan ahora el pago adelantado de la pensión jubilatoria a los trabajadores ofreciéndoles acciones bursátiles de Telmex, intentando deshacerse de una vez por todas de cubrir esta prestación histórica.
La base telefonista tiene todo el derecho de conocer a fondo la situación financiera de la empresa que hace funcionar, de comprender cuánto dinero ingresa realmente y cómo se gasta, para entender por qué la empresa de telecomunicaciones fijas más grande del país, poseedora de más del 50% del mercado nacional y generadora de ingresos totales que rondan los 100,000 mdp anuales, termine en “números rojos”. Más allá de los engaños con los que el patrón, con la ayuda incondicional de la burocracia dirigente del STRM, intenta atemorizar a los trabajadores e imponerles sus intereses económicos privados.
Mientras los viejos dirigentes del STRM evaden dar explicaciones a su base sobre este tema y justifican a la empresa copiando sus argumentos, los trabajadores y las trabajadoras necesitan organizarse para exigir que Telmex abra sus verdaderos libros de contabilidad y demuestre que la caída en sus ingresos netos no se debe más bien a una fuga de capitales, sino que los propios dueños realizan un trasvase de capitales hacia otras compañías de su propio consorcio con el fin de evadir prestaciones laborales y aparentar no ser “agente económico preponderante”. |