A inicios de la semana, la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) dio a conocer mediante sus redes que las cuotas anuales para continuar las clases o primer ingreso a las clases en línea, no solo se mantenían exorbitantes, si no que aumentarían pasando de un aproximado de cuatro mil pesos en años anteriores, a 4,320 pesos para reinscripción y 4, 893 pesos de primer ingreso. Esto instantáneamente generó el descontento en la comunidad estudiantil que salió a manifestarse en contra de las cuotas y denunciando que:
Que así como lo anterior las situaciones particulares derivadas a causa del COVID-19 de las y los alumnos pueden ser un impedimento para el acceso a las clases en línea.
En este mismo sentido, los estudiantes de la UAdeC hacen una invitación a todos los y las estudiantes a organizarse en contra de cualquier medida que afecte su integridad económica y educativa.
Educación en riesgo ante la crisis
Esta situación es profundamente alarmante ya que en medio de la pandemia con miles de familias enfrentándose a los despidos, o a la falta de ingresos por los trabajos informales, el aumento de la precarización a la vida se vuelve un elemento que impide el desarrollo de clases en línea, como ya se ha demostrado en miles de universidades que terminaron el semestre en línea; decenas de sus estudiantes no contaban con los recursos mínimos para acceder a ellas por la falta de internet, de computadoras o la necesidad de salir a trabajar.
Lo que expresa las cuotas durante la pandemia y antes de ella en la UAdeC en miles de universidades es la elitización de la educación, impidiendo el acceso a miles de jóvenes en un país donde el salario promedio no sobre pasa los 6,000 pesos. Esto implica que de continuar con las cuotas, miles de jóvenes se quedarán sin acceso a la universidad.
El caso de las cuotas en la UadeC no es un caso aislado, se expresa en las decenas de universidades públicas que se han ido a la quiebra en los últimos años recurriendo a la alza de cuotas para subsistir, mientras el presupuesto a la educación se mantiene por los suelos.
Ahora más que nunca es necesario levantar un movimiento estudiantil que junto a los profesores y trabajadores administrativos, enfrenten la precarización de las universidades, que luche por la cancelación definitiva de las cuotas no solo durante la pandemia si no en todo momento para tener una educación pública y gratuita.
Por ello es urgente que el gobierno aumente el presupuesto a la educación, que la comunidad discuta cómo y cuándo regresarán a clases, la cancelación de las cuotas y la prohibición de los despidos en las escuelas.