Ante la justicia misógina que dejo en arresto domiciliario a Martín Pradenas, miles de mujeres a nivel nacional salieron a las calles desafiando la cuarentena para exigir justicia por Antonia y por todas aquellas que no han sido escuchadas. Es así como la Corte de Apelaciones de Temuco revocó la sentencia del juzgado de garantía a prisión preventiva mientras se desarrolle la investigación.
Sin duda este vuelco no se generó porque el sistema judicial de la noche a la mañana terminó con toda su tradición misógina y patriarcal, sino todo lo contrario, se logró con la movilización de miles de mujeres a nivel nacional que están cansadas de la violencia de genero institucional.
En este sentido, este caso al igual que muchos otros casos donde mujeres han sido desamparadas y puestas en duda por el sistema judicial, nos demuestra su verdadero rol, una institución que delibera a favor de los que tienen poder y dinero, dejándolos completamente impunes de las atrocidades que realizaron. Claro ejemplo de esto son los más de 2.500 presos políticos de la revuelta que están en prisión preventiva por el simple hecho de salir a manifestarse por las injusticias del país, o también los Comuneros Mapuche quienes están presos sin mayores antecedentes, más que el hostigamiento y militarización diaria en el Wallmapu, y la violencia político sexual de parte de Carabineros a hortaliceras mapuche.
Es por esto que no podemos depositar nuestra confianza en las instituciones del Estado, que nunca ha hecho justicia para los que en verdad la necesitamos, que es profundamente machista y racista, como en el caso de Joane Florvil, mujer haitiana muerta en dudosas circunstancias en la comisaría.
Con la misma fuerza del 8M, de las movilizaciones masivas para exigir justicia por Antonia y por todas aquellas mujeres víctimas de violencia de género es que debemos seguir luchando por cambiar este sistema de raíz y ponerle fin al patriarcado y al capital.
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