El juez federal de Xalapa, Juan Luis González Alcántara, presentó un amparo para reformar el Código Penal Estatal que eliminaría las sanciones contra las mujeres que deciden abortar. Esta propuesta será discutida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) el próximo 29 de Julio.
Para avanzar en dicha iniciativa, tres de los cinco ministros de la primera sala de la SCJN tienen que aprobar el amparo, y de ser así el Congreso de Veracruz tendrá que legislar de acuerdo a esa resolución.
De ser así, también permitiría reabrir casos de mujeres presas por abortos clandestinos en dicha entidad, logrando su libertad. Aunque muchas de las mujeres presas están bajo cargos como homicidio en razón de parentesco.
En pleno preludio de la discusión que podría cambiar la realidad a las veracruzanas, la derecha ha estado insistente en redes sociales para evitar a toda costa que se avance en un derecho fundamental.
Aunque esto significaría un paso al frente, lo cierto es que no basta con despenalizarlo, pues las más pobres seguirán atadas a abortos inseguros mientras no se conquiste que el aborto sea gratuito, libre y que esté garantizado por el Estado en los hospitales con personal capacitado y con el seguimiento para quien se lo practique.
La hipocresía de la derecha
Desde que fue anunciada que se daría la discusión sectores de la derecha, del Frente Nacional x la Familia (FNF), de la iglesia como ACI Prensa, entre otros, impulsaron los hashtags #MexicoEsProvida y #CorteAbortoNo, para presionar a que la criminalización a las mujeres continúe y bloquear el avance de un derecho elemental. A demás el FNF anunció un plantón y una campaña de Change para presionar a la SCJN.
Los argumentos que se erigen por parte de estos sectores, es que el aborto atenta contra la familia, que la despenalización pretende obligar a las mujeres a abortar o incluso usan imágenes amarillistas que fetos de más de 12 semanas de gestación. Llevan todo al terreno de aborto si o aborto no, cuando la discusión es otra.
Todos estos son los mismos sectores que miran a otro lado ante el alto índice de infancias precarias, el colapso del sistema de adopción, o el ascenso de la violencia y la explotación de niñas y niños en México.
Las cifras de la clandestinidad
Lo real es que se realizan anualmente entre 750 mil y 1 millón de abortos clandestinos en México, es decir, el aborto existe y se ha demostrado que penalizarlo no lo impide, sino que genera que este se de en la clandestinidad de las formas más inseguras.
Es claro que las organizaciones “provida” no han salvado ninguna vida, pues al bloquear la posibilidad de despenalizar el aborto, lo deja en una condición de clandestinidad, dejando como resultado que el practicarse un aborto en estas condiciones es la cuarta causa de muerte de las mujeres en México, según cifras sobre Muerte Materna. En un país en el que solo en dos estados esta despenalizado el aborto, esto es un escándalo.
Esta situación se agravó con la pandemia, pues aumentaron los índices de embarazos no planeados, hay una crisis en el abastecimiento de anticonceptivos y los límites de la movilidad han obligado a muchas mujeres a continuar con sus embarazos, y las que deciden abortar lo hacen de la forma más insegura.
Legal no es sinónimo de obligatorio
A la luz de estas cifras, es que decimos que la verdadera discusión es si queremos que el aborto sea legal o no. La lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito en ningún momento plantea que este sea obligatorio, lo que se pretende es que las mujeres puedan decidir libremente que hacer con su cuerpo.
A demás de ir acompañado de una pelea por educación sexual integral, y anticonceptivos gratuitos y adecuados para cada cuerpo.
Legal no lo hace obligatorio, pero mantenerlo penalizado si obliga a las mujeres a parir o las orilla a perder la vida en abortos clandestinos.
Las más afectadas por la ilegalidad del aborto, son las mujeres trabajadoras y más precarizadas, pues mientras las ricas pueden pagarse un aborto seguro e clínicas privadas o en el extranjero, las trabajadoras y jóvenes precarias se juegan la vida en abortos completamente insalubres, cuando es una practica que en si misma es segura.
La derecha conservadora y sectores de la iglesia y el empresariado, aprovechan la cuarentena y la crisis generada por la pandemia para impedir que avancemos en nuestros derechos. Y ante el reagrupamiento de estos sectores visibilizados en las redes sociales, se hace vital que las mujeres junto a otros sectores retomemos nuevamente las calles para pelear por nuestros derechos.
La razón por la cual estos temas han estado a debate en los congresos locales o ahora en la SCJN, es debido a la presión que significan las movilizaciones de mujeres a nivel nacional e internacional. Mientras el gobierno y congreso federal mira hacia otro lado, pues el aborto divide aguas en el Morena.
Si aceptan la despenalización del aborto en Veracruz, esto debe ser un aliciente para el movimiento de mujeres para pelear por el aborto legal, seguro, libre y gratuito en todo el país.
Esto solo muestra que la única forma de conquistar este y otros derechos, será por la vía de la movilización y la organización de forma independiente al gobierno y todos los partidos del congreso, como una base fundamental para avanzar en verdaderamente erradicar la opresión sobre las mujeres, de la mano de la emancipación de la humanidad.
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