Está terminando el mes de julio y los y las miles de colectiveros y colectiveras de Rosario y la región no tienen respuestas ante sus salarios adeudados. La audiencia con el Ministerio de Trabajo convocada para el lunes 27 se pasó para el jueves 30 y los empleados del transporte público de pasajeros, que son esenciales, que se exponen trabajando horas y horas para llevar a todos a sus trabajos, hoy tienen que estar soportando este ninguneo por parte de los gobiernos y de los empresarios. Un inaceptable destrato. Desde el gobierno dicen que son trabajadores esenciales pero durante la pandemia los empresarios retiraron coches de servicio en perjuicio de los usuarios y choferes, y las condiciones de seguridad e higiene se las tuvieron que garantizar los mismos trabajadores para mantener el servicio.
Los empresarios del transporte, el gobierno nacional, provincial y municipal dicen que no hay plata y no reciben a los trabajadores, pero Rosario Bus, el Cacique y Movi reciben subsidios de los tres niveles del estado donde la Municipalidad de Rosario aporta 64 millones, la Provincia 56 millones y la Nación 105 millones mensuales, 2.700 millones al año solo en Rosario. La otra parte, depende de lo que aporta cada usuario pagando uno de los boletos más caros del país.
Pero hay más: hay que tener cara para decir que en la provincia donde en 2019 AGD facturó 185 mil millones de pesos, Vicentin 144 mil millones, Cargill 140 millones y General Motors 55 mil millones, no hay plata para pagar a los choferes, para que cobren sus sueldos, triunfen y se reestablezca el servicio para así todos los trabajadores puedan viajar normalmente. Con un impuesto a las grandes fortunas se podría empezar a dar una respuesta, pero no sucede por la voracidad de empresarios y la complicidad de gobiernos. Javkin se dice Progresista: ¿por qué permite que los trabajadores del transporte de Rosario deban elegir entre comer o pagar los impuestos? Basta. Que los choferes triunfen y que todos tengamos transporte.
Unir a los trabajadores, ocupar la calle
La plata, que hay, tiene que ir para los trabajadores. Para eso hay que ganar las calles como hicieron el 28 de mayo y convocar a los miles de docentes de Amsafe, Ate, Aceiteros, trabajadores y trabajadoras de la salud, jóvenes repartidores y precarizados, estudiantes, que demuestren el enorme apoyo que tienen en la ciudad, porque en el marco de la crisis social y económica por la pandemia, hay que unirse con los y las que pelean por sus salarios y por sus familias. Con miles en las calles este conflicto se puede ganar. En definitiva, es la unidad de choferes y usuarios.
No hay tiempo que perder, con asambleas se puede impulsar un gran paro provincial para que triunfen los choferes. La UTA debe garantizar asambleas y espacios democráticos para que los y las choferes puedan discutir la continuidad de las medidas de fuerza a mano alzada. Es un conflicto de envergadura nacional y es necesario profundizar las medidas de fuerza y la solidaridad para que la lucha por el salario triunfe y discutir una salida de fondo a la crisis del transporte público. Ni los ATP ni los subsidios son suficientes para los empresarios que amasan fortunas en base a las necesidades de los trabajadores y usuarios. Sólo con la fuerza de los sindicatos y trabajadores de la región en la calle se puede triunfar y defender los salarios de las y los colectiveros y sus familias.
Por el triunfo de los y las choferes, para que se reestablezca el servicio luego del pago de los salarios. Basta del chantaje de empresarios y de la complicidad de gobiernos, apoyo a los choferes en la perspectiva de pelear por un transporte público, estatal, barato, de calidad y bajo control de choferes y usuarios, financiado con subsidios a los grandes ganadores de la provincia. |