Este martes trascendió en portales en las redes y medios locales que en la planta ubicada en Ramallo se detectaba COVID-19 en un trabajador de la contratista LOBERAZ. Sus compañeros fueron aislados por prevención. El hisopado positivo fue practicado en la clínica de la UOM en la misma tarde en que su director afirmaba la posibilidad de que hubiera circulación comunitaria del virus en San Nicolás.
La industria de Rocca nunca detuvo su producción. Sus 5000 trabajadores se mantienen en permanente riesgo de contagios a 4 meses del inicio del aislamiento preventivo. No se realizan testeos masivos, pero sí se intima a los empleados a firmar una declaración jurada donde afirman no encontrarse afectados por la enfermedad.
Por otro lado, el municipio sigue sin adoptar medidas que tengan que ver con la prevención, como testeos masivos inmediatos. La ciudad se encuentra en Fase 5, es evidente el manejo contradictorio de la salud que lleva claramente a la falta de coordinación y estrategia frente a la pandemia entre el Municipio y las clínicas privadas.
Otro caso es el de la central generadora de energía en general Rojo, localidad ubicada a pocos kilómetros, donde se detectó un caso de supervisor de una contratista. Fueron aislados 112 trabajadores junto a sus familias y paralizada la planta por el gremio de UOCRA, donde se realizaron hisopados.
La zona industrial se ha convertido en un potencial peligro de propagación, con grandes concentraciones de trabajadores y sin un plan serio que pueda garantizar la salud de trabajadores y sus familias. Sólo los propios trabajadores pueden estar interesados en resguardar su salud y la de sus familias, a los empresarios solo les interesan sus ganancias.
Se deben imponer comités independientes de salud en cada lugar de trabajo, con la colaboración de profesionales y representantes elegidos en asamblea, que puedan garantizar testeos masivos inmediatos y el cumplimiento de los protocolos. Nuestra salud y la de las familias valen más que las ganancias empresarias. |