En total, hay 316 profesionales de la enfermería que han perdido la vida luchando contra el Covid-19 en el todo Brasil. El sesenta y cuatro por ciento de las víctimas son mujeres, la mayoría dentro de esa profesión y quienes pagan por la negligencia de los gobiernos nacional y estadual que no garantizan Elementos de Protección Personal (EPP). La mayoría de las muertes ocurrieron en el sudeste (35,4%), seguido del noreste (27,2%) y el norte (21,5%).
Entre los estados, encabeza San Pablo con 52 muertes y Río de Janeiro con 45 (que este lunes 27 tuvo su pico de fallecimientos). A continuación, Pernambuco (29), Amapá (19) y Mato Grosso y Amazonas, ambos con 18 fallecidos. La falta de apoyo del negacionista gobierno federal de Bolsonaro se suma a los diversos gobernadores del país que tampoco garantizan condiciones seguras, ni laborales ni salariales para las trabajadoras de primera línea.
En Río de Janeiro, los profesionales de la salud han estado sin pago durante 2 meses, con muchos recortes de beneficios, despidos masivos e incluso escándalos de corrupción de parte del gobierno.
Hoi Shan Fokeladeh, del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) dijo a a la publicación Brasil de Fato: "Según nuestra investigación, el 7% de todas las personas infectadas en el mundo son trabajadores de la salud". Como hay más de 16 millones de contagiados en el planeta, según los cálculos, aproximadamente 1,1 millones serían profesionales de la salud.
Teniendo en cuenta la edad de las enfermeras, el grupo más afectado en Brasil es el que se encuentra entre 41 y 50 años, donde hubo 96 muertes. El segundo segmento más afectado, entre 51 y 60 años, registró 86 fallecimientos. Es de destacar que el grupo de adultos jóvenes, entre 31 y 40 años, también ha sido afectado con 61 muertes.
No hay duda que Bolsonaro, que junto con los militares que lo acompañan, desprecian la vida de la población pobre y trabajadora que muere masivamente con la pandemia. Pero al mismo tiempo gobernadores como João Doria, de San Pablo, que se presentaron como un "sector serio" para combatir la crisis sanitaria, no ofrecieron medidas preventivas adecuadas, como pruebas, máscaras y EPP para los trabajadores y la población.
En medio de esta situación, los y las trabajadoras de la salud están a la vanguardia de la lucha contra el virus, pero con condiciones de trabajo muy precarias. No tienen acceso a suficientes pruebas y EPP, y se ven obligados a vivir con la incertidumbre de si infectarán a sus familias o no.
Según el Observatorio de Enfermería, 29,609 enfermeras, técnicos y asistentes contrajeron el covid-19 en Brasil. De este total, 12,994 estaban en cuarentena y 200 fueron hospitalizados. San Pablo también lidera aquí con 4.915 profesionales de enfermería infectados desde marzo. Le sigue Río de Janeiro con 4.239 y Bahía con 3.428. Vale la pena señalar el avance de covid-19 entre las enfermeras en el sur del país. El cuarto estado con la mayoría de los casos es Rio Grande do Sul (1,993) y el quinto, Santa Catarina, con 1,708.
Estas cifras confirman la necesidad de exigir test masivos, elementos de protección personal y condiciones de tratamiento para todos los infectados. Paraná, Minas Gerais y Mato Grosso tuvieron un aumento del 100% en el número de muertes en comparación con junio, según el Consejo Federal de Enfermería (COFEN).
Con información de Brasil de Fato |