Foto: Gastón Britos / FocoUy
En los últimos días las declaraciones del Jefe de Policía de Montevideo, Erode Ruiz, provocaron indignación y debate en la opinión pública por el uso de la picana eléctrica. Se conoció que dos policías están formalizados por el uso de este instrumento de tortura en una detención por hurto. Los efectivos están imputados por el delito de abuso de funciones.
Según señaló Ruiz, minimizando lo ocurrido, la policía no tiene prohibido el uso de picanas, aunque no son proporcionadas por el Ministerio del Interior ni se otorga capacitación para su uso. El jefe de policía, subestimando el hecho, señaló que "es un instrumento que tiene venta pública" y que es un "elemento de protección que usan ciudadanos", y por lo tanto "no está prohibido su uso en policías".
De sus declaraciones se desprenden varios puntos preocupantes acerca de las prácticas y costumbres policiales que son inevitables de cuestionar. Por ejemplo, por qué un efectivo estaba utilizando en un procedimiento un instrumento que no forma parte del equipamiento oficial. Por otra parte, se supo que el hombre involucrado en el hurto ya estaba detenido y esposado cuando fue torturado.
Por si fuera poco, el Ministro del Interior, Jorge Larrañaga, también salió a respaldar a su fuerza. Frente a la consulta, respondió que "No hay ninguna inconsistencia, no forma parte del equipamiento, no está prohibido este tipo de armamento, no hay instrucciones directas para que se utilice".
Es preocupante que se intente a esta altura minimizar la gravedad del uso de instrumentos de tortura, utilizados en períodos oscuros de nuestra historia y que tiene efectos devastadores en quienes se los aplica. Sin embargo, no sorprende la postura de personajes como Erode Ruiz, cuando recordamos su nefasto historial.
La vieja escuela y la Masacre del Filtro
Mientras el país avanza en medidas represivas, como lo es la aprobación de la LUC, que busca mayor empoderamiento policial atacando derechos y garantías, figuras como las de Ruiz son realmente inquietantes.
El jefe de Policía de Montevideo, quien minimizó el uso de picanas, se formó en la vieja escuela policial y desempeñó funciones durante la última dictadura en la Cárcel Central (sitio de detención y torturas durante esa época).
Otro de los trágicos casos en el cual tuvo participación fue en la "Masacre del Filtro" en 1994 durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle. Varias fuentes señalan que Ruiz era comisario al frente de la Seccional Policial Nº 13 de Montevideo, y estuvo al frente de la seguridad exterior del Hospital Filtro, con 20 hombres a cargo. Bajo órdenes del ministro del Interior Ángel María Gianola, comandó junto con Martín Gutiérrez el convoy compuesto por ambulancias, patrulleros sin matrícula y otros vehículos que irrumpieron entre la multitud comenzando a disparar a mansalva contra los manifestantes. La brutal represión dejó dos muertos, Fernando Morroni y Roberto Facal, muchos heridos de diferentes gravedad, incluso niños. Además fue segundo jefe al mando del operativo de extradición de los refugiados vascos.
La impunidad se perpetúa con el progresismo
A pesar de su llamativo historial, el Frente Amplio lo designó para altos cargos policiales a pesar del repudio de muchos sectores. En marzo de 2005, el primer gobierno de Tabaré Vázquez lo designó al frente de la Jefatura de Policía de Lavalleja. Durante el gobierno de Mujica se lo nombró como alto jerarca de la policía en Colonia. En junio de 2011 el ministro Bonomi, lo coloca al mando de la Jefatura de Canelones. Durante la segunda presidencia de Vázquez se lo designó como Jefe de la Policía de Maldonado.
¡No al avance represivo!
La represión y el abuso policial siguen avanzando y es la visión que tiene el actual gobierno para un "mejor país". Bajo el lema de "mejorar la seguridad de los uruguayos" buscan la aprobación de la sociedad para legitimar medidas y procedimientos que luego terminan siendo aplicados con el objetivo de silenciar los reclamos de las clases trabajadoras y de los sectores más golpeados por el ajuste y el desempleo.
Por eso es necesario seguir dando pelea contra la LUC en las calles, para evitar que siga en marcha un paquete de medidas que son peligrosas para nuestros derechos.
También sigamos recordando nuestro pasado, para que nunca más vuelvan a repetirse episodios lamentables de nuestra historia como lo fue la Masacre del Filtro. El próximo 24 de agosto se cumple un nuevo aniversario. No permitamos que sigan impunes los personajes nefastos de nuestra historia colectiva y sus aberrantes prácticas. |