Todas hablan de apoyar a las mujeres, de ser solidarias, de sororidad y empoderamiento. En distintos idiomas, las etiquetas aceptan sumarse a la cadena, #desafíoaceptado, #challengeaccepted, #retoaceptado. Ya son más de 6 millones las fotografías que se publicaron con la etiqueta en inglés y empiezan a circular más de cien mil con las etiquetas en otros idiomas.
Algunos posteos van acompañados de otra etiqueta #womensupportingwomen (“mujeres que apoyan a mujeres”). Pero, en la viralización, se ha perdido el motivo con el que las mujeres de Turquía iniciaron la cadena y se ganó bastante en trivialidad y postureo de figuras célebres. Incluso ya se abrieron debates, en diversos países, a favor y en contra de este tipo de campañas, de su efectividad o banalidad. Los cuestionamientos por las fotografías que revelan cuerpos y rostros de belleza hegemónica también se propagaron por las redes. ¿Cuánto de compromiso? ¿Cuánto de vanidad?
Pero, más allá de las redes sociales, lo cierto es que Turquía es uno de los países con tasas más altas de femicidios. En 2019, se comprobaron casi 500 asesinatos de mujeres, aunque son muchos más los femicidios que no están registrados. Las noticias sobre estos crímenes suelen aparecer en los medios acompañadas de una fotografía en blanco y negro de las víctimas. Es por eso que las mujeres turcas lanzaron esta campaña contra las instituciones que garantizan la impunidad de los agresores, mientras el gobierno intenta volver atrás en la legislación contra la violencia doméstica.
Pocos días atrás, el encuentro del cadáver de una joven de 27 años que se encontraba desaparecida, encendió la bronca. La comprobación de que había sido asesinada por su pareja, desató las movilizaciones y el reclamo se coló en las redes sociales, con el nombre de la joven asesinada como tendencia #pinargultekin.
En Turquía, las fotografías en blanco y negro para conmemorar a las mujeres asesinadas, van acompañadas de los hashtags #KadinaŞiddeteHayır (No a la violencia hacia las mujeres) y del pedido que no se derogue la Convención de Estambul –un conjunto de normas contra la violencia de género-, como lo exigen algunos grupos islámicos. |
