Tras este triunfo, los colectiveros ya son un ejemplo para todos los trabajadores que sufren despidos y suspensiones. Hay que mantener la fuerza y la unidad porque la crisis del transporte público no termina con este acuerdo.
Las y los choferes cobraron este viernes la deuda del salario de junio, y el aguinaldo se pagará en cuotas. Es una conquista de los trabajadores con la dura pelea que vienen llevando en estos últimos meses. Si sumamos los días que alcanzó esta medida histórica entre los 23 días de paro en mayo y los 29 días consecutivos de este mes son casi dos meses de paro en esta lucha que se sostuvo con la decisión y la fuerza de los trabajadores y trabajadores del transporte.
El 28 de mayo, un día antes del aniversario del Cordobazo, las calles de Rosario se pintaron de celeste, en una masiva movilización las y los colectiveros y trabajadores de los talleres, mostraron que fuerzas hay para imponer su reclamo. A medida que pasaba la enorme columna de choferes, vecinos aplaudían o saludaban con bocinazos: a diferencia de los gobiernos, el pueblo trabajador sí trató a los choferes como “esenciales”.
El conflicto de los colectiveros ayudó a sacar las caretas de los gobiernos
La lucha de los y las choferes puso algunas cosas en su lugar. Desenmascaró la actitud de los gobiernos frente a los colectiveros y frente a los trabajadores en general. Perotti hizo campaña con dos grandes ejes: fortalecer la Policía y con el boleto educativo gratuito. Cumplió con solo uno de ellos: mientras la Policía saturó los barrios populares y de trabajadores con su política represiva, el gobierno provincial colaboró con el vaciamiento del transporte público.
Así como Perotti y el Frente de Todos fueron mansitos y amables con los ladrones y extorsionadores de Vicentin, fue intransigente con los colectiveros, a los que tuvo en vilo durante meses. A los grandes empresarios, todo. A los laburantes, ni migas de pan.
Javkin, que habla desde un discurso progresista, pero su frente, justamente el Frente Progresista, fue una máquina de impulsar aumentos del precio del boleto. Ahora, directamente, fue parte del bloque junto a empresas estafadoras, gobierno nacional y gobierno nacional, que quisieron que sean los choferes los que paguen los platos rotos de un sistema de transporte público quebrado y vaciado. Fueron los trabajadores y las trabajadoras los que dijeron: BASTA.
La fuerza de los y las choferes y el apoyo del pueblo trabajador
La lucha de los choferes por su salario fue la pelea en defensa del transporte público frente a este vaciamiento. Por eso el apoyo popular fue tan masivo, a pesar de las complicaciones que puede generar un paro así. Eso se pudo ver en que, aunque los grandes medios bombardearon con noticias contra el paro, no hubo ni una pequeña manifestación de rechazo. Y eso que la UTA, luego de la marcha, se negó a convocar a una nueva movilización, para mostrar la enorme fuerza de las camisas celestes.
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La unidad de los y las choferes y este amplio apoyo popular fue lo que logró, justamente, que empresarios y gobiernos dejen de jugar con los salarios de las familias colectiveras. Al menos por ahora. Entre las muestras de apoyo, el Frente de Izquierda Unidad-PTS, junto a sectores de trabajadores y jóvenes precarizados de La Red impulsaron una jornada de apoyo en redes sociales, logrando que sea “tendencia” en twitter la consigna en apoyo a los choferes: #QueTriunfenLosChoferes.
Porque los choferes de transporte público están sin cobrar la totalidad de sus salarios ni el aguinaldo, y son los que están exponiéndose (ellos, y sus familias) en su trabajo en medio de una pandemia pic.twitter.com/ih8JkTzlf1
— ¿Por qué es tendencia? (@Tendencia_Peron) July 21, 2020
El mismo día que los choferes torcían el brazo a empresarios y gobiernos, la izquierda insistió en el diario El Ciudadano en el llamado a movilizarse masivamente en Rosario en apoyo a los choferes.
¿Y eso de que no había plata?
Los gobiernos decían que no había plata. Pero plata había y luego de una lucha tenaz y consecuente, finalmente apareció.
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Es irrisorio que digan que no hay plata para los y las que nos llevan a los trabajadores a todos lados, los choferes, en una provincia tan rica como Santa Fe, donde en 2019 AGD facturó 185 mil millones de pesos, Vicentin 144 mil millones, Cargill 140 millones y General Motors 55 mil millones. Claro. Es que los gobiernos no quieren tocar ni un centavo a esos monstruos multimillonarios. Con un impuesto a las grandes fortunas se podría dar una respuesta de fondo para empezar a garantizar un servicio con un boleto más barato para los usuarios por ejemplo o para pagar los sueldos, pero no sucede por la voracidad de empresarios y la complicidad de gobiernos.
Con impuestos a esas enormes empresas podría darse una salida de fondo a la crisis de un sistema de transporte malo, con poca frecuencia y caro, peleando por estatizar las empresas de transporte y ponerlas a funcionar bajo control de los trabajadores, en unidad con organizaciones de usuarios. Así y solo así puede evitarse la desinversión, evitar crímenes sociales como el de Monticas, agregarse unidades y recorridos. En definitiva, lograr que el transporte público sea un derecho, y no un negocio de especuladores.
Un gran ejemplo en las primeras peleas frente a una gran crisis
La lucha de los choferes deja un importante ejemplo en la misma provincia donde los trabajadores de Algodonera Avellaneda pelean por su salario, donde los trabajadores de la salud pujan para no contagiarse ni morir por coronavirus, donde los y las docentes defienden sus derechos frente a un gobierno que no les paga como corresponde y que quiere que vuelvan a clases en pleno pico de contagios. En la provincia donde los jóvenes precarizados y las docentes reemplazantes alzaron su voz. Ellos, los choferes, lograron sus demandas porque controlan un resorte fundamental de la vida cotidiana: el transporte.
Pero los trabajadores, unidos y coordinados, podrían ser una fuerza social enorme, que paralice los puertos, el complejo agroexportador, las escuelas, la actividad económica. Así podría pelearse con la mayor fuerza posible para reclamar el cese de los despidos, el aumento de sueldos, comida y trabajo para los que están peor, medidas de seguridad e higiene para los trabajadores esenciales, que se contagian en supermercados, aceiteras y hospitales.
Hasta hoy, los grandes sindicatos se niegan a encarar esta pelea: prefieren ver pasar los ataques antes que poner la fuerza en la calle para evitar que la crisis la paguemos los trabajadores y el pueblo. Pero los choferes muestran el camino: sumando a ellos la fuerza de las docentes de Amsafe, de la Federación Aceitera, de todos los sectores que hoy están peleando, se puede imponer a los sindicatos traidores la necesidad de la lucha. Ya estos meses de lucha colectivera hubiera merecido una enorme movilización y un paro en apoyo. Ahora directamente no hay tiempo que perder: está en juego nuestro futuro.
Seguir organizados y coordinar a nivel nacional
Para los empresarios del transporte, los ATP y los subsidios no son suficientes para seguir amasando fortunas. Los sueldos se pagaron en Rosario por una partida presupuestaria especial y no resuelve la crisis del transporte público que es profunda y que es nacional, eso lo vemos en la pelea que están dando las y los choferes de Tucuman, Córdoba, Corrientes, Mar Del Plata. Por eso es necesario profundizar la coordinación y organización de los trabajadores del transporte, desde abajo, mantener el estado de asamblea y movilización permanente porque los empresarios están demostrando que con la pandemia sólo buscan maximizar sus ganancias a costa de la salud y el salario de los trabajadores.
Lo que hasta hoy no hizo la UTA hay que juntar fuerzas para imponerlo, para lograrlo en el futuro, esta pelea va a seguir y hay que coordinar nacionalmente, uniendo los reclamos provinciales y pelear por un paro nacional.
En Córdoba los y las choferes también pelearon, junto a la comisión de mujeres, y llegaron a un acuerdo ante el conflicto salarial. Y desde la banca del PTS-Frente de Izquierda Unidad en el Concejo Municipal, que encabeza Laura Vilches, se propuso terminar con un concepto de que el transporte tiene que dar ganancias y de que los colectivos estén en manos privadas, planteando que tiene que ser estatizado y controlado por trabajadores y usuarios.
Hay que discutir cómo fortalecer una organización desde abajo, cómo plantear una unidad con los usuarios que comparten ese interés por un servicio eficiente y seguro y pensar cómo ser parte de una salida de conjunto a la crisis. Para debatir, votar y organizar se está convocando a un plenario nacional abierto de trabajadores del subte y de los colectivos este sábado 1 de agosto a las 18:30 hs.
Sabemos que esto va para largo, y que la crisis económica se va a seguir profundizando y la van a querer tirar sobre nuestras espaldas. Por eso desde el Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC) estamos poniendo todos los esfuerzos para generar una herramienta que reúna la fuerza de los trabajadores, las mujeres, porque queremos dejar de ser quienes paguemos la crisis económica y sanitaria.