Las altas cifras de desempleo hoy rondan los 3 millones de personas, una cifra alarmante a tal nivel que hasta la CUT salió a dar declaraciones, en la voz de Barbara Figueroa presidenta de la CUT, manifestaron una “exigencia” al gobierno para que “prohíba los despidos” que ya cientos de empresas anunciaron al ser consultadas por la reintegración de los trabajadores suspendidos. Y es que es tan escandalosa la situación que nadie puede desentenderse de ella. |
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el trimestre abril-junio se contabilizaron 996.910 desempleados en un año, la cifra más alta desde que hay registros, esto sumado a la cifra anterior daría un numero cercano a los 3 millones de personas desocupadas. Tras estas declaraciones las reacciones no se hicieron esperar, y es tanta la alarma que esto genera que hasta la CUT salió a hacer exigencias.
Es en este contexto que Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT y militante del Partido Comunista, indico que "la situación en la que estamos no es producto de la pandemia, es producto de malas decisiones que tomó el Gobierno". Y que por lo mismo planteó que "hoy lo que se requiere, más que seguir entregando recursos a las empresas, es impedir que se sigan produciendo despidos" y que la idea es que el gobierno incida a las empresas que han optado por la suspensión de contrato para sus trabajadores y "se establezcan mecanismos para impedir que luego despidan igual a los trabajadores".
Si bien el análisis de la CUT es correcto, el problema es que no plantea nada más que una “exigencia” testimonial y tibia a un gobierno que, como vimos durante la discusión del retiro del 10%, no está dispuesto a ceder un milímetro en su abierta defensa a los intereses de los empresarios. Hoy más que nunca es necesario que la mayor central de trabajadores del país se disponga a organizar a los miles de trabajadores y trabajadoras, que tal como es 12 de noviembre durante la rebelión miles se vuelquen a las calles, paralicen los trabajos no esenciales e impongan, con toda esa fuerza, una ley que prohíba todos los despidos. Con la fuerza de los grandes sindicatos mineros, de puertos y forestales podemos equilibrar la balanza a nuestro favor, es tarea de las direcciones sindicales preparar el camino para que todo el pueblo trabajador siga ese sendero.
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