Florencia Salinas
| Red de trabajadores precarizadxs, informales y desocupados | Oeste GBA
Los docentes que vivimos el avance de la precarización creemos que es necesario discutir y organizarnos para imponer nuestras demandas y una salida a esta crisis a favor de las y los trabajadores y las mayorías populares. Nos sumamos este 8 de agosto a la asamblea nacional virtual de trabajadores de la educación.
Los docentes no escapamos de la precarización laboral donde reina la incertidumbre: no sabemos si vamos a conseguir horas, y si conseguimos, no sabemos por cuánto tiempo serán. Mucho menos sabemos cuándo vamos a cobrar, si tenemos suerte ¡2 o 3 meses después! Eso lleva a que muchos docentes debamos tener otros trabajos, que en muchos casos son changas y trabajos informales. Eleonora, profesora de Historia, nos cuenta: “yo estuve nueve meses sin cobrar el año pasado, en esos meses me ayudaba mi compañero. Fue bastante tedioso. Tengo una niña de ocho años, que iba a la escuela, cuando tenía que viajar, me iba caminando para acortar gastos”.
La precarización se agrava en planes educativos como FinEs, donde los docentes trabajamos por unos meses con contratos basura para el Estado, no tenemos licencias por enfermedad, ni vacaciones o aguinaldo como el resto de los docentes. Esta precariedad hizo que, con la cuarentena y el no inicio de las clases presenciales, miles de docentes nos encontremos sin salarios por meses, situación ante la cual comenzamos a organizarnos, como en los casos de Buenos Aires y Tucumán.
Con la suspensión de las clases presenciales también se suspendieron los actos públicos, dejando a miles de docentes sin trabajo. Por ejemplo, en Buenos Aires, somos más de 40.000 los docentes los que solicitamos el ingreso al Plan Piedas, una respuesta que tuvo que dar Axel Kicillof, demostrando así que existe un gran número de docentes sin trabajo. Sin embargo, la suma de $17.000 que solemos cobrar con este programa está muy lejos del valor de la canasta básica que está en $43.800 según el INDEC. Daniela, docente de nivel primario, señala que “pocos docentes tuvimos la "suerte", por así decirlo, de cobrar el Piedas, pero como todos sabemos, todo aumenta y con el sueldo que nos dieron no nos alcanza para satisfacer las necesidades básicas, sobre todo quienes tenemos hijos y alquilamos”.
En esta pandemia, con la virtualidad de las clases, la precarización se profundizó. Las y los docentes tenemos una sobrecarga de tareas, la mayoría somos mujeres, con hijos, y recibimos mensajes y llamadas hasta altas horas de la noche, incluso los fines de semana. Además, esta adaptación virtual nos encuentró a docentes y estudiantes sin los recursos necesarios. Daniela nos cuenta que fue designada como preceptora, “lo que me está costando demasiado, porque no cuento con computadora ni buena conexión de internet”. Es la realidad que vivimos muchos docentes, según la propia Ctera, un 59% de los docentes dice tener una conexión inestable o nula, y sólo el 30% tiene una computadora única. ¿Cuál fue la respuesta del Ministro Trotta ante esta realidad? Créditos para que los docentes nos endeudemos para adquirir las herramientas de trabajo que el Estado debería garantizar.
Tampoco los estudiantes cuentan con lo necesario para la continuidad pedagógica: el gobierno nacional reconoció que más de la mitad de los chicos no tienen computadora. El Estado debería entregar los dispositivos necesarios y las empresas de telecomunicación deben liberar los datos para docentes y estudiantes.
Después de cuatro meses, en los que el Estado se ahorró millones con puestos sin cubrir, los actos públicos volverían el 10 de agosto. Pero la incertidumbre y la precarización siguen. Se pregunta Eleonora, “si las cosas se gestionan como se venían haciendo hasta ahora, ¿otra vez tenemos que esperar tres meses para cobrar?”, como se pregunta Daniela, “si nos dejan de pagar el Piedas, ¡¿cómo sobrevivimos hasta conseguir un cargo, si es que conseguimos?!”. Mientras escribimos esta nota, muchos docentes recibimos la noticia que el Plan Piedas terminó el 31 de julio, es decir, somos miles las y los que estamos con una enorme incertidumbre, porque la cuarentena continúa, pero está en riesgo nuestra continuidad laboral.
Organicémonos para enfrentar la crisis
Hace pocos días los sindicatos docentes arreglaron paritarias con 0% de aumento, ¡sí, 0%! Los $4840 de los que se jactan, se trata de una especie de bono excepcional que se dará en cuatro cuotas de $1.210, lo que no solo es una miseria sino que también es excluyente, ya que docentes de escuelas privadas y de Piedas no lo percibirían.
¡Que los dirigentes de Ctera y Suteba salgan de la cuarentena ya! no alcanza con declaraciones donde se pronuncien por nuestra continuidad laboral y otros reclamos de la docencia. ¿Por qué todavía no convocaron a un plenario de delegados con mandatos para pelear por todas nuestras demandas? Sólo los sindicatos recuperados, como los Sutebas Multicolores, plantean pelear por nuestras demandas, el fin de la precarización laboral, o un salario de emergencia de $30.000 para todos las y los trabajadores que lo necesiten.
Nosotros como docentes no somos ajenos a los diferentes conflictos que se están dando en otros sectores, como en fábricas, transporte, comidas rápidas, o trabajadores repartidores, entre otros. Esos trabajadores son las familias de nuestros estudiantes o son nuestros propios estudiantes los que enfrentan esta gran crisis, que incluye despidos, suspensiones, rebajas salariales y más precarización. En las escuelas también vemos como crecen las familias que van en busca de mercadería, quienes terminan recibiendo bolsas de alimentos completamente insuficientes. Por eso, los docentes debemos unir fuerzas con el resto de la clase trabajadora y sectores populares, para pegar con un sólo puño. ¡Basta de que las burocracias sindicales regalen nuestros sueldos y puestos de trabajo!
Como docentes precarizados nos sumamos a la asamblea nacional virtual de trabajadores y trabajadoras de la educación que convoca la Corriente Nacional 9 de Abril, este sábado 8 de agosto, porque urge debatir y organizarnos para sacar de sus cómodos sillones a las direcciones sindicales de Ctera, o de sindicatos provinciales como Suteba. Organicémonos para que la crisis no la pague el pueblo trabajador y las mayorías populares.