En un nuevo programa de Mundo Conurbano, presentamos un informe sobre la importancia del Hospital desde la voz de sus propios trabajadores, trabajadoras y pacientes.
En el marco de una pandemia a nivel mundial, los y las trabajadoras de la salud, la primera línea, cumplen un rol clave como esenciales.
En el conurbano bonaerense es donde se concentran la mayor cantidad de casos positivos de Coronavirus, y en la Provincia de Buenos Aires el sistema sanitario está al límite del colapso.
Como ya denunció el propio personal de salud del país, las condiciones laborales, sin test ni recursos suficientes para la atención es resultado del desfinanciamiento que gobierno tras gobierno han llevado adelante, y profundizado bajo el macrismo con un brutal ajuste.
El Hospital Posadas: una historia de defensa de la salud pública
El importante rol de este centro de salud no es solo algo de los últimos años, sino que viene de larga data. Esto se desprende del relato de Leticia, trabajadora jubilada del hospital que en los 70 fue parte de pelear junto a sus compañeros y compañera para poner la salud al servicio de las necesidades de las grandes mayorías, abriendo sus puertas a la comunidad. La apertura del Posadas tuvo que ver entonces con esta organización de los trabajadores y el barrio Carlos Gardel: impulsada por el sector más joven de los trabajadores y trabajadoras.
Es conmovedor, como cuenta Leticia, escuchar sobre las enormes asambleas que organizaban, como la del ’73 que fue la más grande de la historia del hospital. Organizados y organizadas en asambleas, llegaron a votar la renuncia de los directivos y su desplazo. También se organizó un trabajo constante con las escuelas del barrio y el dictado de cursos para los vecinos.
Para el año 1975, los trabajadores del hospital fueron parte de la Coordinadora Interfabril de la Zona Oeste, una instancia de organización y coordinación con participación de trabajadores de distintas áreas de la zona tales como salud, docentes, metalúrgicos, ferroviarios y mecánicos, entre otros. Estas organizaciones eran una novedad en el conurbano bonaerense, centro político y estratégico de la gran industria.
Bajo la dictadura militar el operativo desplegado en el propio hospital, como cuenta Leticia, fue enorme. Se detuvo a trabajadores y se instauró un centro clandestino de detención conocido como “El Chalet”. Producto de esta intervención, que tenía como objetivo de fondo desarticular la organización y coordinación que se estaba gestando, al día de hoy hay 11 trabajadores del hospital que se encuentran desaparecidos, que siguen siendo bandera de las nuevas generaciones de trabajadores que transitan el hospital.
El tiempo pasa: la solidaridad se mantiene
Como cuenta Luis Sucher, despedido reincorporado y referente de la agrupación Marrón, en el 2018 el macrismo atacó la salud pública profundizando la precarización y el ajuste de los gobiernos anteriores.
Despidos que eran, como lxs propios trabajadores denunciaron, injustificados, ilegales y persecutorios. Incluía trabajadoras y trabajadores de distintos sectores, como el turno noche de Enfermería donde no aceptaron la extensión de la jornada laboral a 12 horas que querían imponerles desde el año anterior. También a quienes a quienes no aceptaron contrataciones más precarias, junto a delegados y delegadas sindicales de Cicop y STS (con fueros), ex delegados, a militantes de las distintas corrientes de izquierda que hay en el hospital, junto con referentes públicos y candidatos de elecciones nacionales. Todos reconocidos por su militancia político-sindical. Dentro de ellos se encontraban embarazadas, trabajadoras con enfermedades terminales en tratamiento y con discapacidades certificadas.
Para llevar adelante los despidos se apoyaron en las décadas de precarización laboral que generó que trabajadores con más de 15 o 20 años de antigüedad sigan con un convenio laboral de renovación anual llamado “contrato Posadas”. La rápida organización de lxs trabajadores recibió un masivo apoyo no sólo dentro del Hospital, sino también de las y los vecinos del barrio, trabajadores de salud de la zona y el resto del país, docentes y estudiantes terciarios y universitarios, y sectores en lucha.
Esto quedó expresado en el gran encuentro de coordinación de Trabajadores en Lucha que reunió a 2000 trabajadoras y trabajadores en el playón del hospital. Además de los trabajadores del Posadas y los gremios del hospital STS y Cicop que fueron parte de la lucha, estuvieron presentes los mineros de Río Turbio, los trabajadores del Inti, Senasa, Ingenio La Esperanza, UEP de La Plata, Ferrobaires, Diario Hoy de La Plata, Cresta Roja, Stockl, los aeronáuticos de Redguard y delegaciones de los Suteba combativos. Numerosos artistas sumaron su solidaridad, así como organismos de DDHH y personalidades como Norita Cortiñas que estuvieron acompañando desde el comienzo.
Una gran diferencia con el rol que jugaron sindicatos como ATE Morón, que no sólo actuaron totalmente alineados con la dirección, sino que también llegaron a agredir a los despedidos que exigían que su gremio haga algo. O UPCN, que directamente el mismo día de los despidos bajó las persianas de su oficina gremial avalando los despidos ilegales y naturalizando la precarización laboral, en complicidad con el Directorio.
La Comisión de Pacientes y vecinos del Barrio Carlos Gardel y la Comisión de Residentes del hospital tomaron un rol importante durante este período: organizaron jornadas, recorrieron diversos medios de comunicación para visibilizar la situación y organizaron una posta sanitaria en el barrio, logrando de esta forma difundir la situación del hospital y alertar sobre la posibilidad de nuevos despidos, buscando forjar lazos de solidaridad.
En Febrero de este año, gracias a que nunca bajaron los brazos y siguieron peleando, trabajadoras y trabajadores conquistaron sus reincorporaciones. En un primer momento el Ministerio de Salud presentó ante una reunión con los trabajadores despedidos, STS y Cicop una propuesta escandalosa de reincorporaciones segmentadas (20 trabajadores por mes), lo cual fue rechazado. Tras este rechazo, plantearon flexibilizar el criterio aumentando el número de ingresos y reduciendo el plazo. Más allá de esta conquista, lxs trabajadores siguen denunciando la extrema precarización reflejada en los monotributos y contratos anuales que configuran el panorama de precariedad laboral extendida en el hospital hace décadas. Pero no parten de cero, y ante la agudización de la crisis sanitaria, económica y social, tienen enormes experiencias que marcan el camino a seguir.
Las vidas trabajadoras importan: Comisiones de Higiene y Seguridad organizadas desde abajo
Belén, residente e integrante de la Agrupación Marrón, contó la realidad que hoy está atravesando el hospital.
Largas filas de pacientes que esperan a la intemperie ser atendidos en la guardia respiratoria, cientos de trabajadores que han estado o están contagiados de Covid 19 y más de 1000 que fueron o se encuentran aislados en este momento, cuestiones que impactan negativamente en quienes continúan trabajando ya que siendo menos trabajadores deben dar respuesta a la misma cantidad o más pacientes ante el aumento de casos, exponiendo una clara situación de sobrecarga laboral. Sobre esto destacó también, que la sobrecarga laboral tiene un doble perjuicio, ya que también afecta a la calidad de atención de los pacientes.
Pero ante esta preocupante situación los trabajadores no se quedan de brazos cruzados y comenzaron a organizarse poniendo en pie una Comisión de Higiene y Seguridad desde abajo para ser ellos, los protagonistas de la primera línea, quienes reflejen lo que pasa realmente en la salud pública hoy en día. De este modo, esta semana tuvieron la primer reunión en la cual participaron trabajadores y trabajadoras de diferentes servicios e integrantes de la Cicop seccional, y resolvieron una serie de iniciativas a llevar a cabo.
Además, integrantes de la Agrupación Marrón invitaron a participar al Plenario Nacional de Salud que se está preparando para el próximo 8 de Agosto.