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27 de mayo de 2015 Twitter Faceboock

Hace cincuenta y cinco años comenzaba el bloqueo cubano
Letizia Valeiras | Docente - SUTEBA La Matanza @letiziav83

El 27 de mayo de 1960, Estados Unidos suspendió la asistencia económica que estaba brindando a Cuba. Este artículo analiza lo que se conociera como el bloqueo cubano.

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En una nota emitida por la Embajada de EE.UU. en La Habana el 26 de mayo de 1960, se informa que a través de la Ley de Seguridad Mutua de ese año, el único motivo por el cual se levantaría la suspensión a la asistencia económica sobre la isla, sería en beneficio del “interés nacional y hemisférico de los Estados Unidos”.

¿Qué fue el bloqueo?

El bloqueo consistió en una política ofensiva por parte del gobierno de EE.UU., contra la naciente revolución cubana. Incluyó los aspectos económicos, financieros y comerciales. No sólo Estados Unidos suspendía todo tipo de vínculo en los tres aspectos con la mayor isla de las Antillas, sino que promovía sanciones políticas y económicas a todo país que se propusiera mantener algún tipo de contacto con Cuba. La excepción consistía la Unión Soviética en el marco de la Guerra Fría. ¿Qué significaba ese ahogo para Cuba? Que cualquier actividad en el marco del comercio internacional que contara con materias primas o piezas manufacturadas de origen cubano, podía ser sancionada, para lo que se contaba con el aval hasta de la propia ONU.

¿Por qué Estados Unidos bloquea a Cuba?

El principio del bloqueo que Estados Unidos inicia como respuesta a la revolución cubana cambió radicalmente las relaciones entre Cuba y EE.UU. Un país semicolonial, oprimido y explotado durante años por el imperialismo y los gobiernos títeres de la burguesía de la isla, se levantaba como un gigante y no sólo proclamaba su independencia nacional respecto de las potencias mundiales que lo tenían de patio trasero como a toda América Latina, sino que también expropiaba a su propia burguesía, a sus socios extranjeros, y a los terratenientes. Y con esos recursos otorgaba enormes conquistas sociales para la población, las más grandes en el terreno de la salud y la educación, que le permitieron terminar con el analfabetismo y con la mortalidad infantil. La pequeña isla de Cuba se hizo gigante y ganó así la simpatía de millones de trabajadores, campesinos y jóvenes de toda Latinoamérica.

En los primeros meses de la revolución no hubo hostilidad con el M26 (un movimiento nacionalista pequeñoburgués, no socialista) por parte de EE.UU. Sin embargo, las presiones imperialistas y la existencia de la URSS (en la que termina recostándose en M26 de Fidel Castro) llevan a que la revolución se radicalice y genere simpatía en toda América Latina. Lo que lleva a Estados Unidos a implementar su bloqueo.

Como señala Facundo Aguirre en una notalas cosas cambiaron violentamente con la toma del poder y la radicalización de la revolución. La victoria del Ejército Rebelde descalabró a las fuerzas militares de Fulgencio Batista y eso empujó la movilización obrera y campesina hacia adelante, obligando al gobierno revolucionario a radicalizar sus medidas y provocando simultáneamente la reacción del imperialismo. Tres cuestiones alejaron a los EE.UU. de su idilio por los barbudos: el ajusticiamiento de los sicarios de Batista, la Ley de Alquileres y la Ley de Reforma Agraria. Las dos últimas afectaban directamente intereses de propietarios norteamericanos”. Y desde la Casa Blanca actuaron justamente en defensa de esos intereses. De la misma forma en que actúan hoy reestableciendo las relaciones diplomáticas.

Ya en octubre de 1959, a pedido del presidente norteameericano Eisenhower, empiezan lo que serían las hostilidades: aviones que bombardean desde Florida la isla y sabotajes que dejan cientos de muertos, y tratados que dejan de cumplirse: en junio iba a ser un salto clave para afianzar el bloqueo que EE.UU., principal socio, dejara de comprar azúcar, uno de los pilares de la economía cubana. Se inicia así una serie de golpes y contragolpes, donde a cada ataque económico de Estados Unidos, el movimiento revolucionario cubano responde con expropiaciones de sus principales empresas: primero la Texas Oil Company, luego Shell y Esso, más adelante las azucareras, telefónicas y empresas eléctricas.

Cuando Cuba finalmente confisca la propiedad urbana, afectando nuevamente intereses estadounidenses, la Casa Blanca como respuesta y en defensa de sus grandes empresarios, prohíbe las exportaciones a la isla y decreta el bloqueo total el 16 de diciembre. Las relaciones diplomáticas se romperán el 3 de enero de 1961 y en febrero se ordena el embargo contra Cuba.

El bloqueo y el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas en la actualidad

Habiendo pasado 55 años del comienzo de este proceso, durante los últimos meses Raúl Castro y Barack Obama reanudaron negociaciones entre ambos países, reestableciendo las relaciones diplomáticas. Para Estados Unidos, inmerso hoy en una difícil relación con la comunidad latina e inmigrante a poco más de un año de las elecciones en la Casa Blanca, el “interés nacional y hemisférico” pasaría por mostrar cierta apertura como máscara para formar parte de todo el proceso de restauración del capitalismo encarado por el régimen cubano, y volver a imponer su dominación política y económica sobre la isla. Obama de esta forma, no hace más que dejar claro el fracaso de la estrategia de hostilidad a través del ahogo económico y los intentos de desestabilización contra Cuba, que mantuvo durante estos 55 años la Casa Blanca.

El gobierno de EEUU, presionado por empresarios del establishment, que ven que el bloqueo impide grandes negocios ya que Cuba es un importante socio comercial en el rubro alimenticio, busca sumarse “legalmente” a países como Canadá, España, China, Rusia y Brasil, que mantienen en algunos casos hace más de una década, importantes negocios en la isla, tanto en el rubro del turismo, como de la minería.

Este cambio de política de EEUU sólo puede entenderse en relación con las reformas económicas para atraer capitales extranjeros y separar al Estado de una importante parte de la economía cubana y los ataques a las conquistas sociales de la revolución, como el despido de un millón de trabajadores y el recorte del gasto social, que viene llevando adelante el gobierno de Raúl Castro, con el aval de Fidel, en los últimos años, buscando combinar la restauración del capitalismo en la isla, con la posibilidad de mantenerse en el poder, siguiendo los pasos de la burocracia china.

Los trabajadores y el pueblo cubano, no deben depositar ninguna confianza en que Estados Unidos levante inmediatamente el bloqueo (y todo lo hará en función de los negocios imperialistas), desmantele las bases que mantiene en Guantánamo y devuelva ese territorio a Cuba, a través de las negociaciones con la burocracia. Sólo podrán defender las conquistas de la única revolución obrera y socialista en la historia de América Latina, entre ellas la independencia nacional y las políticas en salud y educación, apoyándose en la solidaridad y el impulso revolucionario de los trabajadores y el pueblo latinoamericanos y haciendo una nueva revolución contra el camino la vuelta al capitalismo a la que conduce la política castrista confiando en su propia fuerza para barrerla de la mano de la movilización y auto-organización.

 
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