El fallo emitido por los jueces Horacio Piombo y Sal Llargués de carácter discriminatorio y homofóbico, reduciendo la condena a un abusador de menores causó gran repercusión en la opinión pública y los medios, teniendo como consecuencia la propuesta de llevar adelante un juicio político a ambos.
Al mismo tiempo, en las instituciones educativas de las cuales eran parte se abrió una polémica y en las Universidades de Bahía Blanca y Mar del Plata los desvincularon de sus cargos. En la Universidad de La Plata fue producto de una gran movilización estudiantil en la Facultad de Derecho, basada en asambleas y la toma del Decanato, exigiendo la remoción de estos jueces que como Piombo proviene de la dictadura. Luego de varios días de lucha, ayer se conoció que finalmente presentaron la renuncia en esta Universidad.
En la Facultad de Derecho de la UBA ayer se presentó el proyecto de juicio académico por parte de los consejeros estudiantiles de Nuevo Derecho (PS) para el juez Sal Llargués asignado como Profesor regular adjunto de la materia “Elementos de Derecho Penal y Procesal Penal” y de la materia “Teoría del Delito”. Esta sesión contó con la movilización de un amplio espectro de agrupaciones estudiantiles, desde la Franja Morada pasando por La Cámpora hasta La Mella, el Partido Obrero y el CeProDH – Juventud del PTS para manifestar la denuncia a que estos jueces sigan en funciones y dictando clases. El proyecto fue aceptado y luego de pasar a comisión se tratará para su aprobación en el Consejo Directivo.
A pesar de haberse suscitado la polémica que recorre a todas las instituciones estatales de las que forman parte los jueces Piombo y Sal Llargués, y la denuncia que llevaron adelante los estudiantes no sólo a Sal Llargués sino que el mismo juez Piombo es parte de la Maestría de Derecho Internacional Privado junto a la Decana Mónica Pinto, la Facultad de Derecho de la UBA ni sus autoridades se han pronunciado aún al respecto y continúan dilatando la toma de una decisión.
Es producto de la movilización de los estudiantes, junto a los docentes, como mostraron en la UNLP, la única manera de lograr la remoción de sus cargos en la universidad, sin confiar en juicios académicos donde son las mismas autoridades que los eligieron a pesar de su nefasta trayectoria, ni dejando al margen la renuncia que deja abierta la puerta para su regreso en un futuro, o como hacen la mayoría durante los juicios políticos, poder retirarse con sus jubilaciones de privilegio. |